Capítulo 1. Caballos.

340 19 70
                                    

1

Hace quince años...

Paige

Tenía que encontrar a la criatura.

Con ayuda de mi amiga logré escaparme de mi Tata, por alguna razón ella hacia lo que le pedía siempre.

Mi emoción al estar frente al castillo que miles de veces mi mamá dijo que no debía buscar era más grande que cualquier cosa. Debi nadar para cruzar un río de almas, pero hacia calor, por suerte. Y soy lo suficientemente grande para que mi hermano me haya enseñado a nadar.

Mojo mis labios y con mi vestido azul limpio mis manos. Estoy a punto de levantar mi brazo para abrir la enorme puerta del gran gran castillo, pero pego un gritito cuando otros dos pares de brazos me rodean y me levantan.

—¿Con cinco años ya quieres explorar el castillo? Eres igual a tu madre, pequeñita.

Intento girar mi cabeza hacia Tata pero cruzo mis brazos cuando no lo logro. Él me hace reír al girarme en el aire, enredo mis piernas en su torzo y me aferró a su cuello.

Buscaría una manera de volver otro día.

No es tiempo. Cuando crezcas conocerás la historia. Y tendrás miedo.

¡No lo tendré! ---chillo molesta. Sigue caminando hacia los establos, alejándome más y más de la criatura de pelo blanco.

PAIGE

Desembarco.

Veamos, ¿que sé de Desembarco?

Enumeramos:

Pueblo fantasma (nadie lo conoce, y eso que le pregunté a mi vecino de sesenta)

Tiene un castillo. Un castillo de esos de la realeza. Aunque esta abandonado, o eso dice mi mamá. Ya que al parecer, aunque los Desembarquinos lo admiren, nadie lo visita. (De lo mas extraño)

Tiene una leyenda extraña. (No me interese en escucharla)

Su gente es rara (incluso mi abuelo, al que prefiero llamar Tata)

Y no es nada, repito, nada como Londres.

No es que sea fan de Londres, nada es más falso, pero ya que Desembarco es el pueblo al que estoy viajando hace mas de diez pesadas horas, aquellas características no son muy alentadoras.

Me acomodo por dijesima vez en el asiento, diez horas sentada no hacen buenas cosas para mí trasero. Creo, no, estoy segura, que para cuando llegue estará aplastado.

Mamá viene diciendo que no falta mucho hace una hora. Incluso mi hermana está muy irritada y Margot no se irrita con facilidad.

Estábamos en medio de la nada, apenas hace unos minutos empezamos a ver casas y estaban cada una alejada de la otra. Aún que bueno, el pueblo está en medio de la nada.

Rienda Suelta #1 [Solo Saturno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora