Encanto, una serie de colombianos escrita por un colombiano

Capítulo 104: El desafío Awqanaku Tupaq

Nota del narrador: Hola a todos, queria disculparme por no haber publicado episodio nuevo en dos semanas, lastimosamente estuve enfermo y por eso hasta ahora puedo volver a publicar un capítulo. ¿Y entonces que mi gente?, ¿Disfrutando de "El miniarco del llano"?, recuerden que les estoy dando revelaciones bomba a través de estos capítulos, por lo cual espero que los estén leyendo de cabo a rabo, ya que les estoy soltando bombazos y revelaciones a lo que marca, así que continuemos, que esta historia esta buena

Mientras duraba la reunion de la Hermandad, en el llano, mas exactamente en Aguazul, Casanare, todos estaban en sus labores diarias, y por supuesto nuestros protagonistas, disfrutando con la familia de Samuel de aquellas pequeñas vacaciones, que inclusive hasta la abuela Alma se las estaba gozando de lo lindo, ya que como adivinaremos, el estar a cargo del milagro y del pueblo, habían hecho que nunca pudiese tomarse un periodo de vacaciones, lo cual por supuesto y aunque no se notara, estaba haciendo mella en su salud, por lo cual como sabemos, tenía que estar yendo de tanto en tanto a Apolonia a hacerse chequeos con el doctor Acevedo. Sin embargo, ella estaba feliz, muy, pero muy feliz, ya que al no tener que ser su familia perfecta, al poder todos usar sus dones a voluntad, pero con responsabilidad, al saber que tenia una digna sucesora, podía relajarse como no había podido hacerlo en todos esos años. De esta forma, ya estaban armando planes para disfrutar de su estadía en el llano, ya que tenían muchas cosas por delante, como montar a caballo, practicar el coleo, ir al rio, montar en botes, aprender a bailar joropo (Felix y Pepa si que hubiesen disfrutado esto, pero bueno), hacer ecoturismo, en fin, poco sabían ellos que pronto sus planes para ese dia se verían arruinados por ciertas brujas que ya estaban en camino. De repente y sin previo aviso, sobre el cielo de este pueblo, vieron a un enjambre de treinta brujas sobrevolar el cielo de este pueblo, por lo cual todos se comenzaron a inquietar, ya que bastante tenían con las travesuras de las hermanas Rengifo, como para que ahora viniesen más brujas a fastidiar en el pueblo. Esto hizo que Nepomuceno una vez más, fuese a avisar a los Romero y a los Madrigal sobre aquella amenaza que se aproximaba

Samuel: ¿Que?, ¿Está usted seguro?, ¿Ahora no son solo esas tres, sino más brujas?

Nepomuceno: (Alterado) ¡Completamente!, ¡En esta ocasión son más!

Saturno: Bueno, entonces iremos a ver que es lo que pasa (Dirigiéndose a Macarena) Mija, traeme la escopeta por si acaso, si quieren tomarse el pueblo, no saben la que les espera

Luisa: Y por supuesto, voy tambien, no voy a dejar a mi futura familia politica sola

Samuel: (Sonriendo) Esa es mi chica

Isabela: Uichh todos vamos a ir, no nos dejen por fuera

Hugo: Exacto, no se van a llevar la diversión ustedes solos

Farid: Concuerdo contigo hermano

De esta forma, los Madrigal y los Romero salieron a ver de que se trataba todo ello, sin embargo, había uno que ya sabía que era lo que se avecinaba, alguien que ya sabía que era lo más probable que ocurriera cuando la Hermandad se enterase del milagro, todos sabemos que ese era Sebastián, el cual tendría una agridulce reunion con su querida prima menor. Así que el chamán salió a ver, al igual que mucha gente en el pueblo, a ver las brujas llegar a aquel sitio. Las brujas aterrizaron en el pueblo, por lo cual apenas todas estuvieron en tierra, Jacinta fue la primera que hablo

Jacinta: (Sonriendo) Hola, hola pueblo, ¿Nos extrañaron?

Samuel junto con los demás llega hasta donde están ellas y les pregunta

Samuel: ¿Ahora que se proponen?, ¿Qué significan todas estas brujas aquí?, ¿Van a hacer un aquelarre aquí o que?

Jazmin: (Sonriendo) Oh, no, no, no, no Samuel, el aquelarre lo tuvimos esta mañana en la Hermandad; verás, a raíz de lo que descubrimos ayer y después de discutirlo esta mañana con todas nuestras hermanas, decidimos que hay algo mucho mejor que estarles rezando el ganado a ustedes, ¿Verdad hermanas?