Capítulo 43

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Traidor.

1 hora antes del ataque.
Daphne.

El mareo me persigue cuando abro los ojos de golpe, poco a poco me incorporo viendo mi alrededor, mi corazón empieza a palpitar con fuerza y la debilidad en cuerpo me impide moverme de la cama.

¿Estoy viva?.

Recuerdo los últimos momentos antes de que Daichi me diera la cápsula, sentí como la vida se me iba en un segundo, pensé en mi familia, y en que moriría sola y alejada de todos, pero ahora estoy aquí, tirada en una cama viendo mis piernas y el vestido que aún llevo puesto.

- Hasta que despiertas.

La voz llega a mis oídos haciendo que levante la mirada rápidamente, él estaba aquí.

En una esquina detallo la figura de Filipp sentado en una silla, su espalda está recostada al asiento, sus piernas estiradas y sus manos sobre ellas con el reloj que le brilla en la muñeca.

- ¿Cuánto tiempo estuve dormida? - le pregunto.

- Tres días - es lo que me dice - me llegaste a preocupar por un momento.

No le creo nada.

Se coloca de pie y deja pasar aun hombre el cual se me acerca para revisarme, hace un protocolo completo y cuando termina da media vuelta diciendo que todo está en orden.

- ¿Necesitas algo? - pregunta Petrov en la puerta.

- A Daichi.

- Temo darte malas noticias - da un paso adelante - pero escapó cuando se sintió amenazado.

Maldigo a mis adentro, no me extrañaría que hiciera tal cosa, es un cobarde que no se atreve a darme la cara luego de haber hecho lo que hizo.

- Entonces a Alessandro y a la perra de su hermana.

- El que me gustes no significa que puedo colocarte a todos a tus pies - ruedo los ojos cuando lo escucho - Alessandro me ha demostrado lealtad.

- Me intentó matar.

- Su hermana - me dice - pero tampoco es que tú no les hayas hecho nada.

Niego viendo mis pies destruidos, si no fuera por eso saldría corriendo de aquí.

- ¿Y ahora que hará conmigo?.

Da otro paso adelante hasta detenerse en la esquina de la cama donde toma asiento para acariciar mis piernas donde ve algunas heridas.

- Eso dejará cicatrices - menciona.

- Habla.

- No creo que deba esforzarme mucho, estoy seguro que Bruno ya te lo dijo.

Recuerdo las palabras de mi padre.

- ¿Cómo conseguiste la cura? - hago la pregunta.

- Trabajé en ella por varios meses - mete la mano en su bolsillo para sacar un frasco de vidrio - y aquí está, mirala muy bien, porque será la respuesta de todos tus problemas cariño.

Observo el contenido con intriga sin poder creerlo.

- Este medicamento tiene el poder de salvar vidas - continúa - puede revertir una sobredosis de Fentanilo, Opiodies y mucho mejor, Tropiodex.

La punzada de dolor de cabeza no se hace esperar cada que las palabras salen de su boca, solo puedo permitirme negar queriendo borrar lo que dice, esto no me puede estar pasando a mí.

- Debiste dejarme morir.

- ¿Y perderme el poder tenerte conmigo? - desliza sus dedos por mi mejilla - ahora eres mía.

INFIERNO [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora