Should we fall in love?

25

Los días en casa de los Tomlinson habían sido increíblemente buenos. Todos habían disfrutado cada detalle que los padres de Louis tuvieron con ellos, cada comida y cada salida.

El regreso fue duro para Jane, dejar a su hijo partir otra vez, para verlo varios meses después, siempre era un poco difícil.

Louis, Harry, Grace e Isa regresaron a Londres el cuatro de enero. Jane insistió en que volviesen pronto, incluso le aseguró a Grace, que si en algún momento necesitaba un escape de Londres, las puertas de su casa estaban abiertas, incluso sin la compañía de Louis o Harry.

Isa debía volver a la escuela en un par de días, apenas era jueves, así que les quedaban tres días de vacación todavía.

Grace insistió en visitar a su hermano con Isa. Apenas era el primer almuerzo que tendrían en Londres, pues llegaron de noche al regresar de Doncaster, y Grace insistió en buscar a Isa esta mañana, alegando que iban a estar con algunos niños más y que Isa lo disfrutaría también. Harry y Louis terminaron aceptando.

Louis estaba sentado en el sillón, observando a Harry acomodar los portarretratos que Jane le regaló, uno con una foto de Louis siendo un lindo bebé en una piscina inflable montada en el patio de su casa, y otra de Louis un poco más grande, sosteniendo una medalla del primer lugar en algún concurso deportivo.

El castaño se sentía un poco culpable por observar con una sonrisa los muslos de Harry siendo ajustados por el short de mezclilla, de un color más claro que el que antes Harry tenía, que le había regalado en Navidad.

- ¿Deberíamos tener más fotos aquí, no? Me encantó cómo se veía la sala de tu mamá, tenía muchísimos portarretratos con fotos de ustedes. Quiero hacer algo parecido aquí.

- Sí. Eso sería lindo -murmura Louis en respuesta.

- Ya quedó. ¿Tienes hambre ya? Podemos pedir algo, o salir a comer. Hay que hacer las compras también, la heladera y la alacena están vacías.

- Sí, tengo algo de hambre. ¿Tú también? -Harry asiente, dándose vuelta para mirar a Louis de frente- ven, bebé.

El rizado camina hasta Louis y está sentándose a su lado, pero las manos del castaño viajan a su cadera, entonces lo dirige a sentarse sobre sus muslos.

Harry sonríe divertido.

- ¿Estamos hablando de lo mismo?

- Yo creo que sí -responde Louis.

El castaño no esperó algún otro comentario audaz, solo tomó con sus manos las mejillas del rizado y lo acercó a sus labios. Lo besó despacio al principio, pero su mano izquierda se deslizó a la nuca de Harry, y cuando las manos que estaban apoyadas en su pecho se deslizaron por su abdomen, hasta sus bíceps, recorriendo algunas veces, su mano izquierda tuvo que bajar hasta la espalda baja de Harry y deslizarse dentro de su camiseta para acariciar su piel.

Harry jadeó cuando los dedos fríos de Louis recorrieron su torso, envolviendo su cintura y haciendo caricias en el hueso de su cadera con su pulgar, mientras en su nuca, los dedos de Louis se enredaban en sus rizos sujetados por unos pequeños broches.

- Lou...

- ¿Qué pasa, bebé?

- Yo me refería a comida, como un almuerzo real -murmura entre besos.

El castaño sonríe, alejando su labios de los de Harry y dirigiéndose a su cuello. Sus manos están ambas bajo la camiseta de Harry, y se turnan entre recorrer el torso del rizado y apretar su trasero.

- Oye, fueron casi dos semanas sin sexo, porque "no querías deshonrar mi habitación de la infancia". No puedes culparme.

Harry suelta un gemido suave cuando los dedos de Louis pellizcan un poco su pezon izquierdo y su boca succiona una porción de la piel de su cuello.

- Lo sé. Lo sé. Te compensaré, lo prometo -las manos de Harry toman el rostro de Louis cuando este se separa apenas de su piel para separarlo más y poder mirarlo correctamente- pero en serio, me muero de hambre. ¿Podemos comer algo primero?

Louis finge un puchero, pero asiente antes de dejar un último beso en los labios de Harry. Sus manos se deslizan fuera de su camiseta y abraza su cintura unos segundos.

- Dime, ¿qué quieres comer?

Harry ríe brevemente. Corto y suave.

- A ti -responde sonriendo.

Louis sonríe también, entonces no puede evitar morder suave el hombro del rizado estirándose un poco para alcanzarlo.

- No me provoques, Styles. Tu almuerzo se quedará esperando si lo haces.

- Quiero decir, claro que quiero comerte a ti, pero primero quiero una hamburguesa con papas fritas. Ya sabes, comida rápida, fácil de terminar, para volver pronto a casa y poder resolver este problema de las dos semanas de abstinencia.

- Bien, sí. Eres muy inteligente, mi amor.

Harry asiente, entonces se levanta y acomoda su camiseta, cuando Louis se levanta también a su lado, acomoda un poco sus rizos, los deja caer debajo de sus orejas, porque los mechones que sujetaban sus broches estaban desechas gracias a los dedos de Louis.

- Aunque, no fue abstinencia, completamente. Quiero decir, te corriste de otras maneras un par de veces.

Louis ríe.

- Masturbarnos juntos es genial. Pero no se compara a estar dentro, ya sabes. Sentirnos completamente.

Harry es quien ríe un poco ahora.

- O a estar en una cama en lugar de la tina.

Ambos salen de casa y caminan un par de calles para encontrar un local de comida rápida que sirve hamburguesas. Ordenan y se sientan a comer allí mismo.

- Cuéntame, mi amor. ¿Qué es lo que más te gustó de Doncaster?

Harry lo piensa unos segundos, lleva una papa frita a su boca y golpea su dedo contra su mentón un par de veces mientras la mastica.

- Tú.

Louis ríe cortamente.

- Obviamente, pero, además de mí.

- Me gustó mucho Doncaster en realidad, pero especialmente me gustó tu casa. Es decir, no lo sé. Se siente tan hogareña, y con tantas personas y todas tan atentas y amables. Eso lo recordaré siempre.

- Sí. Eso es lindo. Bueno, para un tiempo de vacaciones, porque vivir entre tanta gente, cuando ya todos son adultos, no es tan sencillo de llevar, eh. Mi casa siempre está con gente.

- Sí, puedo entender. En mi casa siempre fuimos, mis padres y yo, luego Isa, mi madre y yo. Nada más. Entonces, fue diferente estar rodeado de gente todo el tiempo. Diferente bueno.

Louis asiente con una sonrisa.

- En serio me alegra mucho que lo hayas disfrutado.

- Sin dudas. Tendremos que volver en verano, aunque sea unos días, empezaré a extrañar a tu mamá.

Louis ríe.

- Lo sé. Ella también a ti. Pronto serás más su hijo que yo mismo.

Harry ríe.

- ¿Sabes qué deberíamos hacer?

- ¿Qué? -pregunta sonriendo el castaño.

- Enviarle algunas fotos de Isa, para que pueda tener algunas en la sala.

- Estoy seguro de que le encantará tu idea.

- Sí. Es que me gustó realmente mucho su colección de fotos. Sobre todo las del pequeño bebé Louis.

Louis niega con la cabeza un par de veces.

- Sí que te divertiste viendo fotos vergonzosas mías siendo un bebé, ¿no es así?

- Oye, Vic tuvo algunas risas también. No te lleves todo el crédito.

- Claro -murmura Louis en respuesta- ¿por qué no mejor terminamos este almuerzo y solucionamos lo que dejamos pendiente al salir de casa?

Harry sonríe con inocencia.

- Está bien, amor.