Rienda Suelta #1 [Solo Saturno]

18. Shampoo de mentas.

18

5 y 8.

—¡Shh! Despacio, niña. Harás que nos descubran.

—Es que corres muy rápido.

—Si queremos ver nacer a Aura hay que apurarnos.

—¿Crees que nazca para las doce?

—Eso espero. Escucha, cuando mi papá y tu tata salgan querrán vernos en la fogata. Así que cuando todos estén felices abriendo los regalos nosotros nos escabulliremos de diferentes lados.

—Espera, Jax, ¿no lo haremos juntos?

—Sabrás encontrarme.

PAIGE

Vaden no me molestó tanto esta semana.

O al menos no como para realmente hacerme enojar, me hacia pequeñas bromas sobre no cargar bien las canastas de manzanas o cepillar mal los cascos de Hope en ayuda a Tina.

Pero permaneció cerca. Me contaba pequeñas cosas de Saturno y relataba cómo fue cepillar su pelaje, vagamente me dice que Saturno me extraña y rueda los ojos cuando yo revoloteo las pestañas diciendo que también lo extraño muchísimo.

No he podido verlo. Octavia pasa cada segundo a su lado. Es una ironía, ya que, aun con mi lejanía siento que mi conexión con Saturno solo crece. Y esas cosas no pueden ser de una sola parte. Si yo la siento él también ¿no?

—Así que te gustó, dulzura.

Aunque me gustaría decir que no, el sol y el vestido de flores celeste que había apoyado en el escritorio al despertar no me desagradó. Le sonrio al Tata.

Fue como una brisa de aire tibio. Por primera vez no odie verme al espejo, el vestido se ceñía bien mi cuerpo y resaltaba mis ojos. Me gustaba usarlo, ya que por alguna razón extraña quería verme bien.

¿Razón extraña?

Y admito que también empezaba a adorar usar el sombrero vaquero blanco que el Tata me regalo. Hacia que me sintiera parte de este lugar. Y no se por qué siento que Vaden se siente satisfecho al verme usarlo.
Bueno...todos, no solo él.

Bufo cuando Margot pasa a mi lado. Corre con su propio sombrero, su vestido igual al mio, pero más corto y rosa.

—No corras en las escaleras —advierte mamá desde la mesa.

—¡Sabía que a ti te encantaría, Girasol!

Termino de bajar con Roduf a mi lado, pero me abandona para acostarse al lado del Tata y Margot como el vago que es.

Ya desearías ser como el canino.

Me siento al lado de Mamá, ella me da una sonrisa y me ofrece una tostada, café ya hay.

—Tu abuelo quiere que se queden un rato a ayudarlo a armar el árbol.

—¿Entontes aquí si hacen algo por navidad?

El Tata se gira indignado y asiente como si fuera obvio. Me refiero a...claro que  festejan navidad en Londres, pero en casa siempre fue una cena común y solo abríamos los regalos juntos cuando Gastón no llegaba del trabajo, cuando si lo hacía al pasar las doce mis hermanos y yo dormíamos juntos con los regalos escondidos bajo la cama.

Admito que no era la mejor navidad del mundo, justamente por eso odio las fechas festivas.

—Navidad es la celebración más grande en Desembarco, lo hemos hecho siempre a nuestro estilo. Tu madre y yo iremos a los establos antes de las doce.