Capítulo 24

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Veneno mortal.

Daphne.

— El Don está en San petersburgo revisando armamentos — me dice Sergei y asiento — una vez termine llegará para concluir con la detenida.

Se hace referencia a la mujer del FBI que ahora permanece encerrada en las mazmorras siendo torturada.

— Voy a caminar — le informo — si pregunta por mí le dices que salí a correr con Hades.

Miento tomando la cadena del perro que no duda en colocarse de mi lado.

— Los escoltas la seguirán.

— No — lo detengo — no quiero a nadien, tengo a mi propio guardaespaldas que cuida de mí.

— Pero...

— Nada — levanto la mano para callarlo — no está a discusión, se hace lo que digo y punto.

Odio su presencia y que siempre quiera estar en todos lados, haciéndose notar cada que Nikolay no está es lo que más me enoja. Sé que no le caigo bien, pero no me preocupo, no vine aquí a hacer amiguitos, uno más o uno menos no me hace ningún peso.

Sergei solo es un cero a la izquierda que si se descuida, hago que su mismo jefe lo mate.

Manejo la camioneta con el perro en el asiento de copiloto, sin despegar la vista cuando llego a mi destino bajo sosteniendo la cadena firmemente, avanzo viendo a mi alrededor y sonriendo a mis adentros cuando me dan paso al laboratorio donde entro.

Miles de mujeres trabajando con las medidas de seguridad necesarias, ninguna levanta la mirada por más que camino entre ellas viendo lo que hacen.

— ¡Daphne! — escucho la voz que me hace levantar la vista.

— Hermano — sonrío para darle un abrazo como saludo antes de volver a separarme.

— Me alegra que estés bien, y veo que tienes compañía — señala el perro.

— Y de la buena.

Respondo y camino junto con él. Hace tiempo no pisaba este lugar, desde que salí de casa ahora me encargo de hacer todo a distancia, no me acerco ni me involucro tanto con el TPX como debería, pero el que Igor esté pendiente es algo que me alivia, confío en lo que hace, y en lo que podría aportar si algo está mal. De alguna u otra forma me tengo que poner al día con lo que pasa bajo mi ausencia, aunque a Nikolay no le guste, lo haré porque es mi familia.

Nose que le pasa ahora que está más alterado, pero algo me dice que fue por el ataque en la zona, muy en el fondo le jode, pero es lo que podemos recibir si lo hacemos igual, lo unico que tenemos que hacer es investigar quien pudo ser, por ahora, sé que Lavrov no se quedará con esta, hará lo que sea para enviar una respuesta a lo que le hicieron, tal vez no hoy ni mañana, pero lo hará y cuando pase se desatara el infierno.

— Ella es Valeria — Igor me señala a la mujer de piel trigueña y cabello oscuro, lleva unos lentes y una bata blanca, luce elegante, pero a la vez sencilla.

— Soy Daphne Harrison — menciono y esta asiente.

— Su padre me habló de usted, dijo que no la vería mucho, pero cuando eso sucediera era porque iba a hacer importante.

— Y así es, necesito que me informen todo lo que sepan de la droga hasta el momento.

— Como usted diga, sigame.

Camino tras de ella viendo a todos lados, en especial a Igor por unos segundos que lo veo detallar a Valeria, sus ojos no se despegan en ningún momento de su figura, pero le dejo de tomar importancia cuando atravesamos la puerta de cristal donde adentro me detengo viendo lo que me hace poner mala cara.

INFIERNO [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora