49. El engaño.

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VIOLETTA

—Sígueme y no hagas ruido.

—Violetta, quiero dormir.

—Dormirás una vez que te conviertas en mi testigo.

Maya frena. ¡Que estúpida que es! Si llegamos a la arena y ellos no están no se que haré. Necesito un testigo. Y grabarlos, ayer intente hacerlo pero el teléfono estaba en mi abrigo y no lograba abrir el cierre. Tuve que sacarme el estúpido abrigo y el celular cayó.

No vi atrás, tomé el celular y corrí. Apenas en mi casa me di cuenta que dejé el abrigo...y lo que habia adentro.

Si no lo abren, no tendré problemas. Pero si abren el otro cierre...Digamos que yo misma tendré más problemas de los que podria causarles a ellos.

Pero tenía razones para hacer lo que quería hacer.

—¿Tu testigo? ¿Que descubriste?

—Profanación.

Sigo caminando ignorando su jadeo. Debo llegar. No me importa lo que les pase. Se que si le cuento a Octavia lo que están haciendo, los denunciara ante el consejo y habra un juicio. Y si llega a sentir debilidad por su amigo, yo misma lo denunciare.

Jax ya me...no, alto. Sonrio un poco. Vaden suena mejor, podría decirle así. Durante un segundo, me distraigo pensando en sus labios...dios. Las noches que he soñado con sus labios...como seria besarlo...Las noches que me he tocado imaginando que era él quien lo hacía fueron más de las que podía contar.

Él era mi entrenador. Solo mio. Las veces que me corregía la espalda...

Y luego llego la idiota de Paige. Y después Octavia con sus exigencias, y me asignaron otro entrenador. Vaden disfrutaba enseñarme, estoy segura de que yo le gustaba al menos un poco.

Estoy molesta con él, por supuesto. Pero lo perdonaré. Claro, una vez que la otra se vaya.

—¿Profanación de caballo? Alto, ¿A Sunset? ¿¡Sin mi permiso!?

—A nadie le interesa tu caballo, Maya. A Saturno.

Ella se queda callada. En el silencio, llegamos, al fin, a la entrada de los establos. Uso la llave de mi abuelo, un miembro del consejo, y entramos.

—¿Cómo lo supiste?

—Ayer no podía dormir. --trago saliva, mintiendo-- De la rabia, no del miedo. Y vi a Va...A Jax pasar. Me pareció extraño, quizá necesitaba mi ayuda...

—¿Tu ayuda?

—Si, ¿por qué no? La cuestión es que lo seguí, y...

—¿Y qué?

—Lo vi. A él y a Paige. Ella estaba cabalgando a Saturno.

—Eso...no puede ser.

—Es verdad.

—Pero eso seria...

—Desastroso, ¿cierto? Eso los arruinaría a ambos.

—Jaxen no haría eso. Aprecia demasiado su puesto. Y su futuro. Y respeta las reglas. Es imposible...

—¡Justo porque es imposible necesito que seas mi testigo!

—Espera, Violetta, ¿piensas delatarlos? ¿Mandarlos a juicio?

—¿Que más si no?

—No lo sé, no creo que...

—¡Shhh! ¡Ahí están! ---susurro. Maya guarda silencio y ambas nos agachamos escondiendonos detrás de un árbol cerca de la última arena.

Rienda Suelta #1 [Solo Saturno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora