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Harry e Isa llevaban dos meses de conocer a Louis. Isa llevaba dos meses conociendo a su padre, estaba encantada con ello.

Harry permitía que Louis los encontrase los fines de semana en algún parque, o plaza para que Isa y Louis pasen tiempo juntos, eso le parecía justo.

Harry no podía darse el lujo de colar a alguien en su vida y la de Isa, y simplemente retirarlo después, debía ser extremadamente meticuloso en ese aspecto.

Harry se había prometido a si mismo que solo permitiría el ingreso de Louis a sus vidas si a Isa le agradaba.

Vaya que lo hacía.

Isabella jamás había enganchado tan bien con alguien, como con Louis. Fue casi instantáneo, fue casi ofensivo cómo soltó la mano de su mamá para correr hacia Louis el segundo fin de semana que se encontraron.

Harry lo entendía. Era su padre después de todo.

Harry había dejado muy en claro a Louis que no podía obligar a Isa a llamarlo papá, Isa sabia que era su padre, pero si ella no se sentía cómoda llamándolo de esa manera, él tenía que aceptar los cortos llamados de "Lou".

El primer encuentro que Louis tuvo con Isa, Harry le mencionó a Isa que él era su papá, señalándose a él mismo como mamá, y a Louis como papá.

Isabella solo absorbió esa información de manera rápida. Pasaron cuatro días juntos -sábados y domingos- y empezó a llamar papá a Louis.

Harry casi se sintió indignado cuando Isa tardó sólo cuatro días en llamar papá a Louis, mientras que tardó casi diez meses en llamarlo mamá a él.

- Quiedo, papá -Isa señaló un puesto con un carrito de algodón de azúcar.

- ¿Quieres comer azúcar? No sé si tu mamá esté de acuerdo, pequeña.

- Mamá. ¿comed azúcad?

Louis ríe detrás de Isa.

- No lo creo, corazón. Ya comiste golosinas hace un rato.

Isa hace puchero, pero Harry se mantiene firme negando una vez con la cabeza.

- Juego, papá.

Harry asiente hacia Isa, luego observa a los ojos de Louis.

- Será mejor que aproveches, nos tenemos que ir en un rato.

Louis mira a Harry. Le molesta un poco que el tiempo que tiene con Isa sea tan limitado y restringido, pero no puede quejarse. No por ahora.

- ¿Crees que podría ver a Isabella mañana? Me gustaría mostrarle mi casa.

Isa juega en los columpios con los ojos de Harry clavados en su espalda, a pocos metros de ellos. Louis habla despacio para que no logre oírlos.

- No lo creo.

- ¿Por qué? ¿Ya tienen planes?

Louis no considera que su pregunta se haya escuchado de una mala manera, solo indagando con tranquilidad.

- No es de tu incumbencia, Louis. Aprovecha hoy para estar con ella. No la dejaré ir sola contigo de todas formas.

El castaño dirige sus ojos azules hacia los verdes, y los fija allí, antes de hablar firme.

- ¿Y cuándo lo harás? Se supone que los fines de semana son tiempo para mí.

- No sé si lo haré. Aceptaste mis términos, atente a las consecuencias u olvídate de Isa.

- ¿Cuáles términos, Harry? Tú dijiste que los fines de semana tenía que ver a Isabella sin falta. Ahora no quieres que la vea, no lo entiendo.

Louis estaba empezando a estresarse un poco, pero no quería hacerlo, porque no quería arruinar el día por una simple discusión.

Should we fall in love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora