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Jacob Bryne.

Nunca había visto a Helen de esa manera, tan rota, tan triste. Cuando me contó lo que había ocurrido entendí todo, debí haber aparecido tan rápido como mi padre me mandó uno de sus hombres para avisarme de la nueva familia que había llegado a Marhall.
La abracé tanto que me dolían los brazos de sostenerla por tanto tiempo allí en su cuarto donde mi hermana había vivido toda su infancia. La separé de mis brazos y la miré a esos ojos negros que brillaban por las lagrimas que querían salir y por las que corrían por sus mejillas.
- Deberás contarme todo lo sucedido, ahora, no puedo esperar, solo estaré unos días. Debes decírmelo todo, y así podré ayudarte, estoy contigo. - quiso desviar la mirada pero sostenía su mentón para que no pudiera mentirme, la conocía muy bien.
- Okey, te contaré todo, pero sentémonos, es una larga historia.
Me contó todo lo de la nueva familia Wembley, sobre el chico, Clark, también sobre la muerte de Ed y cómo la había destrozado. Además de la voz que hablaba en su cabeza, que era un francés muy guapo, según mi hermana, aunque ella no tenía muy buenos gustos en hombres. Me habló sobre su prueba para entrar a los Devastadores, y como lo había logrado después de años, estaba muy orgullosa de ella. Luego me contó cosas tribales de la preparatoria y sobre nuestros padres, que siempre estaban fuera y eran básicamente ausentes en nuestra vida.
Cuando terminó de contarme todo eso, eran como las 9:40 AM. Me moví de su cama donde estábamos acostados hablando de la vida y bajé las escaleras hacía la cocina para prepararme un café, y tratar de espabilarme. Helen vino detrás de mí a paso calmado.
Me ayudó a preparar todo, y hicimos un gran desayuno para sorprender a nuestros padres con mi llegada, y para que no se enojaran con mi hermanita por no aparecerse después de su escapada con Ed. Cuando se despertaron estaba toda la mesa del comedor ordenada con tostadas, mermeladas, galletas, huevos revueltos, mucho café, jugo de naranja y alguna que otra tarta que conseguimos en la panadería, pero diríamos que la habíamos hecho nosotros.
Helen ya estaba vestida para ir a la cabaña a hablar con Hendrix, llevaba un tipo de camiseta de los Rolling Stones, con su típica boca roja con la lengua de afuera, luego unos jeans ajustados a la cintura y sueltos de la rodillas para abajo, y sus típicas Converse negras que estaban ya gastadas de tanto uso. También se había maquillado, seguramente para que no pareciera un zombie en vivo y en directo. Ella comió una tostada y tragó unos pares de tazas de café para despertarse, y no dormirse en el trayecto, donde la acompañaría Mark.
Mi padre se sentó a mi lado y me dio una gran palmada en mi espalda, que casi me hace escupir todo lo que había comido en ese momento. Cuando se dió cuenta de su error se rió y me habló cuando mi madre se levantó para irse a su oficina que tenía en casa.
- Me alegra que hayas vuelto a casa, hijo. Eres el único que puede con las rabietas de Helen, ya no sabemos qué hacer para controlarla, está hecha una loca. No se que ha sucediendo estas últimas semanas, pero siento que sus poderes están a flor de piel, y no podemos dejarla que se descontrole, sabes lo que sucede si eso pasa.
- Si lo sé, muertes, criaturas nuevas, todo lo inimaginable. Ni los Devastadores saben que Helen es la causante de todas esas cosas del bosque, y no deben saberlo todavía, sino estaremos en problemas.
Los Liberalties se dieron cuenta que ella es la más poderosa de nosotros y van a por ella, Clark ya anda tras ella, lo he visto acercarse a ella, lo he visto en esta misma calle meriodiado, hasta que alguien lo ve y se va como rata. - Ese chico sería un problema.
- Yo me encargo, ella me ha contado muchas cosas, y le dije que contara conmigo para lo que necesitara, seré su mano derecha, si ella se descontrola yo se que hacer.
- Gracias, Jacob. - me dió otro golpe en mi espalda, para luego irse a su oficina y seguir trabajando.
Me tocó limpiar todo, luego agarré las llaves de mi coche para dar una vuelta por el pueblo, y ver que había cambiado mientras yo no estaba, pero seguía igual que antes. En este lugar donde se esperaba una guerra inminente, pero todos estaban en una paz rara, donde se preparaban para lo peor.
Llegué al final de la calle, ya eran las 11 AM, seguramente Helen ya había terminado de hablar con Hendrix. Paré mi auto en frente a la casa de Mark, y comencé mi trayecto hacía la cabaña, necesitaba hablar con Hendrix, sobre la muralla invisible protectora del pueblo que se había creado para que los Liberalties no pudieran atravesar el pueblo, pero se notaba que estaba debilitada, muy débil, y eso no era normal.
Yo mismo la había mejorado hace unos años con mis poderes, pero se ve que no fue suficiente, los Liberlaties habían mejorado su tecnología contra nosotros, y eso no era bueno.
Cuando pasé la guardia de la cabaña, me encontré con dos detectives hablando con nuestro líder, se veían muy serios.
- Necesito toda la información posible sobre quien ha sido el loco que mató a Ed, lo necesito rápido. No quiero excusas sobre que tienen que hacer papeleo o que es en contra de la ley, saben que esto puede comenzar una guerra, así que actúen rápido, y cualquier detalle que puedan darme de la investigación me sería de ayuda para la organización. Ahora, larguense de mi vista, que verlos me genera rabia. - los dos detectives me saludaron cordialmente y se largaron antes que les esperara la peor versión de Malister. - Me agarras en un mal día, Jacob.- me saludó Hendrix, cuando me divisó cuando los agentes desaparecieron.
- No tan buenos días para ti también, Hendrix Malister. - saludé mientras me le acercaba sigilosamente, por las dudas, que dicha bestia me atacara.
- Ve al grano, tengo cosas que hacer, supongo que te enteraste de nuestro espía dentro de la propia organización, pensarlo me da migraña. Él pasó todas las pruebas, no puedo creer que nos haya mentido a todos. - se tocaba la cabeza mientras se dirigía hacia su despacho y yo lo perseguía a paso apresurado.
- Pasé con mi auto la barrera que reforcé hace unos años y me di cuenta que está muy debilitada, alguien ha hecho algo para que ella no la ataqué, y se quienes han sido, los Wembley, deben tener una nueva tecnología que debilita nuestros poderes, hay que saber que tienen para saber que tenemos que mejorar. - determinado lo vi a los ojos verdes penetrantes que tenía, a algunos les daba miedo a mi me daba seguridad.
- Sí, también me di cuenta, desde que ellos llegaron nuestras fuerzas de defensa han sido debilitadas, por eso necesitamos a Helen, de nuestro lado, ella es la más fuerte de todos los protectores desde el comienzo de nuestros poderes, me he dado cuenta cuando dió su primera prueba de admisión; ella es quien necesitamos preparada para la guerra. Por eso necesito que la ayudes a entrenar, le pedí a tu padre que te trajera para que la ayudes a sacar su máximo potencial, los necesito a los dos al máximo, son los más poderosos protectores. Tú por experiencia y tu hermana por ley natural. La naturaleza se lo dijo a mi máximo espía. Hasta la naturaleza está preparada para el caos que se nos viene. - daba vueltas por su oficina, mientras yo estaba sentado en una de las sillas frente a su escritorio, viéndolo ir de un lado para otro.
- Lo haré, señor. Delo por hecho, trataré de hablar con la barrera para que me diga que sucede allí y porqué está debilitada. - sentencié.
- Gracias, ahora vete, necesito tranquilizarme y ver como arreglo todo esta mierda.
- Vamos a ganar la guerra, tenlo por seguro. - le dí una palmada en la espalda para reconfortarlo y me fui, se que no era muy amable, y cuando lo era había que agradecerle.

MarhallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora