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Este es de estos textos que llegan y sientes la necesidad de plasmarlos cuánto antes, con un apuro exagerado. De esos textos que sientes que son brillantes, que contienen ideas revolucionarias que tienen la capacidad de cambiar la humanidad. De esos textos que piden a gritos ver la luz por temor a perderse en la oscuridad del olvido.

Y de hecho, por miedo a que se vaya, lo estoy escribiendo en el momento exacto en el que mi cerebro me lo pide, aunque no resulte más que una idea vaga dentro de otra, los chispazos creativos son la pólvora del trance y no podemos desperdiciarlos. La calidad del chispazo puede ser debatible, pero eso no le corresponde al artista al momento de engendrarlo. Un chispazo es un boceto, te acerca al concepto, y casi siempre ocurre en los momentos más inoportunos de la cotidianidad. Por experiencia aprendí que siempre se debe llevar a la mano un lugar para tomar notas. Las ideas más puras que he fabricado han nacido de esa forma: chispazo, procesamiento, pulido y publicación. El trance está actualmente infravalorado.

SoliloquiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora