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-Si queremos ver tus capacidades, tendrás que estar en tu elemento, vamos al bosque cercano para no llamar la atención de nadie- me aclara y tiene sentido, le ayudo a subir a mi corcel tras insistir en que ella sea la única que debe estar así, caminamos un rato hasta llegar al bosque y nos adentramos hasta llegar a un pequeño claro despejado de árboles- ¿has consumido más fuerza desde esta mañana?- se gira a verme una vez se ha bajado del caballo

-Sí, tres veces, dos de ellas sin querer al tratar de controlarlo y la última fue a propósito y después probé con dos personas más y no pasó nada, creo que ya lo controlo más o menos- le explico mis intentos mientras caminamos hacia casi la mitad del claro

-Creo que será suficiente, vamos a ver qué pasa cuando te ves atacada- dice con una sonrisa malvada y veo que crea caballeros oscuros como los que me ayudaron a acabar con aquella aldea donde nos encontraron- y para mejorar las cosas- camina tras de mí y de repente me toma de las muñecas y las inmoviliza tras mi espalda y las amarra con una cuerda

-¿Sabe que fui entrenada para poder escapar de cualquier situación?- arqueo una ceja con diversión

-¿Pero te atreverás a desobedecerme?- dice con voz un poco más grave y cerca de mi oído haciendo que mi piel se erice bastante

-Perdona que lo diga, pero eso es jugar sucio- admito con una leve sonrisa haciendo que se ría

-Un poco, pero venga, si logras vencer a mis caballeros, tal vez me piense en darte una recompensa por todo el esfuerzo- veo tentadora la oferta

-Suena tentadora la oferta- ella sigue sin abandonar su sonrisa

-A ver lo que haces- sin decir más los soldados comienzan a acercarse y aproximarse a mí, me centro en las raíces bajo mis pies y siento mi ojo arder, el suelo comienza a moverse y a temblar antes de emerger de este y comenzar a atravesar y mandar lejos a las figuras oscuras hasta que no quedan ninguna- bien hecho, a ver, recuerdo que Freya comentó que pudiste controlar el humo y algún que otro elemento, veamos lo que haces- veo que en su mano hace aparecer una bola de fuego y la lanza contra un árbol que en pocos segundos comienza a arder bastante- date prisa, antes de que se queme todo el bosque- asustada me acerco al árbol y pienso en lo que puedo hacer, recuerdo haber oído un río cerca, me centro en el sonido de este y en atraer ese agua mientras por instinto alzo las manos y veo el agua flotar venir hasta mí y la alzo sobre el árbol y la dejo caer haciendo que grandes nubes de humo gris se alcen y yo trato de controlarlas ya que estas tienen cenizas aún ardientes y pueden provocar que se quemen otras plantas por lo que consigo bajarlas hasta el suelo húmedo para que se extingan, me acerco una vez es seguro a la raíz del árbol y poso la mano sobre el tronco quemado y ante mi deseo de que vuelva a estar sano dejo mi magia salir y empieza a aparecer verdor y vida en este hasta que vreo que ya está todo, me giro con una gran sonrisa y no puedo evitar celebrar mi éxito

-No me creo que lo haya hecho- digo emocionada y puedo ver en sus ojos orgullo y algo de fascinación, se acerca a mí y acaricia mi mejilla

-Sin duda tienes un poder maravilloso, estoy muy orgullosa de ti, pequeña- me sorprendo por esa manera de llamarme- ¿cómo te encuentras?-

-Un poco cansada, pero nada más y con algo de hambre, pero es lo normal del esfuerzo físico, supongo- me alzo de hombros

-En ese caso, creo que tengo solución para una de esas cosas- le miro con confusión antes de ver que de a saber dónde saca una manzana roja- me he dado cuenta de lo mucho que te gustan y como vi venir esto he traído un par de ellas- sorprendida la tomo y trato de no entrar en contacto con su piel y parece notarlo- ¿por qué has evitado rozarme?-

-Porque temo no controlarme y usar mi magia sin querer y arrebatarte algo de tu fuerza, que por cierto, has hecho un uso de tu magia y eso exige un precio- parece no haberse dado cuenta de ello hasta que se ve las manos un poco arrugadas pero no demasiado y se asusta- no te preocupes, en este tiempo me he encargado de hacer una reserva de prisioneras de otras aldeas para no llamar la atención por las noches y he ordenado que no las dejen salir bajo ningún concepto esperando a que sea el momento ideal y veo que este es el adecuado- le explico y parece calmarse

-Eres muy considerada Calíope, gracias- asiento levemente y volvemos donde el caballo y le ayudo a subir y volvemos al castillo

-Aunque si me permite el atrevimiento, para mí siempre te verás hermosa, ya sea joven o algo mayor, mis ojos siempre os encontrarán igual de hermosa- confieso sonrojada y parece haberla tomado por sorpresa

-Gracias Calíope, veo que tú vas siempre con la sinceridad por delante, muchos sólo me lo dicen por lo que ven a simple vista, pero por lo que puedo apreciar, tú no te guías por lo que dicen tus ojos, si no es así, ¿porqué te guías?- pienso en la respuesta que le puedo dar

-Supongo que a lo largo de mis años bajo tu servicio y el último tiempo que hemos estado más tiempo juntas me han hecho ver que de cierta manera, en el ámbito privado dejas tu máscara de reina seria e intimidante y para algunos cruel, pero conmigo no lo has sido, siempre me has tratado con cuidado, te has preocupado en que esté bien entrenada, bien educada y cuidada, es cierto que posees una belleza que muchas mujeres se mueren por poseer y que todos en cuanto os veen caen rendidos por vuestros encantos y por el deseo que desprendeis con vuestra presencia, pero para mí sois una mujer muy hermosa, no sólo por dentro, a pesar de todo lo que has hecho a lo largo de tu longeva vida, sino también por fuera, yo no me llevo sólo con el exterior, sino por cómo se comportan las personas conmigo- le confieso mientras trato de no mirarle a los ojos y ocultar mi sonrojo, llegamos al establo y le ayudo a bajar del corcel- id a vuestros aposentos majestad, yo ahora os llevo lo de siempre- hablo con respeto al ver a un palafrenero cuidando del resto de caballos, le doy cuatro monedas de plata y me lo agradece antes de irnos, cada una se va por su lado y yo tomo rumbo al calabozo con antorcha en mano, me paro firme frente a uno de los soldados de turno- vengo a por una de las prisioneras, me envía la reina- digo con frialdad y este es uno de los que no han visto el puesto en el que estoy ya que se encarga de esta zona y parece nuevo

-Si claro, y yo soy el difunto rey, largo de aquí chiquilla y vete con tu madre a jugar a los soldados- dice de forma burlona, cojo un puñal de mi cinturón y lo estampo con fuerza contra la pared

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora