LXXXIX

6 0 0
                                    

La afinidad natural que sentimos por la escasez hace que valoremos a los artistas muertos ya cuando es demasiado tarde. Sobre todo porque se delimita una frontera a su obra (algo que a los artistas vivos no les pasa, puesto que pueden seguir publicando cosas continuamente). Entonces, al saber que tenemos un límite escaso de cosas por consumir de ese artista, nos lleva inconscientemente a prestar más atención a pequeños detalles que en casos normales pasamos como desapercibidos. Pocas cosas más interesantes para el humano que el arte póstumo, puesto que este permite fantasear sobre un "qué hubiese pasado si", algo que amamos lamentablemente.

SoliloquiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora