SARA PRESLEY
Toda la noche estuve recabando información acerca de Elena Sparrow, de como fue su accidente, cuando y a qué hora murió, lo más extraño de todo esto es que fue el mismo día, a la misma hora y de la misma causa de la que murió Elián, pero ¿Por qué si hay registro de su muerte en internet?
No es que sea algo importante que lo haya, sino que se supone que los medios de comunicación están al tanto de todo eso ¿Por qué con la muerte de Elián no fue así? Y ahora pareciera que su accidente fue desapercibido, cómo si yo estuviera inventando todo para tener un poco de atención. Mierda, creo que no tuve en cuenta que esto iba a ser más complicado de lo que pensé.
En fin. Cierro mi computador y así comenzar a prepararme para mi siguiente misión, que es revisar el vehículo de Elián y pasar por el lugar de los hechos, quizás allí encuentre algo.
En cuanto abro la puerta, lo primero que ven mis ojos es la cara de mi abuela enfurecida.
Sonrió como angelito al ver sus cejas encarnadas.
—Abuela, que gusto me da verte…
Con su mano en mi pecho, delicadamente me vuelve a meter a la habitación, ella cierra la puerta para después cruzar sus brazos.
—Usted no irá a ninguna parte, señorita.
Trago saliva escuchando su tono de voz fuerte.
—¿Por qué?—pestañeo.
La nariz de mi abuela comienza a inspeccionar el olor de mi habitación. Al inicio lo ignoro, pero después abro los ojos como plato al recordar cómo ayer fumé aquí mismo, el caso es que me quiso entrar nerviosismo anoche mientras estaba investigando y se me hizo fácil inhalar un poco de tabaco
—Sara, dime qué no empezaste a fumar…Es lo único que me falta para comprobar mis sospechas.
Rodeo los ojos negando con mi cabeza.
—Abuela ¿Cómo crees? ¿Yo? ¿Fumar? Créeme que solo el olor a nicotina me da náuseas—miento con facilidad.
—¿Por qué tu cuarto huele a como si hubieras fumado? ¿Eh? Respóndeme
—¿Recuerdas a Scott? El amigo de Daniel y Angie—ella asiente—Bueno, ayer quedamos en hablar de cosas de la vida y como todos sabemos el fuma demasiado, así que al final nos dimos un grato abrazo de amistad provocando que mi ropa se impregnara del olor.
Vaya, no he perdido mi don de crearme mentiras que parezcan verdades. Además, es para mi propio bien, ahora no me conviene que ella descubra mi pequeña adicción.
—Esta bien, es un argumento válido…—aclara su garganta—Sara, ya estoy harta de que tu abuelo siempre te esté cubriendo de las cosa que haces ¿Qué acaso jamás se les quitará esa maldita costumbre?
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Cumpliendo Nuestras Promesas
Teen Fiction°°Segundo libro de la "Biología Artificial" Cuando caían gotas del cielo, estaba totalmente segura que me perdería en aquel aguacero. Y no hablo exactamente de la lluvia... 02-02-22 ese día las flores se marchitaron, los pájaros dejaron de cantar...