Capítulo 2: Los menesteres de la finca

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En el capítulo anterior, vimos que Luisa trabaja en la finca de don Santiago, esta finca requiere de mucha mano de obra para su mantenimiento y sostén, razón por la cual hay varios trabajadores dedicados a las labores y faenas propias de un lugar productivo como este, tales como cuidar el ganado, las aves, los cerdos, las cabras, ovejas y otros animales, así como estar pendientes de las labores de los cultivos, tales como arar, abonar la tierra, sembrar, regar, cosechar, en fin, Luisa es una de las trabajadoras mas valoradas y apreciadas en la finca, ya que su tremenda fuerza, producto de su don, le permite hacer cosas que otros trabajadores soñarían con hacer, tales como halar el arado, halar la carreta, amontonar la leña para cocinar o tostar el café, estar al pendiente de los animales que se escapan de sus cercas para que no dañen los cultivos, en fin, don Santiago siempre había querido pagarle por sus labores, pero como bien sabemos y como lo vimos en la película, la abuela Alma no lo permitía, si bien después de restaurado el milagro y con Mirabel como nueva matriarca heredera, se estableció que podían ganar dinero a cambio de sus labores, por ello, en esta ocasión nos encontramos en la finca de don Santiago, mas conocida como "Casa López", en donde desarrollaremos la aventura de hoy; cabe aclarar que como se vio en el capitulo anterior, Mirabel ayuda en los diversos menesteres del pueblo, y en el caso de don Santiago López, no es la excepción, por ende, hoy la vemos trabajando al lado de la esposa del patrón en el diseño de los famosísimos canastos de mimbre, que mas adelante saldrá la señora a vender en el Encanto y pueblos aledaños. La señora Martina López es una mujer con pelo canoso, con cabello recogido en dos trenzas, vestido blanco con bordes rojos, un poco robusta, rondando entre los 60-70 años; esta señora había sido por mucho tiempo la pareja y ayudante de don Santiago, cuyos hijos de este matrimonio también ayudaban en los quehaceres diarios del hogar, en fin, comencemos con el capitulo de hoy

Señora Martina: Veinte canastos mas y acabamos Mirabel, después de esto no se si me quieras acompañar a venderlos, ya que tu conoces esta región mejor de lo que yo la conozco

Mirabel: Por supuesto señora Martina, lo mas importante es dar con los clientes adecuados, además este es un producto muy necesario para hacer las compras

Señora Martina: Claro que si, además este producto no creo que vaya a morir con el tiempo, sino al contrario, va a conservarse por muchas generaciones

Mientras tanto, al lado estaba Luisa separando la esterilla del mimbre de la viruta con sus manos, con el fin de usar esta ultima para la elaboración de los canastos

Luisa: Es una lastima que yo no pueda tejer los canastos de mimbre porque siempre se me parten las fibras o se me rompen

Mirabel: Luisa, no todos servimos para todo, por eso somos una comunidad, en donde cada uno hace lo que mejor sabe hacer

Señora Martina: Además, tus manos son muy gruesas y pesadas para esta labor, es mejor que nos ayudes pasándonos esa viruta de mimbre para hacer los canastos

Luisa: Si, lo se señora Martina, mi fuerza es necesaria para esto, porque de otro modo tendrían que usar una maquina especial

Señora Martina: Así es, por eso son muy útiles tus labores acá en la finca

Después de un rato de estar en esta faena de elaboración de canastos de mimbre, se les iba agotando la materia prima de estos, por lo que había que ir por otro atado de esterillas de mimbre, por ende, Luisa fue a buscar dicho atado, al granero en donde estaban guardados, mas cuando llego, una voz familiar le dijo "Oye Luisa, necesitas ayuda", al voltearse, vio a un hombre corpulento, de tez morena, cabello negro, sombrero llanero, overol azul y botas negras, su nombre es Samuel Romero, mide casi un metro noventa, el es llanero de origen, mas exactamente de Aguazul, en el Departamento de Casanare, es un experto en el coleo del ganado, en el manejo de las bestias, en las faenas del campo; como todo llanero, muy andariego, dejo su natal tierra, ya que el trabajo escaseaba en su región, y se aventuro mas hacia el interior del país, llegando por pura casualidad al Encanto, pueblo que lo acogería por su basta experiencia que desde pequeño había adquirido en las labores del campo

Encanto, una serie de colombianos escrita por un colombianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora