Capítulo 22

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A: - minutos después estoy en el auto y Cristopher conduce camino a casa sin decir nada, cuando llegamos bajo del auto y entro, voy directo a la habitación, me quito los lentes y me recuesto, oigo la puerta cerrarse y trago saliva, comienza a subir por las escaleras, cierro mis ojos y doy un salto cuando lo oigo gritar-
CR: ¡¿QUÉ PARTE DE QUE TE QUEDARÁS EN CASA NO ENTENDISTE?! (dando un puñetazo a la cama)
A: yo..
CR: ¡¿TÚ QUÉ CARAJO?! Además... ¡¿QUÉ COÑO HACÍA EL IDIOTA DE CORMAC EN TU CONSULTORIO?!
A: fue a entregarme unos expedientes...
CR: ¡¿Y TÚ CREES QUE SOY IDIOTA?!
A: Te estoy diciendo la verdad y ya estoy aquí, ¿ya que más quieres?
CR: ¡¿QUÉ DEJES DE HACER LO QUE SE TE ANTOJA?! ENTIENDE QUE CUANDO DIGO NO, ES NO.
A: ¡No estaba haciendo nada malo, tenía muchísimo trabajo!
CR: MODERA EL TONO EN EL QUE ME HABLAS (levantando la mano)
A: ¿o qué?
CR: Te lo advertí (acercándose y pegándole una bofetada) ¡A VER SI ASÍ APRENDES A RESPETARME!
A: -sostengo mi mano y lo miro llena de una serie de sentimientos mezclados, el sale y a su paso azota la puerta de la habitación y poco después la de la entrada-
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A: -tras intentar tranquilizarme un rato y pensar mucho, creo que finalmente he tomado una decisión, él no tiene derecho de hacer todo esto, no más... Me levanto de la cama y saco mis maletas, abro el closet y comienzo a sacar gran parte de mi ropa y la acomodo rápidamente en la maleta, así es, me iré de este lugar que hace mucho dejo de ser una hogar para mí y convertirse en un infierno, llamo a Catherine para ver si no hay problema en que llegue antes al colegio, a lo cual me responde que no así que iré a iniciar mi nueva vida, antes decido dejarle una nota a Cristopher, no creo que sepa la ubicación del colegio, pero por si acaso.



NOTA
Cristopher, decidí hacerte una carta de despedida con las cosas que nunca te dije. Espero que estas palabras nos sirvan para sanar y para poner fin a un capítulo que nos deja gratos recuerdos.
En algún punto de nuestra historia dejé volar mi imaginación e idealicé una imagen tuya que no correspondía del todo a lo que eres. Sé que en el camino diste pasos gigantes para convertirte en al menos una parte de esa persona que yo deseaba. También soy consciente de que modifiqué muchas cosas de mí con la intención de que te quedaras. Pero bueno, ahora sé que nos equivocamos.
De cierto modo, nuestro vínculo se convirtió en una competencia de quién daba más o quién menos. Por eso, aunque siento el corazón en mil pedazos, sé que lo más sano es terminarlo y dejar que el tiempo nos cure. No pretendo con estas líneas reconquistarte ni generar en ti sentimientos de culpa o lástima. Deseo de corazón liberar lo que siento, desearte el bien y continuar por el camino que me espera sin ti.
Como te decía, pude comprender que nos equivocamos en muchas cosas. Es cierto; todo este proceso me causa dolor y me hace sentir el corazón arrugado. Aun así, me atrevo a afirmar que no me arrepiento de nada. A pesar de todas las cosas que hicimos mal, recuerdo con amor esos momentos felices que pasamos desde el primer momento. Me guardo tu sonrisa y todos esos consejos que me dabas.
Y sí, se quedaron muchas cosas pendientes; no llegamos a realizar muchos sueños. Pero tampoco podemos aferrarnos a la ilusión de que las cosas pueden ser como antes. Nos conocimos en muchas facetas y nos desconocimos en otras tantas. Por eso sabemos que es el momento para decir adiós. Esta historia fue tan maravillosa, que sería una pena resumirla al dolor. Te quiero y deseo dejar ese sentimiento guardado.
Ya no es momento de llorar ni de buscar culpables. He dejado eso a un lado. Calmé mi rabia, mi frustración y pude entender con claridad que esto ha sido lo mejor que nos ha pasado a los dos. Y no lo digo porque nos hayamos separado sin más. Lo digo porque nos construimos, hicimos cosas inimaginables y aprendimos uno del otro.
Por favor no me busques.

Arizona Robbins.

En un cuarto casi rosa 🥀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora