INFIERNO [+21]

Capítulo 1

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Moscu, Rusia.

Daphne.

Vivimos en un mundo donde no hay salida.

Desde pequeña he aprendido donde pertenezco y el lugar que tengo.

Soy una Harrison, y quien más que yo para tomar el puesto de mi padre.

Bajo del jet con una sonrisa en mis labios, acercándome a Oliver que veo con otros hombres rodeando la zona, me sonríe y me da la mano para luego encargarse de las maletas.

- Bienvenida, ¿Qué tal California? - me pregunta abriendo la puerta del auto.

- Divertido, hasta que me llamaron interrumpiendo mis vacaciones - me coloco dentro y él hace lo mismo en el volante para salir del lugar.

- ¿Cómo la han pasado sin mí? - pregunto - ¿algo nuevo que deba de saber?.

- Todo sigue igual - responde el moreno sin despegar la vista de la carretera - si tienes suerte puedes ser la mujer de Petrov.

Ruedo los ojos cuando lo escucho.

- Él tendrá suerte - lo corrijo observándolo por el pequeño retrovisor - es una porquería toda esa familia.

- ¿Y qué tal los Lavrov?.

- ¿Es en serio? - ríe y niego cruzándome de brazos. Esto tiene que ser una broma.

- Es Nikolay, jefe que manda en la mafia roja y toda Europa oriental.

- He escuchado de él, pero ni siquiera le conozco la cara.

- Lo harás pronto - me dice y frunzo el ceño, señal para que siga hablando - harán una reunión, todas las familias importantes del mundo criminal están invitadas.

- No puede ser.

- Así es - asiente deteniendo el auto - tu apellido está en las invitaciones, así que pronto estarás dando tu mejor entrada como lo sabes hacer.

- De algo tiene que servir el irme por mucho tiempo - sonrío y él hacen lo mismo negando, sabe que me gusta llamar la atención de todos y en especial de familias que solo conozco por su apellido.

Bajo del auto despidiéndome y viendo frente a mí la gran mansión que rodea montañas verdes, la vista es impresionante y respiro hondo antes de abrir las puertas donde entro y lo primero que veo en la sala es a Igor, alto, delgado, pero cuerpo ejercitado, evidentemente atractivo, de cabello y ojos castaños, me sonríe y abre sus brazos para que vaya a él.

- Pero que mal luces - camino apretándolo a mi cuerpo.

- Apenas llegas hoy y ya me insultas.

- Soy tu hermana mayor - me separo palmando su pecho - y ese bronceado no te quedo nada bien.

Echamos a reír mientras termino de ver a mi alrededor, mármol por todos lados, el lujo y todo impecable, se respira dinero y problemas.

- ¿Sabes por qué mi padre nos llamó? - pregunta y niego.

- También me gustaría saber.

- Tal vez nos extraña - bromea.

- No me digas...

- Igor, Daphne - escucho una voz conocida y me giro viendo a Derek, el mayordomo el cual me acerco saludándolo igual.

- ¿Estás bien? - me pregunta extrañando.