Should we fall in love?

38

Louis se sentía como la persona más afortunada en el planeta.

Su adoración por sus hijos era incomparable. Isabella descansaba sobre sus piernas, abrazada a uno de sus tantos peluches, mientras él se mantenía estático sentado en el sofá, con una de sus manos sosteniendo a Isa y la otra atravesada entre las barreras de la cuna blanca donde descansaba su pequeño bebé, Logan.

Su vista se intercalaba entre mirar la pequeña mano de Logan sostener su dedo meñique, a mirar los párpados de su hija y por último los párpados de Logan y sus labios en puchero mientras dormía.

- ¿Amor?

Louis solo murmura en respuesta.

Harry se acerca despacio, apoyando su mano sobre el hombro de Louis.

- Ven a la cama, bebé. Tenemos que descansar.

Louis niega apenas. Una sonrisa crece en sus labios.

- No puedo.

Harry se agacha a su lado. Observa a Isa y luego a Logan.

- Se siente casi imposible separarse de ellos, ¿verdad?

- Sí. Es físicamente imposible.

Harry ríe apenas, sin demasiado ruido.

En realidad, jamás se ha sentido más completo en su vida. La presencia de Louis en su embarazo, es probablemente todo lo que necesitaba para sanar sus heridas.

Todo el rencor que alguna vez pudo haber existido hacia el chico de ojos azules con el que se acostó y no volvió a ver jamás, desapareció en el momento en que Louis lo besó y mimó cuando supo que estaba embarazado de Logan.

Se siente completamente feliz, porque ahora comparte las horas de llanto, los cambios de pañales, las recargas de leche, las compras, todo, con Louis; su pareja de vida.

- Vamos, Lou. Deja a Isa en su cama para que descanse correctamente, y ven a la cama para que nosotros también lo hagamos.

Louis se lo piensa unos segundos, pero termine asintiendo, Harry tiene razón, tienen que descansar.

- Está bien, bebé.

Harry espera a Louis acostado en la cama. La serenidad lo inunda cuando todo a su alrededor está tranquilo y en silencio, y siente a Louis acurrucarse a su lado.

- ¿Estás cansado, amor? -pregunta el castaño besando la mejilla del rizado.

- Un poco.

- ¿Cómo estuvo tu día? ¿Te dieron mucho trabajo los pequeños?

- Isa insiste en que ella puede cargar a Logan sola.

Louis sonríe, se acomoda en la cama, apoyando su cabeza contra el respaldar y Harry se abraza a él, su nariz haciendo caricias en la mandíbula de Louis.

- ¿Y tú? ¿Qué tal el trabajo?

Louis suspira, una de sus manos abraza a Harry más cerca y la otra busca su mano para entrelazar sus dedos.

- Aburrido. Te extrañé.

- Yo también.

Harry se estira un poco para alcanzar los labios de Louis.

- Estuve pensando un poco.

- ¿En serio? -pregunta el rizado con sorna.

Louis rueda los ojos, aunque Harry no pueda verlo.

- Estuve viendo casas.

- Que dices, Louis. Aquí estamos bien.

Louis suelta la mano de Harry y la lleva a su mentón para poder encontrar su mirada.