19. Bicho molesto.

43 3 11
                                    

19

11.

¿Papá vendrá a comer?

Su mamá le sonríe con todo su rostro. Como no lo hacía nunca. Estaba feliz. Hunter tenía catorce años y nunca había visto a su mamá tan feliz.

Y esperanzada.

No Hunt, seremos solo nosotros cuatro, como nos gusta.

Su hijo sonrie y ambos giran cuando el suelo cruja con la llegada de sus dos hermanas.

¡Falta poco para navidad!

Si, Mar. Y les tengo un regalo muy especial.

¿Estás feliz, mami? ---pregunta Paige.

Si, Pei. Y pronto lo estaremos todos, nos espera un año increíble.

PAIGE

—¿Por qué llegas tan tarde? Ayer dijiste que vendrías más temprano.

¿Eso dije? Creo que estaba tan enredada en las luces de navidad que dije si a todo. Dormí toda la noche y apenas llegué, pero mis piernas ya me duelen otra vez.

—No digas tonterías, Tina. Son las dos. —contraataco.

—Esta bien. Entonces...

—Dime por favor que terminamos de decorar ayer. -—suplico, sé que si dice que no, no podré negarme a ayudarlas.

Ayer, como predije, fue un día larguísimo. En el que solo estuve con Tina y Allysa decorando todo. Quedó bien, o al menos para mi es suficiente. No entiendo por qué quieren que cada maldito rincón del lugar tenga una guirnalda.

Al menos ahora puedo decir que sé muchas más cosas de esas dos chicas que sus madres.

Es muy fácil saber más cosas de Tina que su madre.

Eso no es divertido, consciencia, lo decía metafóricamente.

—Nosotras terminamos, pero hay que ir a ver lo más importante.

Lo más importante; la bodega.

Según Alyssa es el lugar donde va a ser la fiesta posterior a las doce y la comida antes de las doce.

Yendo para allá no puedo evitar buscar con la mirada a Saturno, está corriendo en la arena. Una brisa lo acompaña detrás, una que solo yo puedo ver. Es diferente, huye.

Entiendo cuando veo a Octavia en el piso sacudiendo su cuerpo. Vaden esta parado a su lado, al parecer sin intenciones de ayudarla.

No tengo tiempo de pensar mucho más, Oscar pasa a mi lado y me deja en la mano un billete. ¿Que..?

—¡Comprate algo, preciosa! —grita mientras veo su espalda.

—No puedo comprar nada con esto. —hablo lo suficientemente fuerte para que me escuche, pero me revolotea la mano sin dejar de caminar.

Ruedo los ojos, no tengo tiempo para esto y quiero dejar de escuchar los lloriqueos de Octavia lo más rápido posible.

Que poco empatica que eres a veces, eh.

—Al parecer si hiciste algo más que compartir saliva —suelto a Margot al llegar a la bodega.

Estoy segura de que eso avergüenza a mi pequeña hermana, porque Alyssa y Tina la miran. ¿Podría ser que Tina no sepa de la aventura de su hermano con la mía?

Rienda Suelta #1 [Solo Saturno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora