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Clark Wembley.

Este pueblucho ya no me gustaba, ¿por qué teníamos que venir a vivir aquí?

Porque el general se los ordenó, me respondió.

Tenía que buscar un incentivo para tomarme más a la ligera este lugar, pero ¿Qué será esta vez? ¿Una chica, un chico, hacer algo indebido? Creo que hoy cuando entramos con mi hermana, Clarise, a la nueva preparatoria de este año me respondí esa pregunta, esa chica de pelo negro y pálida, que me miraba con ojos curiosos, será mi incentivo de este maldito lugar.

¿Cómo la encontraré? Fácil, las redes sociales son los mejores lugares para encontrar gente. No sabía ni su nombre, pero ese no era un impedimento. Después de una hora en línea en Instagram, la encontré.

Helen Bryne, diecisiete años recién cumplidos, un gran grupo de amigos y un hermoso novio, Ed.

¿Te conozco, Ed? Me resulta muy familiar, y eso es muy raro, ya que si me parece conocido es que verdaderamente lo conozco, está en mi naturaleza. Encuentro el perfil de Ed y comienzo a buscar algún indicio de si lo conozco: Ed Thomson, dieciocho años, mismos amigos que los de Helen, fotos de su novia, fotos de su moto, FOTOS DE SU MOTO, esa moto yo la he visto antes.

Recuerda, Clark, joder. No hay más fotos, después de una foto de unas cajas, donde en el final de la foto pone: mudanzas, muy estresante. O sea que se mudaron hace nueve meses, interesante. Esto quiere decir que desde que se mudaron al pueblo él creó la cuenta, ¿Qué pasó antes qué hizo que borrara su otra cuenta (si tuvo otra cuenta, cosa que es media obvia)? Aquí hay gato encerrado, y yo conozco a este tipo, eso es seguro, esa moto y esa cara la he visto antes. Solo necesitaré hacerme su amigo, y ver quién es este tipo.

Son las dos de la mañana, debo irme a dormir, mañana debo ser un estudiante ejemplar para no levantar más sospechas de las que ya hay.

MarhallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora