29. Nuestra representación de la esperanza.

27 1 7
                                    

29

7 y 10.

Hace mucho no me llamas, niña.

Miro hacia atrás, algo nerviosa.

Lo sé, Jaxy, es que mi papá quiere pasar tanto tiempo conmigo para compensar el que perdimos que ya casi no tengo tiempo para nada.

Ojalá eso fuera cierto, mi papá casi no me habla...pero no quiero preocupar a mi amigo.

Me gusta tu vestido. --me dice, sonrio emocionada por su cumplido, o eso creo que fue.

¡Gracias, Jaxy! Fue un regalo de mi papá.

En realidad sabia que lo había comprado mi mami, pero escribió el nombre de papá en la tarjeta.

Escuché llorar a mi tía Hayley el otro dia, le dijeron que era imposible que tenga hijos.

¡Oh no! Eso es muy triste.

Hayley era su tía favorita. Aunque no tenía muchas más.

;Así que le dije que yo sería su hijo y ahora es mi mamá.

¿Para siempre?

Para siempre.

¿Así funciona? ¿Yo podría elegir otro Padre si quisiera? Quizá...

Escucho las escaleras y de inmediato se que en menos de diez segundos mi papá entrara por la puerta. 

Debo irme, Jaxy.

Llamare para tu cumpleaños, linda.

Esperaré tu llamada.

PAIGE

Hubo silencio.

No estoy segura de si era incómodo, no lo sentía así. Él fue al baño y espere pacientemente a que saliera para entrar yo, orinar (tome mi ropa) y a tratar de arreglarme un poco.

Me miro al espejo, estoy completamente desastrosa. Mi pelo es un desastre que se pega a mi espalda y rostro. Agradezco tener una colita en la muñeca y me ato en un rodete improvisado. Lavo mi cara y me pongo una remera y bóxer que quite al azar del armario de Vaden.

Mhm, no me veo tan mal. Oh, espera un segundo. Tratando de no desarmar el rodete quito dos pequeños mechones de pelo.

Al menos ya no me veo como alguien que acaba de correr un maratón.

O alguien que acaba de tener sexo.

Cuando salgo él ya esta sentado en la cama sin remera y con un bóxer, leyendo un libro que parece ser de entrenadores.

Cuando me ve, se sorprende por un segundo, pero luego solo forma la sonrisa torcida que tanto me gusta y me mira de arriba a abajo.

—Mi ropa te queda bien.

No le contesto, me quedo parada durante un segundo sin saber muy bien que hacer, no sé si quiere que me vaya o no. Después de todo estoy en su habitación y en su casa, no acordamos nada ni dijimos que significaba. Tampoco estoy segura de qué quiero que signifique.

Descarto la idea de irme cuando quita las sábanas y me indica que me siente a su lado.

—¿Qué lees?

—Reglas y tareas de entrenadores. --baja el libro cuando me acomodo cerca de él viéndolo de reojo.

—¿Cómo funciona eso? No lo entiendo.

Rienda Suelta #1 [Solo Saturno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora