Encanto, una serie de colombianos escrita por un colombiano

Capítulo 45: Los detectives

Era un dia normal en el Encanto, más exactamente en la escuela de este pueblo en donde Mirabel y Camilo estudian, los chicos estaban en un dia normal de recreo, en donde Camilo estaba jugando Metegol (un juego derivado del fútbol, que como su nombre lo indica, el que mete gol pasa a tapar y así sucesivamente) con unos compañeros y Mirabel estaba reunida con las chicas tomando sus onces y hablando de todo un poco, sobra decir que Camilo no podía usar sus habilidades mientras estuviese en la escuela, ya que en más de una ocasión y como adivinaran, había tratado de hacerse pasar por profesores, con resultados no muy favorables, por no decir que jugar al fútbol teniendo su don cambiaforma, le daba una ventaja injusta sobre sus compañeros, así que tenía que actuar como cualquier chico normal. Lo que no habían notado todos era que estaban siendo observados ,por un extraño hombre afrocolombiano, vestido con traje negro, sombrero negro y gafas negras, a leguas se notaba que este hombre era una especie de detective o de agente secreto, pero la pregunta es, ¿Qué estaría haciendo en el Encanto?, ¿Cuáles serían sus intenciones?, pronto lo íbamos a averiguar. De todas formas, una de las compañeras que estaba con Mirabel, Ana Jutinico, más conocida como Anita, una chica de tez blanca, pelo castaño rojizo y liso, ojos color miel, vestido amarillo con tirantes y sandalias del mismo color, fue la que detalló que el hombre estaba allí y disimuladamente se lo dijo a sus otras compañeras, por supuesto, a Mirabel le pareció sospechoso lo que aquel hombre estaba haciendo, por otro lado, Juan Jutinico, más conocido como Juancho, un chico que usaba una gorra color azul hacia atrás, pelo café, ojos azules, tez blanca, camiseta blanca, pantalones azules con tirantes azules y alpargatas cafés, curiosamente hermano de Anita, vio a este hombre también, pero al notar que era un detective, no le dio mucha importancia, hasta bromeó con el asunto

Juancho: Mira Camilo, ya hasta tienes detectives siguiéndote para asegurarse que no uses tu don para salirte con la tuya, ja, ja, ja, ja, ja

Camilo: (Con ironía) Ja, ja y ja, que gracioso (mirando al detective) De todas formas, ¿Qué estará buscando?, es obvio que sea lo que sea no está aquí

Juancho: Por favor Camilo, es obvio que uno no puede dejarse engañar por las apariencias, si está aquí, es porque debe haber alguna clase de espía o de criminal oculto entre nosotros y debe estar tratando de averiguar quien es y en donde esta

Camilo: Bueno, en ese caso, debemos abrir bien los ojos y ver si alguno en la escuela tiene una actitud sospechosa

De esta forma, los dos compañeros se dispusieron a observar si alguien hacía o decía algo fuera de lo normal, incluso hasta Camilo se transformó en detective y le hacía la típica pregunta que estos hacen en la televisión "¿Dónde estabas la noche del dia tal, a tal hora?", lo que por supuesto hizo que uno de los profesores le dijera

Profesor: Camilo, sabes perfectamente que aquí no puedes usar tu don, te lo hemos dicho varias veces

Camilo: (Volviendo a su forma original) Profe, pero en esta ocasión es por una buena causa, ¿No vio al detective que estaba allá afuera?, seguramente sabe que alguien aquí es sospechoso de algo y por eso lo esta siguiendo

Profesor: Pero que disparate Camilo, ¿Por qué pensarias que alguno de tus compañeros es sospechoso de algo?, más bien deja a ese detective hacer su trabajo y tu has el tuyo que es estudiar

Camilo: Si profe

Profesor: Ahora andando, al salón de clases

De esta forma continuó transcurriendo la jornada escolar, sin mayores sobresaltos, cada uno en sus respectivas clases, sin embargo, seguía rondando el misterio sobre que hacía aquel detective alli, asi que al finalizar la jornada y cada uno yéndose a su casa, comenzaron a hablar del tema

Camilo: Enserio, ¿Qué estará tratando de resolver ese detective?, ¿A quien estara siguiendo?, me muero por saber

Juancho: Probablemente sea una especie de espía o algo asi, ya sabes, de esos que montan sus bases secretas en el sitio menos pensado