Probablemente casi todas las personas que viven en el planeta tierra han experimentado su primer amor en la etapa adolescente o están por vivirlo, sin duda se podría considerar el más puro que vives a lo largo de tu vida, porque es la única etapa de ella en la que no estás corrompido, aún, por malos pensamientos, desconfianzas, traumas o por lo menos, en la mayoría de los casos.
Por eso, cuando eres un simple muchacho de 17 años que sol se dedica a intentar no dormirse en clase, a luchar con todas tus fuerzas por despertarse cada mañana y tener que soportar las deslumbrantes risas de su mejor amigo el optimista, se sorprende cuando encuentras una carta de amor en su casillero.
Su corazón de adolescente se acelera, no es mal guapo de todos, ni tan siquiera es popular, solo es un miembro más del equipo de baloncesto que quiere ser juez algún día.
Y con un sonrojo hasta las orejas acompañado de la estruendosa risa de su amigo, lee esa carta escrita a mano por con una letra preciosa y algunos dibujitos que supone que son perros o gatos, probablemente jamás averigüe lo que son. Sonríe emocionado al leerla, es su primera admiradora secreta.
Me gustaría mucho que aceptaras esta carta de amor que te dedico desde lo más profundo de mi corazón, hace dos años que llegué a esta escuela y aún no he podido dejar de mirarte.
Me gustas mucho, si tienes interés, te esperaré fuera de clases en el jardín de detrás de la escuela, yo me encargo de mantener las flores.
Un besito de esquimal de mí para ti.
Aprieta la carta con emoción y completamente curioso por saber quién se esconde detrás de esas bonitas palabras que le han calentado el corazón, mirando el reloj con impaciencia porque aún le esperan dos horas hasta que pueda ir a ver quién es.
La persona que escribe la carta mira desde su escondite a lo lejos cómo su enamorado se ha sonrojado y arruga la nariz ante las bromas que su amigo le hace y solo eso, ya es suficiente para ser feliz, de momento no necesita nada más, probablemente le rechace, no es una persona bonita, ni especial, pero su mejor amigo siempre le dice que tiene que intentarlo pese a todo.
Hay que arrepentirse de lo que no has hecho.
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Cuando pasan las dos horas y por fin la maldita escuela se acaba, el chico, presa de la incertidumbre guarda con prisa sus cosas en la mochila e ignorando los gritos de su amigo, sale disparado hasta el jardín, quiere ver a esa persona ya mismo.
Se ha imaginado varios escenarios en los que una dulce chica hermosa, que está sonrojada y juguetea con el borde su falda le declara su amor y él, digno de un manga para chicas, la besa con pasión y se juran amor eterno allí mismo. Siente su cara arder cada vez que lo recuerda, debería dejar de leer tantas cosas de esas.
Llega acelerado a la zona del jardín, sintiéndose un poco decepcionado cuando no encuentra a nadie allí, hace un puchero de forma inconsciente, mirando por todos lados, hasta que por fin que hay un bonito chico de hebras castañas mirando con dulzura unas flores amarillas mientras las riega.
Le preguntare a él; se dice a sí mismo mientras avanza, mirándolo con atención y pensando por una vez en su vida, que hay un chico que le parece bonito, porque en realidad, es la persona más linda que haya visto nunca.
Su cabello es liso y castaño, tiene unas bonitas mejillas gorditas y una sonrisa muy especial, además, su tono de piel también es bonito.
Aunque el flechazo le llega directo a su corazón cuando al llegar a su lado, el lindo chico castaño sube su cabeza para mirarle y sus ojos oscuros atraviesan los suyos, desbocándole los latidos con muchísima fuerza.
¿Será esto lo que llaman amor a primera vista?; se pregunta, sin poder recordar cómo se habla porque el lindo chico se ha sonrojado hasta las orejas y se ha levantado tan rápido que se ha caído para atrás y ahora hace pucheros jodidamente adorables que le roban el corazón a pasos agigantados.
- H-Hola – Dice, acercándole la mano para ayudarle a levantarle – Anda, que te ayudo.
- S-Sí – Susurra, aceptando su mano.
La corriente eléctrica que los recorre a ambos les abruma y les hace quedarse mirando al contrario con devoción.
Es tan lindo; piensan los dos, al unísono.
- Y-Yo... - Dice el castaño, agachando la cabeza – S-Soy quien ha e-escrito...
- ¿Has sido tú? – Pregunta con emoción, olvidándose de la chica de sus fantasías - ¿Quieres salir conmigo?
Sube la cabeza y abre los ojos con mucha sorpresa, era la última opción de todas las que había barajado, pero con timidez, acepta con la cabeza lentamente.
- ¿Cómo te llamas? – Pregunta, acercándose a él – Yo me llamo Min Yoongi, aunque sospecho que ya lo sabías.
- S-Sí – Sonríe levemente – Yo me llamo Kim Taehyung.
Y en ese momento, cada letra del nombre de ese lindo muchacho se queda grabada a fuego en el corazón de adolescente de Yoongi, que no puede evitar llevar su mano a la mejilla regordeta del menor y acariciarla con dulzura, adorando cómo el chico con el que sale ahora, cierra los ojos y suspira.
Desde luego ha sido amor a primera vista; piensa en su interior, al mirarle con atención.
