Capítulo 18

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Entre la espada y la pared.

Nikolay.

El olor femenino de cierta mujer no dejaba mis fosas nasales, pero intentaba concentrarme, y más cuando mis ojos se posan a donde ella observa con curiosidad y disgusto.

Petrov camina entre las personas abriéndose paso con Alessandro y Daichi Miyazaki, está aquí. No lo pierdo de vista, Gregori se da cuenta y yo trato de mantener la calma para no sacar el arma y apuntarle a esta distancia.

Me hierve la sangre cada que lo veo a Filipp, de saber que su apellido tuvo que ver con la muerte de mi padre, sé que tengo que hacer algo y no estoy apurado en eso, una venganza lenta y dolorosa es lo que necesito, volver a destruir y descuartizar, recordar como se sentía llenar las manos de ese rojo carmesí, nadie se libra tan fácil de un Lavrov, y eso todos lo saben.

Veo a Daphne cambiar de vista y esta pasa a Okan, lo observa con su ceño fruncido desde arriba, el turco se mantiene hablando sin hacer algún movimiento sospechoso, está allí, a punto de disfrutar la pelea igual que todos.

La mujer a mi lado bota un suspiro, la veo de reojo llamando nuevamente mi atención su escote en V, sus senos se ven provocadores desde que la vi llegar con ese vestido rojo, sus labios igual de carnosos y sexis, acomodo la polla apretando mis dientes con rabia.

Recuerdos llegan a mi mente de esta tarde, las jodidas rosas las cuales nadien sabe quien las envió. Nose a que juega, si me miente o no tarde o temprano lo descubriré. Si está jugando en dos partidas, se equivoca si piensa que va a salir viva si descubro algo parecido, el que mencionara a Petrov solo me llenó de rabia, pero eso era lo que ella quería, y es un gusto que no le voy a dar.

— ¡Damas y caballeros!, ¡bienvenidos al gran evento, la pelea del siglo!.

Escuchamos la voz y vemos al presentador el cual hace que todos estallen en aplausos.

— Esta noche los boxeadores disputarán su honor, agilidad y un gran y jugoso premio.

El bullicio de todos hace que el lugar tiemble, silbidos y aplausos no se hacen esperar al tiempo que se colocan de pie.

— Espero y hayan apostado muy bien.

— Ese dinero va a hacer todo mío — comenta Ismael.

— Solo si tienes suerte — dice mi madre — y tú, no tienes mucho de eso.

Gregori echa a reír con Hugo levantando el vaso en señal de salud.

— ¡Por un lado tenemos a la leyenda, con ustedes, Will — señala a la izquierda — ¡la Roca!

Todos hacen un escándalo, Ismael aplaude con una sonrisa mientras ruedo los ojos tomando un sorbo del whisky.

— Se ve fuerte — escucho como le habla Tasha a Daphne.

— No te hagas llevar por las apariencias.

— ¿Qué quieres decir?.

— Que ese no va a aguantar ni tres segundos.

Sonrío cuando la escucho.

— ¡Y por el lado derecho, con ustedes Mihail, el Alacrán!.

Otro escándalo se escucha, los falos de billetes no se hacen esperar en la mesa mientras los boxeadores se colocan en la mitad del ring para dar respectivo saludo y luego de eso alejarse.

— Nikolay — me hablan de los sillones de atrás y sé perfectamente quien es, Angelo — ¿Quieres abrir la apuesta?.

— ¿Quieres perder? — le pregunto y este hecha a reír.

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