Encanto, una serie de colombianos escrita por un colombiano

Capítulo 15: En el corazon del mundo

Sabemos perfectamente que tanto en la película, como en esta serie de Encanto que estoy escribiendo, Bruno representa a las tribus indígenas colombianas, aquellos seres humanos que habitaban en estas tierras que mas adelante serian conocidas como continente americano, y que aun todavía subsisten en pequeños grupos resguardados en los diversos territorios de la geografía nacional. Es por ello que en este capítulo vamos a dar a conocer una de las tantas tribus que habitan este territorio y que al día de hoy, tanto su cultura como su sabiduría se conservan, ellos son la tribu de los Arhuacos, los cuales son un pueblo amerindio que habita la vertiente meridional de la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia) y que hoy ejercerán un papel fundamental en el entendimiento de esto que los Madrigal, el pueblo del Encanto y nosotros como participantes de esta historia llamamos el milagro, asi que sin mas preámbulos, allá vamos.

Era una mañana tranquila en el pueblo del Encanto, en esta ocasión Bruno se encontraba esperando a unos invitados que todos los años por aquellas fechas visitaban el pueblo, desde la consecución del milagro en adelante, estas personas venían justamente para que la representante del pueblo y de aquella magia, que no era otra que la abuela Alma, los acompañara para dar las ofrendas de paz por el milagro recibido, ya que según ellos había sido un regalo del Creador y Gran Padre, Kakü Serankua, razón por la cual, para agradecer por todos los dones otorgados a los miembros de la familia Madrigal, estos a través de su matriarca, debían presentar los debidos respetos y honores, estos invitados no eran sino los representantes de la tribu de los Arhuacos, pueblo amerindio que habita la vertiente meridional de la Sierra Nevada de Santa Marta y que habla un idioma de la familia chibcha. Bruno aún continuaba esperando que vinieran, cuando en eso llega la abuela Alma

Abuela: ¿Aun no llegan hijo?

Bruno: No mama, pero no deben tardar

Abuela: Bien, de todas formas ya tengo lista la ofrenda de este año, si bien somos de creencias católicas, de todas formas se debe ser agradecidos con todos aquellos seres que permitieron que nuestro milagro existiera, además son nuestros ancestros, por lo cual se debe rendir cierto respeto y honor a sus creencias y tradiciones

Bruno: Oye mama, de igual forma, ¿Tu crees que debamos decirles que Mirabel es la próxima matriarca y guardiana de nuestro milagro?, después de todo, ella es la que te va a relevar cuando tu ya no estés

Abuela: Justamente hijo, con los años yo ya no voy a poder seguir yendo a dar la ofrenda, por lo cual es bueno que Mirabel ya se vaya familiarizando con el tema

Bruno: Si mama, tienes razón

Las ofrendas de agradecimiento por el milagro, incluían elementos como dulces de distintas formas, plantas medicinales, incienso, resinas aromáticas vegetales y grasa de res, ovejas y cabras, que debían ser colocadas ordenadamente en el altar, al que después se le prendería fuego, esto según las creencias de los Arhuacos, permitía rendirle los debidos honores a Kakü Serankua, así como a la Madre Tierra y a la naturaleza. Tal y como se menciona, Mirabel se esta empapando de este tema, ya que como futura guardiana del milagro, será su deber presentar esta ofrenda, así que en la biblioteca de la gruta secreta ella había estudiado todo lo que tenia que ver con esta tribu indígena, por no decir que la abuela Alma tambien se habia encargado de explicarle, así que rato después llegan los tres representantes de esta tribu como todos los años, ellos son Queteba, Sue y Sahua, que como se aprecia, son hombres de cabellera negra larga, piel morena, vestidos con sus prendas habituales compuestas de una manta tejida en lana de oveja con adornos de color marrón de la misma lana, pantalón del mismo material de la manta, portando mochilas tejidas por las indígenas arhuacas, una faja, cuyo nombre indígena es Cuyina y la cual lleva en la cintura y su típico sombrero o toczuma, propio de los hombres de esta tribu. El primero en saludar es Queteba