Capítulo 21

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Balas de guerra.

Nikolay.

— La señora acaba de pisar la villa.

Son las primeras palabras que escucho.

Me encontraba en el despacho, he estado allí toda la noche y resto de la madrugada, esperando cualquier noticia de mis hombres los cuales se encontraban esperando en la frontera por Daphne.

Y por fin, luego de unas largas horas escucho la noticia que me hace colocar de pie en busca de la salida.

— ¿Dónde está?.

— En su habitación — me dicen y voy directo a los escalones que subo de dos en dos.

Sin detenerme, mucho menos cuando veo como mi madre aparece a mitad de los escalones para intentar detenerme, pero no tengo tiempo para eso, ni hablar con ella de lo que sea que tenga por decir, el mero hecho de que siga directo la hace entender que no deseo hablar con nadie, Ivanna no protesta y deja que me vaya siguiendo por los pasillos que me dejan frente a la puerta que abro de inmediato.

Enseguida su olor pega en mi olfato, dejando que mire a mi alrededor y escuche la regadera abierta.

Se está bañando, lo que me hace pasearme por toda la habitación para esperarla.

Empiezo viendo su cama, está totalmente arreglada, voy avanzando y veo el vestido que llevaba el día de la pelea, aún lado sus bragas y son las dos cosas que tomo, una guardándola en el bolsillo de mis pantalones y la otra levantándola hasta la altura de mis ojos, su fragancia es embriagadora cosa que el vestido lo mantiene impregnado. Le doy vuelta viendo todo igual así que lo coloco en una de las sillas del tocador cuando escucho movimiento en el baño.

Doy un paso atrás y la veo.

Sale del cuarto de baño, desnuda y destilando agua por todo su cuerpo, ni siquiera se asombra, como tampoco busca algo para cubrirse, solo se queda allí, dando un paso hacia adelante cuando me ve y dejando que los rayos de sol iluminen su figura.

Me doy unos segundos en detallar su cuerpo, no veo nada que yo no haya dejado antes de que se fuera, subo la vista a sus ojos viendo como ella se da cuenta de mi intriga.

— Que haces tú aquí — me suelta enseguida.

— Tenemos que hablar.

— ¿No puede ser en otro momento? — busca el albornoz para cubrirse — estoy algo cansada y lo que menos quiero es escucharte.

— Me imagino, debes de estar muy cansada.

Sabe adonde quiero llegar, pero aún asi trata de ignorar mis palabras.

— ¿Qué quieres Nikolay? — da un paso al frente — dilo rápido.

— Como te fue en el rescate — la veo entrecerrar sus ojos — y no me mientas, te recuerdo que tenía a mis hombres vigilando tu espalda.

— Claro, ¿qué quieres saber?, la parte donde me entregan a Amanda, o la parte donde empiezo a hablar con Filipp.

Aprieto mis dientes cuando la escucho, sé que hace todo esto para provocarme y en parte lo está logrando.

Doy tres pasos alfrente y llego a su puesto para tenerla más cerca.

— Habla.

— No tengo nada para decir — intenta irse, pero la detengo sosteniéndola del brazo.

— Te entregaron a la mujer de tu padre — indago — no soy idiota, ahora quiero que hables, Daphne.

— Nose que quieres saber.

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