Capítulo 41

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La luz al final del tunel.

Daphne.

El agotamiento había llegado hasta mis huesos, mi garganta estaba sedienta, pero intentaba mantenerme de pie con los ojos abiertos, mi cuerpo temblaba con mi espalda pegada a la pared, constantemente me repetía cuál era el karma que estaba pagando.

Lo que sea que exista allá arriba solo deseo que se detenga, lo único que he hecho en esta vida es proteger a los míos, y es así como termino cuando pienso que recibiré las mismas ganas de pelear por mí.

A la mente se me viene Nikolay, los últimos momentos juntos, la cena, sus palabras, el querer retomar toda esta mierda que lo único que a traído son problemas. Aprieto los labios recordando su aroma, el azul de sus ojos me persigue por todos lados aunque me niegue a sacarlo de mi mente, lo odio, por mentirme, y por hacerme creer que se saldría con la suya y seguiríamos con lo planeado.

Pero en este momento intento olvidar lo sucedido, solo quiero, necesito que se atreva a venir y pelear por mí.

Escucho pasos acercarse en medio del silencio que me rodea, mi único instinto es dar un paso atrás como si la pared tuviera más espacio para hacer un hueco y escapar.

- Buen día - son los mismos hombres de anoche los cuales entran haciendo una mueca de asco.

- Hueles a mierda - me dice uno de ellos antes de tomarme por el brazo el cual levanto para terminar rompiendo su nariz - ¡Perra!.

Maldice retrocediendo para darle el paso a su compañero el cual no duda en estampar su puño en mi cara, el dolor es inmediato con el impacto que me hace tambalear.

- Si intentas otro movimiento te irá peor puta de mierda - me amenaza tomándome por el brazo para sacarme del lugar, ni siquiera me opongo, solo camino con ambos a cada lado de mi cuerpo.

- Los mataré a ambos - les digo cuando salimos de los calabozos directo al pasillo que nos lleva a la habitación donde Alessandro y Sabina me recibieron.

- Te follaremos ese coño antes de que lo intentes - es lo que responden, las risas no demoran en llegar y mi rabia tampoco jurando que con el mínimo descuido me las pagaran cada uno.

Aprieto el puño cuando mis pies tocan el frío piso, Daichi me espera con los brazos cruzados mientras observo a todos lados, mi corazón empieza a acelerarse cuando recuerdo sus palabras, si esa es su manera de tomar venganza entonces me ha jodido por completo, no deseo pasar por lo mismo de hace años, odié a Angelo hasta su último respiro, este imbécil no me hará recordar los únicos momentos los cuales intenté olvidar toda mi vida.

- Acérquenla - pide mientras está de pie al lado de un tanque de agua el cual observo cuando me acerco.

- ¿Cómo está tu herida? - le pregunto con rabia.

- No juegues conmigo, ayer solo hiciste que me alterara y te encerrara en ese lugar.

- ¿Ahora te arrepientes?.

- Si - no le creo - porque no debí encerrarte, debí hacerte pagar por lo que hiciste.

Da un paso adelante para tomar en un puño mi cabello con fuerza.

- No debiste hacer eso delante de mis hombres - me susurra al oído - eres una rebelde y que deberías de aceptar lo que le toca.

- No acepto ni mierda porque primero tengo que arrancarte la cabeza.

- Sueña con ese momento que nunca llegará.

Con fuerza hunde mi cabeza hasta el fondo sin darme el tiempo de decir una palabra.

INFIERNO [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora