Capítulo 12

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¿Amor o guerra?.

Filipp.

La gran vista que miraba desde mi ventana era impresionante. La oscuridad de la noche cubría el cielo lleno de estrellas brillantes mientras me encontraba en el pequeño balcón de mi habitación.

Podía ver el césped verde que se encontraba abajo, lleno de flores crecidas y algunas que apenas están mostrando su belleza.

Mi madre Lidia siempre le ha gustado tener un jardín colorido y bien cuidado.

— ¡Filipp! — escucho un grito desde afuera lo que me hace colocar mala cara — ¡Filipp!.

Vuelvo a escuchar más alto, y separándome del balcón entro a la habitación para luego de eso ver como entra sin mi permiso.

— Dame una razón para que entres de esa manera.

Mi hermana Gaia. Con su mirada llena de furia, mantiene su cabello negro en un moño alto mientras se acerca a paso seguro hasta llegar y detenerse frente a mí.

— ¿Qué fue lo que hiciste? — entrecierra sus ojos.

— No se de que me hablas.

— ¡No soy estúpida! — empuja mi pecho — fuiste a Rusia ¿cierto? — no le respondo — hablaste con Daphne, y quiero que me digas ahora mismo que carajos pensaste cuando decidiste entregarle el otro por ciento de la droga.

Respira agitada, sabía que tarde o temprano se enteraría.

— Fue mi decisión — le hago frente — no tengo que darte explicaciones ni a ti, ni a mis padres de lo que haga o deje de hacer.

— El que mi padre te diera su puesto no significa que tú debas tomar decisiones que pudiste haber hablado primero con nosotros — escupe dando un paso hacia adelante — fue un mal error.

Niego con la cabeza sonriente.

— Te salvé el culo, agradece que Daphne no estará detrás de ti por el estúpido ataque que le hiciste a Igor Harrison.

— ¿La defiendes? — la veo apretar sus manos en puño — quítate de la cabeza que ella algún día te va a amar, porque no pasará.

— Salte de mi habitación — no deseo discutir sobre estos temas, pero el que Gaia me tome del brazo para seguir es lo que me termina de fastidiar.

— ¡Está casada con Nikolay! — vuelve a gritar — ¡¿quieres que te recuerde lo que te hizo?!, porque al parecer no entiendes que jugó y te engañó, ¡pero aun así tú la perdonas y sigues detrás de ella como el imbécil que eres!.

— ¡No más! — levanto la voz dando un paso hacia adelante y Gaia dos atrás sobresaltada — soy el líder, eres mi hermana, pero muestra algo de respeto, Daphne no estará detrás de ti...

— ¡No necesito que me defiendas! — detienen mis palabras — yo le puedo dar pelea a ella y cualquier persona que se me atraviese.

— Eso lose — paso por su lado — pero eres mi única hermana, y un buen líder protege a los suyos por el precio que sea.

— Le diste lo que quería — la escucho hablar hasta que se vuelve a acercar, toma mi hombro y me gira para verla a los ojos — pero tienes que elegir, ¿amor o guerra?, y espero que sea la segunda opción, solo así se sobrevive.

Por un momento no le respondo. Daphne Harrison, esa bella mujer de cuerpo delgado y piel suave, de ojos oscuros y peligrosos, labios los cuales desearía volver a tener contra los míos. Ella sabe como tener a un hombre a sus pies, su sola presencia descontrola, queriendo entregarle todo lo que ella pida y merece.

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