20. Valer la pena.

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20

¡Suelta a mi hermano!

Golpeo al desgraciado con una roca en la cabeza. Cuando lo veo caer y arrastrarse por el piso hasta sentarse contra la pared salto a la espalda del segundo adolescente de quince que se atrevió a golpear a mi hermano.

¡Margot...–golpe en la cabeza espérame...---el maldito gira para tirarme y le tapo los ojos entrerrando mis uñas a los lados de su nariz---...sentada!

Hunter tironea en el piso con el último mientras yo me encargo de ser buena hermana echándole porras.

¡Golpealo, Hunter!

¡Baja de él, Paige! --suelto una risa por el esfuerzo que hace al hablarme mientras empuja al tercer idiota.

¡Si, baja de mi, demonio! ¿¡Tú hermano no puede cuidarse solo que manda a su hermanita de doce!? ---intenta agarrar mi pelo, pero sacudo mi cabeza.

¡Tocas a mi hermana y te arranco los dientes con una maldita pinza oxidada!

¡Dile que baje de mi, entonces!

¡Cobardes! --no escucho sus quejas cuando froto sus feos ojos color caca con mis dedos--- ¡Es tres contra uno! ¡No se vale! ¡Ja! ¡Pero ustedes no sabían que Hunter tenía una hermana guerrera!

¡Una hermana loca mejor dicho!

Hago un puchero cuándo alguien más me toma por la cintura y me baja de la espalda del idiota.

Ya para, puedes lastimarte. ---maldigo cuando reconozco la voz del mejor amigo de mi hermano.

¡Sueltame, Marcus! ¡Debo darle su merecido!

No puedo evitar que me lleve y me siente entre el chico de la piedra y mi hermanita que come un alfajor. Le doy un codazo a mi hermana cuándo noto que el chico a mi lado tiene la mitad del alfajor.

¡Margot no puedes darle un alfajor, es un idiota!

Te perdono, demonio. ---me habla el idiota mientras Margot le da más, yo intercedo y lo como yo.

Pues yo no te iba a pedir perdón.

Me giro cuándo escucho más gritos.

Uy.

Marcus le pego en la cara al chico que le salte...

....

¡Que bueno!

PAIGE

Algo sumba en mi oído, lo que sea que fuera lo aparto con un revoloteo de mano.

No puedo dejar de pensar en él, lo cerca que estábamos...la forma tan patética en la que me miraba.

Sus ojos. Nunca había visto unos ojos tan...no sé, tan raros.

¿Raros?

Si, raros. No se, por un momento había deseado hundirme en ellos sin importar si me ahogaba.

Rienda Suelta #1 [Solo Saturno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora