Helen Bryne
Me desperté abruptamente cuando Kaomi pasó una mano por mi cara con agua, seguramente hace horas debería estar tratando de despertarme, cosa bastante difícil para mí. Ni un terremoto me despertaba.
- ¡¿Qué haces?! – dije somnolienta.
- Tratando de despertar una piedra que no se mueve de mi querido sillón. – contestó Mark, detrás de Kaomi, no lo había visto, todavía estaba espabilándome.
- Perdóname, tu sillón es bastante cómodo.
- Pues, por eso seguramente lo compraron mis padres.
- Genial, porque sino no hubiera tomado esa reparadora siesta. – Todo volvió a mi cabeza rápidamente, la muerte de Ed, Clark, Mark golpeándolo, yo separándolos y Kaomi llorando y hablando con alguien que no recuerdo.
Clark se había ido después de haberle devuelto el golpe a Mark, ya que después los separé con ayuda de Kaomi, ella sostuvo a Mark y yo al chico pelirrojo. Clark se zafó de mi agarre en cuanto pudo y se fue por la puerta principal a grandes zancadas, no se si estaba molesto por el golpe que no vio venir o que yo lo hubiera separado de su gran debut de lucha libre con mi amigo. Igual eso ya no importaba. Kaomi, la chica de ojos grises y rasgados me trajo a la realidad nuevamente cuando dijo:
- Estuvo Hendrix mientras tu dormías.
- ¿Cómo que Hendrix? ¿Quién le dijo?
- Yo. – dijo Kaomi. – Necesitábamos refuerzos, nosotros solos no podríamos con todo esto que esta pasando, él es el más capacitado para eso.
- Sí, pero ahora, nos matará diciendo que somos unos inútiles. – Él nunca fue muy amigable con nadie, ni con sus hijos, desde que su esposa murió, no vio a nadie más con los ojos que veía a esa mujer, era su único propósito además de Marhall. Siempre dije que si alguna vez me enamoraba de alguien como él lo hizo con su mujer, estaría completamente perdida, pero supongo que eso es el verdadero amor, ¿no?
- Dijo que mañana teníamos que ir los tres a su oficina.
- Seguramente nos refunfuñe sobre ser responsables sobre entrar al bosque solos, sin supervisión, nos dirá novedades sobre si encontró a Ed y cual es el nuevo paso en la guerra. – habló a regañadientes Mark, mientras estaba levantándome del sillón y viendo donde había dejado mi celular y todas mis pertenencias.
- Bueno, mejor nos vamos, ya esta por amanecer, y tu deberías ya estar en tu casa Helen, ¿no? – dijo Kaomi, mientras se dirigía hacia la puerta. – Te espero en el auto. – Salió de la casa y nos dejó solos a Mark y a mí.
- Mejor me voy. Adiós, chico dark. Debo pesar mucho en todo lo que ha pasado. – me despedí de él, y comencé a caminar hacía la salida.
Subí al auto pequeño de Kaomi. Era un auto acogedor, pequeño, pero entraban cinco personas bastante bien, era de su color favorito, el rojo. Según ella le recordaba a la pasión y a la fuerza. El camino hacia mi casa fue silencioso, supongo que las dos estábamos procesando todo lo que había sucedido hace unas horas, todavía no podíamos creerlo. O yo no podía creerlo mejor dicho. Debería dejar de pensar en ello antes de pensar todo lo que quedaba de noche.
Mi celular vibró, un mensaje, pero a esta hora, ¿de quién podría ser? Abrí la aplicación de mensajería y encontré cuatro mensajes de Gabriel. Hace días no hablábamos, lo había estado ignorando porque sus actitudes me confundían y no me dejaban pensar claramente en que él era solo mi amigo, aunque, ¿lo era? No tenía ni idea.
Gabriel:
Hey, ¿podríamos hablar?
No aguanto esto de que me ignores todo el tiempo, somos amigos, no me meteré en tus asuntos con Ed.
No soy ese tipo de chico, aunque no lo creas tengo buenos valores.
Solo estaba molestándolo la ultima vez, no creí que respondería así, por favor, contestame.
4:45 am.
Helen:
Está bien, hablaremos mañana.
Ve a dormir, ¿qué haces a estas horas mandando mensajes de disculpa?
5:00 am.
Su respuesta fue casi inmediata, al tiempo que me bajaba del auto de Kaomi dándole las gracias y entrando sigilosamente a mi casa.
Gabriel:
Podría preguntarte lo mismo, pero se que eres una chica con poderes, capaz no duermen como los vampiros.
Ya me voy a dormir, mañana paso por tu casa.
Buenas noches, Bryne.
5:02 am.
Su respuesta me hizo soltar una risa. Me tuve que tapar la boca para que no me escucharan mis padres, mientras subía las escaleras.
Helen:
Sí dormimos, por si te lo preguntas, y somos más parecidos a ti de lo que parece.
Duerme bien, chico francés.
5:10 am.
Escuché la puerta principal abriéndose nuevamente, me di media vuelta, y encontré una silueta conocida parada en la entrada. Corrí escaleras abajo, para saludar a mi hermano. Jacob había vuelto de sorpresa, lo que necesitaba.
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Marhall
FantasyMarhall, es un pueblo en Inglaterra, donde todo no es muy normal como parece. Dicho pueblo oculta secretos, entre su gente y su naturaleza, entonces, ¿que pasaría cuando una familia adinerada, los Wembley, comprara la castillo de la colina más alta...