Encanto, una serie de colombianos escrita por un colombiano

Capítulo 103: Aquelarre

Aleyda se había levantado temprano esa mañana, ya que el dia anterior le habían notificado que había una reunion de emergencia en la sede de la Hermandad, demás estaba decir que no estaba muy contenta de ir a lo que ella llamaba el campo de tortura para brujas, ya que los recuerdos que tenía de ese lugar no eran los más agradables, sino muy por el contrario, la razón, el catalizador por el cual quería destruir aquel sitio e instaurar un nuevo orden en donde brujas pudiesen llevarse bien con humanos mágicos, seres mágicos y seres mitológicos. Pero mientras eso ocurría, tenía que sujetarse y someterse a las leyes de la Hermandad, así que muy en contra de su voluntad, tenía que ponerse aquel uniforme que detestaba para ir al sitio al cual no quería ir. Por ende, la vemos arreglarse de mala gana, ponerse aquel vestido que detestaba, ponerse aquel sombrero que detestaba (y que solo usaba para el dia de Halloween, ya que la tradición lo ameritaba), las medias que detestaba (según la bruja, la hacían ver como un payaso) y los botines que como adivinaremos, no eran muy cómodos para sus pies acostumbrados a las alpargatas. Por supuesto, se puso sus aretes de pentáculo, por lo cual, al mirarse en el espejo, de forma frenética dijo

Aleyda: (Con voz frenética y chillona) ¡Como odio, como odio vestirme así!

De repente el amo de llaves, el cual va vestido de cochero, aparece y dice

Amo de llaves: Mi señora,ha de tener en cuenta que usted lleva la vestimenta de aquellas que se dedican al oficio que usted ejerce

Aleyda: (Con un tono de molestia en la voz) Escuchame amo de llaves, si quisiera vestirme asi, si amara vestirme así, todos los días andaria asi, pero no es el caso, porque (con grito de niña berrinchuda) ¡Odio vestirme así!

Amo de llaves: (Tomando un suspiro) En fin mi ama, como dice el dicho "Al mal paso, darle prisa", veamos que necesitan en esa Hermandad y luego podremos volver a nuestra vida cotidiana; ya que como usted sabe y a raíz de lo que me ha contado, a mi tampoco me gusta aquel sitio

Aleyda: (Sonriendo y cogiendole una mejilla al amo de llaves) Por eso eres mi sirviente preferido, porque me comprendes muy bien

Amo de llaves: (Sonriendo) Ya lo se mi señora, por eso me esmero en servirle bien

Aleyda: En fin, que bueno que destruí a esos inútiles ayer, porque si no a nuestro regreso hubiésemos visto el castillo destruido

Amo de llaves: Bueno mi ama, haga de cuenta que cambiar a esos inútiles, es como cambiar de muebles

Aleyda: Tienes razón mi fiel sirviente, así que vamos al manicomio ese

El amo de llaves se ríe con este chiste de su señora, por lo cual se montan en aquella carretilla que hemos visto en otras ocasiones, la cual va jalada por Eoloéquidos, los cuales al decir la palabra "Wichay" comienzan a volar con rumbo directo a la Hermandad, al arribar a la Hermandad, el amo de llaves mencionó la palabra "Uraqay", con la cual los caballos comenzaron a descender, para aterrizar justo en el jardín que daba la entrada a la Hermandad, por supuesto al ver quien era, las otras brujas comenzaron a murmurar y a mirarla con desprecio, algo a lo cual Aleyda estaba más que acostumbrada, al entrar y dirigirse al salón principal de reuniones, escuchó una voz que le decía "Oye, para las demás serás la paria de la Hermandad, pero no te olvides que mis hermanas y yo somos tus mejores amigas", al voltear Aleyda, vio a una mujer de su misma edad, que tenía el uniforme de la Hermandad, tez blanca, cabello lacio color castaño claro, ojos color miel, aretes de estrellas en cascada, por lo cual sonrió y dijo

Aleyda: (Sonrió) ¡Canora!, ¡Tu eres una de las pocas cosas buenas que me ha pasado en este sitio!

Aleyda se acerca a ella, le da un beso en la mejilla y la abraza, cuando en eso, aparece otra bruja de la misma edad de Aleyda y Canora, con el mismo uniforme de la Hermandad, piel blanca pálida, cabello lacio color negro grisáceo, ojos color café grisáceo y aretes de luna en cascada que le dice "¿Y para mi no hay abrazo y beso?"