INFIERNO [+21]

Capítulo 32

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Dolor y sangre.

Igor.

- De nuevo

Doy el golpe sintiendo mi sangre calentarse.

- De nuevo - repite el hombre y repito la acción, el sudor me corre por todo el cuerpo, la cabeza me duele y mis nudillos están completamente rotos.

- ¡De nuevo! - me grita al oído con rabia, 1,2,3,4,5,6..., le golpeo al saco varias veces que me dejan exhausto.

- Necesito agua - le pido al hombre el cual se echa a reír.

- ¿Usted fue que no entendió o que? - me toma de la camisa, es más grande que yo y más robusto, igual que todos los hombres de Nikolay.

- Necesito descansar, estoy hambriento - le hablo agitado.

Llevo varias semanas aquí encerrado, no me he dado una ducha, tampoco tengo derecho a una llamada para decirle a todos que no se preocupen, que estoy bien aunque no sea así. El dormitorio es un calabozo el cual apesta, el frío es insoportable y la comida es un asco.

- ¿Tiene mucha hambre la niña? - me pregunta y niego - eso pensé.

Me suelta aventándome al piso, mis piernas están cansadas, pero no hago más que colocarme de pie, no puedo demostrar debilidad porque entonces eso acabaría peor.

- De nuevo, y más fuerte, ¿o es que tenemos a un marica?.

Golpeo el saco el cual no se de que está relleno, es completamente duro, parece que tuviera piedras o no sé que dentro, pero cada que golpeo mis nudillos sangran, mi respiración se agita, el sudor sigue corriendo y solo pienso en mi familia, en Daphne, quien puede estar preocupada por mí aunque Lavrov me diga que nadien me extrañaría afuera.

- ¿Dónde está Nikolay? - le pregunto al hombre quien me lanza una mirada amenazante -Por lo menos podría responderme cuándo piensa sacarme de aquí, necesito hablar con él.

El moreno se acerca a paso seguro sin responderme, solo se acerca al saco donde toma la correa para abrirlo, y de allí, ver como cae una persona desnuda al piso con moretones que son evidentes, se revuelca de dolor sin poder gritar, ya que lleva un pañuelo en su boca que le impide tal cosa.

- Hasta que estés listo - responde el hombre - una vez lo estés, podrá salir aquí.

- Necesito hablar con tu Don - insisto.

- Termina con él - señala al chico que se abraza así mismo de miedo, mi reacción solo es moverme hacía él, noto su espalda así que le doy media vuelta para poder verlo a cara, tiembla y llora queriendo soltarse de las cuerdas que le atan las manos y pies, pero es una tarea imposible, así que solo procuro de girarlo con el pie para poder descubrir su rostro y lo que me encuentro me hace dar un paso atrás de inmediato.

- ¿Quieres que acabe con el hijo del gobernador? - le pregunto sin poder creerlo - ¿Nikolay sabe de esto?.

- Eres muy inocente, el Don fue quien dio la orden.

- Imposible.

- ¿Crees que él es un hombre que perdona vidas?, si se meten con él es así como terminan todos, aún no se porque sigues vivo, eres un crio que no sirve para nada, no tienes arreglo, no naciste para esto.

- Soy capaz de muchas cosas - le menciono - pero estamos hablando del hijo...

- ¡Eso que!, es un bulto de mierda más.