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Muchas preguntas acudían a la cabeza del pelinegro que estaba prácticamente en shock, perdido en esos profundos ojos oscuros que seguían siendo tan preciosos como la primera vez que los vio, aunque algo faltaba en ellos y era ese brillo especial que tenían cuando se encontraban con los suyos, eso, hizo que algo en su corazón se retorciera.

El rubio sonríe de lado y se sienta en su silla, entrelazando sus manos a la espera de que esa pareja decida tomar asiento en sus respectivos sitios, manteniendo un aura de profesionalidad y elegancia que a Yoongi le gustaría saber de dónde mierda ha salido.

- Siéntense, por favor – Invita melodioso.

- Claro, querido – Sonríe Suran, tirando de Yoongi que estaba allí plasmado.

- Mi secretario Seokjin me ha informado de sus nombres – Comenta, bajando sus ojos a una carpeta para abrirla – Shin Suran, 28 años y actriz de dramas coreanos, aunque ya la conocía, soy su fan, mi señora – Sonríe el rubio, casi con burla.

- Señora aun no, por favor – Devuelve la misma sonrisa, desafiante – Aún no me he casado.

- Señorita entonces – Asiente, desviando sus ojos al pelinegro – Min Yoongi, 27 años y juez, qué edad más temprana para haberse convertido en uno, enhorabuena.

Su futura esposa debe darle discretamente en el brazo para que reaccione, porque aun ni diciendo su nombre, ha podido volver de ese mundo en el que se encuentra.

- ¿Qué pasa? – Gruñe, girándose a ella – No me pegues, bruta.

- Primero, no me digas eso – Suran frunce el ceño – Y segundo, el señor Vante te está hablando.

- Señorito, por favor – Guiña, nuevamente desafiándola con la mirada.

- Vante ¿Eh? – Dice Yoongi, algo más recompuesto.

- Sí, así me llamo – Suelta con simpleza, pasando a su segunda hoja – Por lo que veo tienen ustedes cuatro años de relación – Tuerce los labios, leyendo con atención – Si no es mucha indiscreción ¿Está usted embarazada?

- De momento, no – Dice con diversión – Mejor después de casarnos.

- Estupendo, lo necesito para las medidas del vestido – Asiente, mientras apunta en el papel lo dicho.

La conversación sigue más o menos así durante un rato, el rubio les pregunta una serie de cuestiones sobre su relación, cómo se conocieron y esas cosas, que, según él, son necesarias para el futuro enlace.

Suran decide que se va a gastar una fortuna en la que seguro será la boda del año, además quiere hacerla en diciembre, con temática navideña y un montón de cosas absurdas para Yoongi que ni siquiera está escuchando porque su atención recae en exclusiva en su pequeño ex novio.

Aunque referirse a él como pequeño ahora mismo, es una tontería, está asquerosamente hermoso, su mandíbula de forma perfecta delineada, ese tono de cabello si sienta tan bien, sus dientes son tan blancos que deslumbran.

Efectivamente se ha convertido en el bello hombre que se imaginaba.

Su mayor duda es porqué hace como que no le conoce y por qué se ha cambiado su nombre, el que lleva ahora le parece completamente absurdo. Otra duda que le asalta es que en qué momento se le ha ocurrido que es una buena idea preparar la boda de su ex novio ese al que decía amar con toda su alma.

Si fuese su caso, se negaría en rotundo, jamás podría asistir a ver a Taehyung en brazos de otra persona. Sus ojos se siguen paseando por su anatomía mientras sigue hablando con su futura esposa y recae en algo que le hace fruncir el ceño.

En su mano izquierda, en el dedo anular, un bonito anillo de diamantes pequeños, le ciega.

- Señor Kim – Llama su atención, con voz excesivamente ronca - ¿Eso que veo es un anillo de compromiso?

- ¿Esto? – Levanta su mano, mostrándolo con orgullo – Sí, estoy prometido.

De repente se ve a sí mismo en otro plano diferente a ese en el que su pequeño se va a casar con alguien que no es él. Las imágenes del noviazgo breve le bombardean el cerebro y le hacen irritarse por momentos.

Un pequeño timbre le saca de sus recuerdos y la voz del chico guapo de antes, suena.

- Vante, tu prometido está fuera – Avisa por el comunicador - ¿Qué hago?

- Dile que pase – Le dice, apretando el botón para hablar – Así le presento, si a ella no le importa, a una compañera de gremio.

La pareja se vuelve hacia la puerta y las reacciones son bastante diferentes en cada uno, Suran en modo fan indiscutible aplaude al ver al exquisito hombre que entra por ella, Yoongi gruñe en bajito al verlo.

El rubio se levanta de su asiento y anda con elegancia hasta él, dejando sus manos en sus hombros para que las de su prometido descansen en la cintura y unirse en un fugaz beso de saludo, que arranca una preciosa sonrisa en el rostro hermoso de Kim Taehyung y despierta unas grandes ganas de vomitar en el estómago de Min Yoongi.

- Les presento a mi prometido, Park HyungSik – Sonríe, entrelazando una de sus manos – Aunque la señorita Shin ya debe saber quién es.

- Es un honor, señor Park – La muchacha se levanta, para hacerle una reverencia – Bueno, Yoonie cariño, nos vamos.

- Y eso ¿Por qué? – Pregunta el pelinegro, de pie junto a ella.

- Querrán disfrutar de un momento a solas, no seas maleducado – Dice de forma obvia – Señorito Vante, avíseme para la próxima reunión.

- Eso haré, señorita Shin – Asiente sonriente – Aunque tampoco hacía falta que se fueran ya, mi prometido solo ha venido a darme un beso.

- Efectivamente, tengo que ir a una grabación, así que les acompaño fuera – Dice el precioso hombre, dejando otro beso en los labios del rubio – Te veo luego en casa.

- Claro, mi amor – Susurra Taehyung en sus labios.

Yoongi lo observa todo en un ensordecedor silencio que el rubio parece ignorar con elegancia, aunque no sea nada más lejos de la realidad.

Probablemente Taehyung no se ponía tan nervioso con nada desde que le dio esa carta de amor cuando apenas tenía 15 lindos añitos.

Wedding planner ♡ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora