Capítulo 59: El plan contra el cazador

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Muchos dirán, que uno ya exagera con el asunto de los fantasmas en cuanto a criaturas mitológicas se refiere, pero si nos fijamos, en el folklore colombiano es en lo que mas se cree, ya que muchos mitos y leyendas, giran en torno a aquellos que no han podido encontrar la paz y el descanso eterno, y que por lo tanto, todavía rondan este plano terrenal. Uno de ellos es el Cazador Fantasma, el cual es una criatura mitológica que se dice, es el espíritu de un cazador que en vida prefería, valga la redundancia, irse de cacería, antes que ir a misa, por lo cual quedó maldecido y vaga en este plano terrenal. Por lo tanto, a diferencia de otras criaturas mitológicas en esta historia, su origen no es haber consumido o haber sido asperjado con aquel liquido hecho con coca, tabaco y otras hierbas, sino simplemente el de aquel que aun no ha hallado la redención para poder descansar en paz. El fantasma de este cazador generalmente es acompañado de un sabueso blanco con manchas amarillas, negras y cafes, con orejas caídas y grandes garras, este perro cuando bosteza, deja ver dos enormes colmillos; continuamente el Cazador azuza a este can, con el objetivo que le ayude a encontrar una presa potencial, lo hace con su voz lastimera, triste de fantasma, por lo cual, cuando los animales detectan que este espíritu se encuentra cerca, inmediatamente huyen despavoridos, anticipando la tragedia que se les viene.

De esta forma vemos a dicho cazador en una cueva, en donde su muestran los trofeos que hasta el momento ha conseguido, se exhiben pieles de jaguares, de pumas, de anacondas; se exhiben cabezas disecadas de venado, de danta, de oso de anteojos, de oso hormiguero; se exhiben chigüiros, conejos, borugos, tortugas, iguazas, torcazas, nutrias, coatíes y otros animales pequeños disecados; vemos que el Cazador Fantasma es el espectro de un montero corpulento, de cabello abundante, suelto y flotante; su cara es la de una calavera con ojos rojos; luce una camisa que cambia de color dependiendo del ángulo de luz, variando de rojo, amarillo, verde, negro, blanco o plateado; en su cabeza lleva un gorro, en su cuello cuelgan unos binoculares; lleva terciada una carabina, una cantimplora, una mochila; de su cintura cuelga un machete y el estuche de una linterna; lleva unos pantalones color café y luce unas botas de color negro; en este momento esta descansando sentado en una roca, como en un estado de trance. A sus pies, descansa su fiel sabueso, el cual también se encuentra como en un estado de animación suspendida; de repente, los ojos del cazador brillan intensamente, como si saliese del estado en el que se encontraba, como si hubiese estado esperando una señal para despertar. Este cazador dice

Cazador Fantasma: (Con voz triste, melancólica) Es la hora de salir a cazar nuestra presa anual mi querido sabueso infernal; con lo cual cada vez estamos mas cerca de nuestra redención que nos permitirá hallar la paz y el descanso para nuestras almas

El sabueso se levanta, bosteza dejando ver sus dos grandes colmillos afilados y da un potente aullido fantasmal, espectral, como anunciando que el Cazador Fantasma va por su siguiente presa; a diferencia de otros fantasmas, este no puede volar, por lo cual camina buscando aquella presa que pueda unirse a su colección, de tanto en tanto, azuza a su canido con el fin que rastree algún animal digno de formar parte de su galería. Por supuesto, los animales al sentir la presencia de este cazador, huyen despavoridos, sabiendo que con el, la muerte es inminente, por lo cual, dejan de haber cantos, graznidos, croares, ladridos, aullidos, gruñidos, entre otros sonidos animales, con el fin que el Cazador Fantasma no los pueda detectar. Para mala fortuna, vemos a uno de los animales de los cuales Antonio se hizo amigo capítulos atrás, más exactamente el maestro Ukuku, un oso de anteojos sabio, que le enseñó a Antonio el arte de sobrevivir cuando se encontrase solo en el bosque, así como a distinguir cuales animales podía cazar y cuales no. Por supuesto, al saber que el don de Antonio lo protege, no teme la presencia del cazador, sin embargo, considera prudente advertirle, ya que lo que menos desea es que el salga lastimado, así que una vez siente cerca al cazador, se lanza a correr lo más que puede, con el fin de alejarlo lo más posible del pueblo del Encanto y después ir hacia allá. Naturalmente el Cazador Fantasma le dispara a este oso, pero no consigue darle, por lo cual se pregunta que clase de magia lo protege, sin embargo, azuza a su perro para rastrearlo y seguirlo, no obstante, el maestro Ukuku sabe esto, por lo cual astutamente pasa entre charcos y ríos, con el fin que este cánido pierda el rastro, al final, el oso logra escapar con las justas, y lo mejor, sabiendo que este cazador no se acercara al pueblo del Encanto, y por ende a Antonio. Una vez estuvo seguro que el Cazador Fantasma se encontraba lejos, se dirigió inmediatamente al pueblo del Encanto, con el fin de advertirle a Antonio que este cazador estaba cerca, por supuesto, cuando este oso llego, muchos se asustaron, ya que como vimos anteriormente, había la creencia que este oso atacaba al ganado o a las personas, si bien no se había logrado comprobar, no obstante, el maestro Ukuku sabia que la magia del milagro lo protegía, por lo cual se dirigió hacia donde estaba Antonio, el cual al verlo, se dirigió alegremente hacia el

Encanto, una serie de colombianos escrita por un colombianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora