Capítulo 14

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Citas a ciegas.

Daphne.

Bajo del helicóptero cuando por fin llego, el cielo está oscuro mientras camino por el césped verde para acercarme a la camioneta rodeada de tres hombres que me esperan.

- Yo conduciré - le digo a uno de ellos - hasta aquí me pueden acompañar.

- Pero...

- Nada - lo callo - lo que sea que les ordenara Nikolay me vale, no me sigan, si lo hacen pagaran muy caro el desobedecerme.

- Como diga.

Asiento y entro al auto para salir. El que Nikolay envíe a sus hombres solo me da para ponerlos de mi lado, necesito que sean leales a mí para ciertos asuntos que tengo que resolver.

Acelero en busca de llegar a mi destino, tomé un riesgo y es encontrarme con Filipp, he recibido cientos de llamadas de su parte las cuales intentaba ocultar del ruso para que no lo notara, pero las miradas que me lanzaba solo me decían que de alguna u otra forma estaba sospechando.

Bastaba solo con observar, esa mirada penetrante, intentando leerme cosa que yo no permitía.

Veo como mi teléfono se enciende recibiendo un mensaje, leo la dirección y cambio de rumbo olvidándome de Lavrov, lo que menos necesito ahora es pensar en él, tengo que concentrarme en la droga, en que tendré la última parte que nos pone en la organización con más poder, ahora Francia y Rusia en uno solo, querrán negociar nuevos aliados, pero tengo que entender que esto no es para siempre. Una vez finalizado los dos años esto se acabará, las alianzas se dividirán si no es quien las agarre primero.

Nikolay puede traicionar a mi familia y a mí en cualquier momento, pero es algo que no puedo permitir, estoy de su lado, pero una cosa es ser su esposa, y otra es ser una Harrison, mi apellido va por encima de todo, igual que él, aprender que en esta vida se gana o se pierde, y yo no conozco la primera opción.

Detengo el auto una vez llego a mi destino, dos camionetas negras blindadas veo delante lo que me hace tomar mi cartera donde llevo el arma para bajar, no sin antes mirar a todos lados, reparando el lugar veo pocas personas, las necesarias cuando de lugares alejados del pueblo se trata.

- Señorita Daphne - escucho detrás y doy media vuelta para ver a un hombre con lentes oscuros.

- ¿Tú eres?.

- Soy Stefan.

- ¿Filipp te mandó? - pregunto y este asiente - ¿dónde está?.

- La espera en la cabaña.

Frunzo el ceño cuando lo escucho.

- No iré a ningún lado, llama a tu jefe y dile que venga.

- No creo que quiera eso.

- ¿Disculpa? - doy un paso adelante.

- Lo digo porque si tanto quiere la droga...

- Debería cortarte la lengua para que dejes de hablar y meterte en temas que no te incumben.

Lo callo de inmediato, el hombre no dice nada y ruedo los ojos viendo la clase de informantes que tiene Filipp de su lado.

Busco girar mi cuerpo y caminar para salir rápido de esto, me acerco a una de las camionetas y me abren la puerta para subir y tomar asiento, pero una vez esto sucede nuevamente vuelvo a ver al tal Stefan asomar su cabeza por la ventana para extenderme una venda negra.

- Yo te mataré - le escupo para recibir y colocarla en mis ojos, el querer discutir solo me retrasaría así que una vez puesto siento como nos movemos.

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