—¿Fue solo algo de una noche? —me pregunta Owen cuando estiro mi mano para abrir la puerta.
No me giro para responder.
—Por supuesto. Solo fue una noche, para rascar una picazón, tú entiendes.
Él debería, es el experto en amigos con beneficios y ese tipo de cosas.
—O, ¿acaso esperabas algo más?
Recuerdo la forma en que cayó de rodillas frente a mí con sus manos atadas detrás de su espalda, la forma que llevé mis dedos a su mentón y levanté su cabeza hacia mi cara para obligarlo a mirarme, el deseo crudo en sus ojos y como coloqué mi pierna sobre su hombro. La forma que sus labios recorrieron el interior de mi muslo, subiendo hasta pasar su lengua por toda mi intimidad y sacarme un fuerte gemido.
También recuerdo la forma en que se acostó en la cama, cómo coloque sus manos sobre su cabeza y me senté ahorcadas sobre él, murmurando que no podía correrse hasta que yo lo ordene y deleitándome con lo obediente que fue.
—No —finalmente responde—. Solo una noche.
—Es bueno que estemos de acuerdo.
Paso mi mano por mi cara antes de abrir la puerta para dirigirnos hacia la cocina.
—Seguro que saben hacer una entrada —nos dice Jay cuando llegamos a la sala.
Veo que Kara está sentada en la mesa con una enorme sonrisa en su cara moviendo sus cejas de arriba a abajo y Lorna está sirviéndose un poco de café.
Jay copia la expresión de Kara y yo pongo los ojos en blanco.
—Vamos no actúen como mojigatos —les digo—. Seguro que han escuchado el termino amigos con beneficios.
Aunque en este caso seríamos enemigos con beneficios.
—Oh, créenos, escuchamos mucho más que eso anoche —nos dice Kara sin intentar ocultar su risa—. Oímos mucho más de lo que nos gustaría. Estás paredes son muy delgadas.
Mierda.
—Oh, dios mío —murmuro, antes de esconder mi rostro entre mis manos—. ¡Ay, dios mío!
—Sí, exactamente, así —comenta Lorna—. Solo que un poco más alto.
—¡Lorna! —la regaña Owen.
Pero como es habitual en ella, Lorna lo ignora y sigue bebiendo su café.
—Relájate, no es nada que no hayamos escuchado antes, pero el desayuno corre por su cuenta, es lo mínimo que merecemos por el porno en vivo de Animal Planet.
Jay nos empieza a contar que cuando Owen no se presentó anoche en la gala tanto Kara cómo Lorna y el resto de su equipo sabían que algo estaba pasando, así que una vez que pudieron, salieron de ahí y vinieron aquí.
El reportero de quinta de queja porque vino desde Boston a consolar a su amigo, cuando era obvio que él no estaba sufriendo mucho que digamos. Aunque yo no diría exactamente eso.
—¿Se quedaron aquí toda la noche? —les pregunto.
—No —responde Jay—, anoche solo nos quedamos el tiempo suficiente para saber que, o bien estaban participando de algún culto del que no queremos ser parte o como dijo Lorna estaban viendo cómo se aparean ciertas especies en animal planet.
Yo ignoro el gesto que él hace y me dirijo a la cocina a preparar el desayuno.
—Debo decir, que desde que Rhea vive aquí, este lugar está mucho mejor —comenta Kara—. Ahora ustedes son algo así como adultos funcionales.
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La última gran dinastía Americana.
RomanceRhea lo odia porque él es un agente federal cuyo trabajo es llevar a la familia de ella a prisión, y Owen la odia porque ella es una abogada de cuello blanco que manipuló un caso y por la cual él perdió su trabajo. Entonces, ¿cómo ambos terminaron...