Helen Bryne
Salí de la clase riéndome con Agatha sobre la escenita que había hecho Clark, hasta que me encontré con un moreno de ojos avellana que me guiñó un ojo, y siguió su camino. El maldito francés, mi rastreador, el que le encantaba confundirme y que le había dicho que nos juntaríamos a hablar, ¿ahora sería un buen momento? Yo creía que sí.
Me despedí de Agatha y le dije que después me encontraría con ella para que me pasara todo lo que habían dado en las clases que no había asistido, ella asintió. Corrí por los pasillos llenos de alumnos de la preparatoria Marhall, hasta que encontré a Gabriel sentado con Mark y Wyliam.
- Hola, Gabriel, ¿podemos hablar? - sonreí para que sonara convincente, pero mi voz había salido temblorosa.
- Claro, ¿vamos afuera? - asentí, y caminamos hacía el gran patio donde había un campo de fútbol, y varios asientos alrededor del mismo.- ¿Te sorprendió mi declaración en tu cabeza? - dijo en un susurro mientras veía a los lados para ver que no había nadie.
- La verdad, sí, me sorprendiste, después de eso me desmayé. - comenzó a tentarse y trató de aguantar la risa pero no pudo, estalló haciendo que varias personas vieran el espectáculo. - Cállate, nos están viendo.
- Perdón, - carraspeó y continuó. - es que eso lo hago sin pensarlo, los espías podemos dormir a nuestros objetivos, todavía no sé controlarlo, lo siento. - habló sin ninguna culpa, era lo más normal del mundo desmayar gente.
- Comienza a dominarlo, y deja de invadir mi mente, me siento espiada de muchas maneras. - dije severamente, mientras lo miraba a los ojos.
- Está bien, pero me ordenaron cuidarte y eso haré, no pienso romper mi palabra, eres mi misión, y si eso es meterme en tus pensamientos o estar siempre contigo, lo haré, ¿de acuerdo? - respondió acercándose mucho a mi espacio personal y mirándome a los ojos.
- Yo puedo cuidarme solita, no necesito un guardaespaldas. - estaba determinada a que dejara de entrometerse en mi vida, no podía contradecir a mi líder, pero si a quien seguía las órdenes de mi líder.
- Lo siento, no hay discusión para esto, lo único que puedo ofrecerte es no meterte en tus pensamientos, a no ser que sienta que estés en peligro, pero pasaré más tiempo contigo, necesito cumplir mis órdenes. - dijo determinante a terminar la conversación allí, ya que comenzó a alejarse de donde estábamos, pero yo no lo dejaría ahí, debía ganar, yo siempre ganaba las peleas verbales.
- No, no te lo permito, aprenderé a evadirte de mi mente y no puedes estar siempre conmigo, mis padres lo verán sospechoso. - me coloqué delante de él para que parara su caminata.
- Para aprender eso tienes que tener mucha práctica y todavía no has entrenado, que te recuerdo, yo soy tu entrenador en ese poder específico, hoy a la tarde entrenaremos, llega en punto, odio las personas que llegan tarde.- soltó una sonrisa de suficiencia, me había ganado, no podía replicarle aquello, tenía razón. Luego de eso pasó por mi lado, y se marchó.
- ¡Te odio! - grité, y él solo se dio vuelta para mostrarme el dedo medio y contestarme:
- ¡Yo también te quiero, nos vemos!
Ya ganaría la próxima pelea, nadie me ganaba en nada.
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Marhall
FantasyMarhall, es un pueblo en Inglaterra, donde todo no es muy normal como parece. Dicho pueblo oculta secretos, entre su gente y su naturaleza, entonces, ¿que pasaría cuando una familia adinerada, los Wembley, comprara la castillo de la colina más alta...