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Harry se sentía cada vez más grande. No siempre era algo bueno, a veces ni siquiera él mismo se soportaba.

Dentro de algunas semanas lo echarían del trabajo, no literalmente, pero casi, su jefe le había dicho que debía tomar su descanso desde sus siete meses, porque los hombres eran más propensos a los riesgos que un embarazo puede tener. Era demasiado. Harry amaba su trabajo, pudo llegar al acuerdo de hacer teletrabajo hasta los ocho meses, pero no más de cuatro horas. Era casi indignante.

Louis, en cambio, estaba totalmente de acuerdo con que Harry redujera sus horarios laborales, decía que no debía estrenarse, incluso le prometió que gradualmente él lo haría también.

Harry tuvo que ceder.

- ¿Qué haces, bebé? ¿Llegaste hace mucho?

Harry baja el volumen del televisor y niega, Louis lleva el cabello mojado y unos shorts de algodón. Harry envidia que no pase calor con esa sudadera. El está sudando y hacen diez grados, pero no puede desabrigarse demasiado porque Louis empieza a alterarse y se pone ansioso de que no puede resfriarse y debe cuidarse, y demás.

- Supongo que no, ya estabas en la ducha cuando llegué. ¿Isa duerme hace mucho?

Louis niega, se sienta en el sillón al lado de la cabeza del rizado y la levanta para que la apoye en su regazo.

- No hace mucho, apenas me entre a bañar cuando se durmió. ¿Mucho trabajo?

- No. Al contrario, cada vez reducen más mi trabajo. Me muero de hambre, ¿comieron algo?

- Sí, amor. ¿Quieres que te prepare algo, o que pidamos algo?

- No, solo, ¿que comieron?

- Carne asada.

- ¿Quedó algo?

Louis niega, sus dedos pasan por los rizos de Harry con suavidad.

- No, bebé. Pero podemos pedir. O puedo ir a comprar.

- No, está bien. No se me antoja nada muy elaborado, solo prefería algo rápido. ¿Qué hay aquí?

- Creo que no mucho, bebé... oh, creo que hay galletas saladas y atún. ¿Quieres eso?

- ¡Sí! Eso suena bien. ¿Me ayudas?

Louis sonríe asintiendo, se levanta y luego ayuda al rizado a acomodarse de espaldas para sentarse sobre el sofá.

- ¿Cómo estás, bebé? ¿Te has sentido bien?

- Sí, estoy bien.

- ¿Alguna novedad?

- Se mueve demasiado. Pero, no como pequeñas pataditas, tiernas como la primera vez. Si no, que se mueve, demasiado.

- ¿Por qué no me lo dices? ¿Le hablas mucho?

- Ni la mitad de lo que tú lo haces.

- Mentiroso.

Harry sonríe.

- ¿Quieres que te llame cada vez que se mueva? Creo que tú lo notas muchísimo más que yo, si eso es posible. Es decir, la primera vez que lo sentimos, fuiste tú quien me despertó para que pudiese sentirlo conscientemente.

Louis sonríe.

La primera vez que sintieron al bebé moverse era un poco tarde en la noche, Louis solo estaba acostado junto a Harry con sus ojos fijos en ese estómago inflado y sus manos acariciaban despacio y suave la piel de su chico.

Louis sintió cómo un pequeño bulto se formó allí, y luego desapareció y volvió a aparecer. Entonces despacio le habló a Harry, rogando por que no se levante y que el bebé deje de moverse; Harry apenas murmuró respuesta y Louis volvió a llamarlo diciéndole que despierte, Harry abrió los ojos y miró mal al castaño diciendo que lo dejara dormir, hasta que Louis explicó la situación y ambos pudieron sentir al bebé moverse un par de veces más.

Should we fall in love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora