𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 𝐎𝐅 𝐃𝐀𝐑𝐊𝐍𝐄𝐒𝐒 | 𝐖𝐄𝐃𝐍𝐄𝐒𝐃𝐀𝐘

𝐗𝐗𝐈𝐈𝐈

≺≺ 𝐌𝐲𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐨𝐮𝐬 𝐂𝐫𝐞𝐚𝐭𝐮𝐫𝐞𝐬 ≻≻

Hellish Erd no solo se caracterizaba por sus maravillosos paisajes o por tener una gran diversidad en flora y fauna, también existían diferentes clases sociales, estas se dividían dependiendo del poder económico de cada familia. 

𝐂𝐚𝐫𝐬𝐨𝐧; estos eran los últimos en la lista de los cuatro clanes. Las "personas" que conformaban esta familia eran los agricultores, ganaderos y campesinos, básicamente eran los encargados de cosechar los alimentos para el país. 𝐌𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫; simplemente era la clase media, no tenían una función específica, sin embargo, como en otros linajes, tenían algunas características de los demonios, e incluso poseían telequinesis. 𝐋𝐞𝐞; la clase media alta o los nobles, ubicados en la segunda posición de la pirámide social de Hellish Erd. Estas criaturas controlaban los elementos, pero no llegaban al máximo poder. Finalmente están los 𝐇𝐞𝐥𝐥𝐖𝐫𝐚𝐭𝐡, aquellos que gozaban de este apellido, tenían varias virtudes, poderes y dones a su disposición. Eran los que más alcance económico contenían. Pero ellos debían de tener diferentes "niveles" para alcanzar la corona, como en esta familia los miembros eran reducidos y en cantidades específicas, realizaban pruebas o inmediatamente los hijos del rey -independientemente si era hombre o mujer - heredaban el trono. Los "niveles" eran tres; el básico, el intermedio y el avanzado. Al momento de ser coronados como líderes, en el caso de los hombres, se apodaban como "Lucifer", al contrario de las mujeres, ellas se llamaban "Lilith" eran sobrenombres que la sociedad les colocó honorando a los primeros cabecillas de los clanes. 

Volviendo al tema de los niveles, Michelle estaba en el intermedio, había pasado todas las evaluaciones habidas y por haber. Al ser hija de Lucifer, las cosas se facilitaron, pero aún así, ella era la que tenía la potestad de decidir si se quedaba o si se retiraba del poder. 

Por esta razón es que cuando el Hyde la atacó, su recuperación fue pronta, aunque demoró más de lo normal, esto se debe a que dentro del organismo del monstruo se encontraba un ácido, impidiéndole regenerarse con rapidez. 

Después de varias revisiones hechas por doctores y enfermeras, Michelle pudo salir de aquella fría y blanquecina sala del hospital. 

Su mano estaba entrelazada con la de su novio, llegaron al auto del castaño y este le abrió la puerta para que ella pasara, rodeó el coche y se adentró en él. Emprendieron camino hasta Nevermore, durante todo el viaje, los chicos mantenían su agarre, la mano de Michelle estaba posada en la palanca mientras que la de Xavier encima suya. 

Al llegar, el chico nuevamente ayudó a la pelinegra a bajar del vehículo. Ingresaron al establecimiento y unos delgados y pálidos brazos rodearon el cuello de la chica. 

—¡Michelle! No sabes cuánto me preocupaste —Yoko abrazó fuertemente a su amiga a la vez que ella correspondía al gesto.

—Estoy bien, Yoko, no pasó nada malo.

—¿Nada malo? ¡¿Nada malo?! ¡Por poco y te me mueres ahí mismo!

Michelle agarró los hombros de la contraria y la puso al frente para mirarla fijamente —Estoy bien ¿Si? no te preocupes, ya me regeneré. —la vampira asintió lentamente, volvió a dejar un pequeño abrazo antes de separarse completamente de la ojiazul. 

—¿Dónde está Dunkel? —cuestionó la chica mirando hacia todos lado, pero no encontrando a su amigo. 

—Él no sabe que estás aquí, cuando se enteró lo que te había pasado, no quiso hablar con nadie —el sentimiento de culpabilidad empezaba aparecer dentro de la fémina—. Iré a verlo. 

—Descuida, iré por él.

Xavier dejó un beso en la frente de la pelinegra antes de que esta se dirigiese hacia los cuartos, caminó por los pasillos hasta llegar a la habitación que compartía con la vampira. Tocó dos veces pero nadie respondió, bajó el picaporte y entró a la recámara. Recorrió el espacio con sus preciosos orbes azules, se fijó en aquella cajita de madera que reposaba sobre su colchón, se acercó y levantó la tapa con huecos y la imagen de un Dunkel enrollado y los ojos vidriosos se dio a relucir. 

—Dunkel —susurró dulcemente para que la criatura la mirara. Alcanzó a ver un destello en sus oscuras pupilas, rápidamente se arrastró hasta llegar al cuello de la chica y se enrolló en la blanquecina clavícula de su dueña. 

Escuchó leves sollozos por parte del reptil, acarició su cabecita con cuidado. —Pensé que te perdería —murmuró entre lágrimas. 

—Ya estoy aquí, cariño. 

La tarde transcurrió entre lágrimas de felicidad, tristeza y el sentimiento de alivio que recibieron los cercanos a Michelle. Sin dudas se preocupaban por ella, desde el momento en que la pelinegra pisó Nevermore, se ganó un gran lugar en el corazón de la mayoría de los alumnos ahí; incluyendo a cierta chica con trenzas, aunque a veces la terquedad e intensa curiosidad que sentía hacía que cometiera actos que probablemente se arrepentiría en un futuro no muy lejano.  

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El día siguiente llegó rápidamente, la pelinegra se encontraba en el estudio de su novio, leyendo tranquilamente uno de los libros que su padre le llevó el día de la familia. 

Aquella obra mostraba las diversas criaturas que habitaban al este de Hellish Erd, Michelle hojeaba con detalle mientras buscaba algo que sirviera para la investigación de Merlina. Serpientes con dos cabezas, zorros azules, grifos, etc. Pasó una página pero luego la volvió a revisar, abrió grandemente los ojos al ver un dibujo de la criatura que atormentaba los sueños de Xavier. 

—Carajo —murmuró incrédula, no creía lo que veía. 

—¿Qué sucede, princesa? —giró el libro en su dirección, permitiendo que el chico observara la hoja—. Hyde —leyó en tono suave. 

—No tenía idea que estos monstruos existían en Hellish Erd, al parecer su hábitat es el bosque nuclear. 

 —¿Bosque nuclear?

—Sí. Es donde la mayoría de demonios, brujas y hechiceros recargan su energía. Sobre todo los de nuestra especie durante la luna sangrienta. 

—¿Luna sangrienta?

Sonrió levemente. —La luna sangrienta es un evento que sucede cada cuatro años. Es donde los demonios, en especial los de mayor poder tienen la habilidad de controlar las sombras de los normis u otras criaturas, a excepción de los demonios. Teniendo el control de las sombras, también pueden hacer posesión de sus almas. 

—¿O sea que puedes controlar las almas de las personas y hacer lo que quieras con ellas? —la chica asintió—. Cool.