Taehyung está acompañado de un camarero que le está ayudando a buscar las llaves, aunque más bien lo está haciendo él, porque cuando se ha agachado para buscar en la butaca donde estaba, casi se cae de frente.
Mira de brazos cruzados con atención cómo lo busca cuando siente unas manos en su cintura que le producen un escalofrió, sabe que no son las de HyungSik, las conoce demasiado bien y sabe que solo unas manos se amoldan a la perfección a la curvatura de su cintura. Tiene que soltarse, lo sabe, es consciente, pero los latidos desbocados en su pecho le atoran el cerebro.
- Su-Suéltame, Yoongi – Dice, sintiendo la respiración del mayor en su cuello.
- Solo te sujeto para que no te caigas, desconfiado – Susurra, casi rozando su piel con sus labios.
- Por fa-favor – Ruega, poniendo sus manos en las del mayor, con intención de separarlas.
Cosa que jamás llega a pasar, simplemente las deja ahí, disfrutando de la cercanía del cuerpo de su ex, que le agarra de la cintura con demanda, cosa que hace desde que empezaron a salir y que siempre adoró con todo su corazón.
- Señorito Kim, aquí están – Dice el camarero que se las tiende y el menor, las coge – Procure no conducir usted.
- No lo haré, tranquilo – Sonríe, con nerviosismo.
Ambos observan cómo el camarero se va más Yoongi no le suelta y sus nervios se disparan, la respiración en su nuca le está desquiciando, las manos en su cintura le hacen tragar duro y sentirse tan especialmente pequeño con el cuerpo de Yoongi detrás, no ayuda ni un poco.
Siente que su agarre se intensifica y es dado la vuelta con rapidez, quedando sus narices a escasos centímetros la una de la otra.
"¿Cómo puede estar más guapo conforme más cerca lo tengo?" Piensa Taehyung, observando detenidamente el rostro del mayor. Pasea sus ojos por cada milímetro de la faz del contrario, contando, aunque se sabe de memoria, cada lunar, delineando con la mirada el trazo de sus labios, siempre tan bonitos y rosados.
- No te he dicho lo hermoso que estás, Taehyung – Susurra Yoongi, nublándole con el aliento a alcohol en sus labios.
- Eres malvado, hyung – Murmura, subiendo su mirada a los ojos oscuros que tiene.
Sin duda siempre fue el sitio favorito del menor, la calidez que una vez le desprendían esos orbes hermosos, ahora mismo la está sintiendo de nuevo, adorando lo que bien que quedaron siempre sus cuerpos tan cerca el uno del otro.
Una de las manos del pelinegro abandona su cintura para acariciar su mejilla, que derrite a Taehyung y le invita a cerrar los ojos.
- Si supieras lo difícil que es para mí – Confiesa en un hilo de voz.
Esa frase parece despertar el sentido común de Taehyung que abre los ojos de golpe, dándose cuenta de lo grave de la situación, los dos en mitad de una terraza llena de gente que por suerte está demasiado borracha para reconocer al famoso wedding planner prometido con el actor Park HyungSik y al famoso juez prometido con la actriz Shin Suran.
Empuja al mayor confundiéndolo muchísimo, negando con la cabeza ante lo imbécil que acaba de ser por dejarse liar estando fuera de sus facultades.
- Vámonos – Le dice, echando a andar.
- Taehyung – Le llama el pelinegro, obligándole a pararse - ¿Por qué volviste y no me dijiste nada?
Esa es justo la pregunta que no quería escuchar de su ex, por eso no se quería quedar a solas con él, por eso haberse emborrachado en su presencia es un perfecto error.
- Porque tú y yo ya no teníamos nada – Dice pestañeando rápido – Tú estabas con Suran y yo...
Todo el mundo dice que huir es de cobardes, pero no hay nada mejor que hacer en este momento, así que decide que es la mejor opción para esta situación mala, malísima, fatídica en la que está metido.
Así que echa a correr como alma que lleva al diablo, dejando a Yoongi con demasiadas incógnitas en ese momento.
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Dos semanas después de esa situación tan terrible, el futuro matrimonio vuelve a la oficina del señor Kim, para una nueva sesión pre boda.
Entran los dos por la puerta como siempre cogidos de la mano, esta vez sin mirarse la ex pareja, no desde que ese día casi la lían en un momento, poniendo en riesgo demasiadas cosas que les importan a los dos.
- Bienvenidos – Dice con voz ronca – Hoy les he reunido para entre los tres decidamos la temática del evento, parece que no, pero es mayo y la prisa nos apremia, hay demasiados detalles que organizar.
- Ya se lo dijimos, es una temática navideña – Repite Suran, que se ve claramente irritada.
- Sí, si eso es genial, pero es algo demasiado abstracto – Dice el rubio con cansancio – Tengo aquí una serie de ideas para exponerles.
Le pasa los papeles a Suran que los lee con detenimiento mientras fija su vista en ella, procurando no dejarse intimidar por la profunda mirada llena de incógnitas a la que Yoongi le está sometiendo, aunque no le mire directamente a los ojos. todavía se siente mal consigo mismo por lo que pasó aquel día.
- Me gusta esta, el blanco que reine en todo el mobiliario, con mis flores favoritas y algunos muérdagos por todo el lugar para que la gente pueda hacer la típica escena del beso, también me encanta lo del puesto de bebidas calientes ambientado en los países europeos que lo tienen como algo típico de la navidad – Sonríe, encantándose por momentos – Sin duda mi parte favorita es terminar la ceremonia antes del banquete con los fuegos artificiales.
- Me alegro, señorita Shin – Asiente Taehyung, sonriente.
El teléfono de la castaña suena, y disculpándose, sale del despacho para responder la llamada, volviendo a sumir a Taehyung en un profundo nerviosismo por estar con Yoongi a solas.
Aunque la decepción llega a su interior cuando pasan diez minutos solos y el pelinegro no le dirige la palabra.