Probablemente la parte que más pesada se le hace al wedding planner es la de tener que elegir los menús, la gente es muy quejosa a la hora de preferir comida occidental o asiática, esto claramente en Europa, no le ocurre.
En realidad, en las bodas lo mejor es optar por platos sencillos pero cargados de sabor, fáciles de ingerir y de degustar, que no manchen vestidos ni trajes de forma innecesaria.
Sin embargo, Jin está encantado porque siempre le acompaña a sus pruebas de menús, ha comido tantos platos diferentes que ahora mismo adora su trabajo, mirando a Taehyung con una sonrisa burlona porque el menor ya no puede comer más, llevan una semana probando comida día tras día.
- Nos quedamos con este menú y los otros tres que te he dicho, me niego a probar un plato de pijos más – Suspira derrotado acariciándose la barriga – Me voy a poner como una foca si sigo probando un plato más.
- Comer es salud – Le responde terminándose el postre – Además, vas a tener que probarlos con ellos de nuevo.
- Lo sé, que horror – Rueda los ojos – Menos mal que todo son cosas pequeñas, que sino, la novia no entrará en el espectacular vestido que le está preparando Jiminie.
- ¿Lo has visto? – Pregunta estirándose - ¿Es bonito?
- Es precioso, además le está preparando una capa también para que no pase frio – Dice sonriente – Va a estar hermosa.
- Podríamos ir algún día a probarnos vestidos de novia – Ríe aplaudiendo – Seguro que tu estarías más hermosa que ella.
- No entramos en los vestidos para anoréxicas que hace Jimin – Le dice burlón – Aunque sería bastante divertido.
Entre risas se levantan para ir a hablar con el jefe del catering para concretar la cita para volver con el futuro matrimonio, dejándolo todo debidamente preparado.
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En la casa que comparten Suran y Yoongi se masca la tensión como si de un chicle se tratase, el pelinegro está tumbado ignorando los gritos de su futura esposa, no tiene ganas de nada en ese momento, solo quiere dormir y que se pasen las horas, ha tenido cuatro juicios ese día, quiere descansar.
- Yoonie, no hacemos nada desde mi cumpleaños, te necesito – Lloriquea de forma falsa - ¿No te atraigo ya?
- Claro que lo haces, pero estoy derrotado – Suspira mirándola - ¿No entiendes que tengo sueño y que estoy cansado?
- ¿Puedo convencerte? – Pucherea, subiéndose en su regazo.
- Puedes intentarlo, no creo que lo consigas, está igual de muerta que yo – Responde y señala a su entrepierna.
- Eres un idiota – Masculla, bajándose de nuevo – Desde que decidimos casarnos tu intimidad conmigo se ha reducido drásticamente.
- También estoy hasta arriba de juicios para pagar la gran boda del año que estás decidida a montar – Recrimina cerrando los ojos – Yo no puedo hacer más por mi cuerpo, entre el trabajo e ir a ver al wedding planner, no me dejas descansar.
- Perdona a Taehyung no le vemos desde hace tiempo, que la semana que viene tengamos cita para probar los menús, no implica que eso te quite horas de dormir – Se queja revolviéndose el pelo – Seguro que él entendería como me siento ahora mismo.
- ¿Por qué entendería que tengas ganas de hacer el amor con tu futuro esposo y él no tiene cuerpo para hacerlo? – Pregunta irónico, sin entender por qué hablan del menor.
- Ah claro, que no te lo dije – Suran sonríe con malicia al ver que su novio abre un ojo – Me entendería porque no tiene con quien hacer el amor.
- ¿Te acuerdas de que está prometido con ese actor perfecto? – Bufa, abriendo el otro ojo.
- Ya no, la última vez en la reunión no llevaba el anillo, él dijo que se le olvidó, pero cuando recordé una cosa para decirle, escuché que hablaba con su secretario, sin querer obviamente, que estaba buscando piso porque no ya no podía seguir viviendo con Hoseok – Suelta, rogando por reírse ante la cara de Yoongi.
En realidad, en la mente del pelinegro todo cobra sentido en ese momento, el llanto absurdo de Taehyung el día del cumpleaños y que estuviese con su amigo cuando fue a verlo, la casa en la que vivía probablemente era del actor, así que fue el rubio el que se tuvo que marchar de allí.
La culpa le inunda de repente, lleva un mes sin dirigirse la palabra con Hoseok por una suposición absurda que sus celos injustificados no le dejaron otra opción que pensar.
Taehyung está soltero de nuevo; le dice una vocecita en su mente, que alegra su corazón y le tranquiliza, aunque se siente especialmente egoísta por ser feliz a cambio de que su menor no esté con nadie.
- No me interesa que nuestro organizador de bodas tenga pareja o no – Le dice a su novia, cerrando los ojos de nuevo – Vamos a dormir.
Suran suspira, realmente esperaba hacerse con su atención, aunque fuese de la misma frustración, cosa que esta vez no ha ocurrido. Resignada se tumba con su novio que la rodea con un brazo por la cintura, quedándose dormido a una velocidad abrumadora.
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Cuando la pareja se reúne con el rubio el día de la cita, los ojos del mayor se van rápidamente a la mano del menor, sorprendiéndose cuando el anillo sigue estando en su sitio, sin percatarse de la sonrisa burlona de Taehyung.
Cómo sabía que esa furcia se lo diría; piensa en su mente, alegrándose de haberse puesto el anillo, ese que insistió a HyungSik en devolver pero que no quiso, alegando que es un regalo, un recuerdo de su amor vivido.
Porque el día que Suran se piensa que no supieron que ella estaba ahí escondida escuchando, aunque en ese momento no se enteraron, cuando estaban los de seguridad revisando las cámaras, les comentaron a ambos que la señorita Shin se había quedado ahí un rato largo antes de meterse en el ascensor.
- ¿Entramos? – Pregunta con victoria.
La pareja le asiente, ambos frustrados, siendo el anillo la razón, pero uno está molesto porque su novia le ha mentido y la otra está enfadadísima porque Taehyung ha ganado esta batalla, aunque no ganará la guerra.
Esta es una carrera de fondo que perderá el que se atreva a bajar la guardia.
