— No sé lo que estás pensando, pero no es así — dice ella, yendo hacia donde se encuentra — es tu hijo, jamás he tenido nada con nadie que no seas tú, llevamos muchos años juntos.
— Quiero una prueba de paternidad y el divorcio — dice este, pegando un tirón del brazo que ella le sujeta — siempre me ha olido raro que te embarazaras justo cuando mi ex volvió a mi vida y yo apenas teníamos relaciones sexuales — ríe, revolviéndose el cabello — ¿Tan complicado era no mentirme y dejarlo todo fluir?
— No vas a dejarme — niega ella, desesperada — no ahora que estoy embarazada y nos acabamos de casar, no estoy dispuesta a que me dejes en ridículo.
— Tienes dos opciones — suspira, yéndose hacia la puerta — o lo hacemos todo en silencio y sin dar explicaciones hasta dentro de unos meses y así no quedas en ridículo o me voy en este instante a cada cadena sensacionalista del país a contar cómo es matemáticamente imposible que mi reciente y famosa esposa esté embarazada — Yoongi la mira, sintiendo un dolor indescriptible en el corazón — podríamos haber sido felices y habernos llevado bien, pero has decidido jodernos a mí, a Taehyung y a Hoseok solo por tu puta necesidad de quedar bien delante de gente que no importa una mierda.
— ¿Cómo me hablas así? — solloza, dejando las lágrimas fluir por su rostro.
— Porque me has destrozado la vida, ahora estoy todavía más seguro de que debí dejarte conforme vi a Taehyung, jamás te quise ni un cuarto de lo que lo amo a él — solloza, hundido — yo solo quería ser feliz con mi primer amor y ahora dudo que sea capaz de siquiera conseguir que me dirija la palabra.
— ¡Me niego a todo esto! ¡Es tu hijo! — grita, hecha un ogro — si te marchas por esa puerta voy a contarle a todo el mundo que eres gay y que has abandonado a tu mujer por un hombre — el pelinegro sonríe de lado, retirándose las lágrimas — no voy a ser la única que caiga con esto.
— ¿La diferencia? — dice, sacando el teléfono — que tú no vas a mentir esta vez — Yoongi da pasos mientras marca un número, acercándose a la puerta — por favor, manda un comunicado a las distintas revistas amarillas diciendo que me divorcio de Suran por presuntos cuernos y que el bebé que lleva dentro no es mío — abre, echando un vistazo, por último — nos veremos en los tribunales, adiós.
La mujer cae al sofá, viendo como por un descuido toda su vida se acaba de ir al maldito traste, cuando ella solo quería aparentar que la familia feliz que se forma desde la universidad puede ser posible.
Un llanto llena toda la casa, durante tanto rato, que solo es interrumpido por el sonido del móvil, siendo su representante.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los labios de Hoseok se sienten cálidos y agradables, nunca va a negarlo, pero más bien cómo un abrazo que te envuelve cuando algo te duele, tal como puede dártelo un hermano o un padre, pero no un amante.
Entonces Taehyung baja los ojos, sintiéndose terriblemente culpable por haber aceptado esas muestras de cariño, sin poder mirarle correctamente.
— Vengo a despedirme — dice Hoseok, haciéndole reaccionar — me han ofrecido un trabajo en Gwangju, mi ciudad natal y yo pensaba rechazarlo, porque aquí estás tú, pero me parece que, si me quedo, progresivamente, iré sufriendo — suspira, abrazándolo con fuerza — lo de la otra noche fue precioso y me hiciste muy feliz, pero esto jamás habría pasado si Yoongi no se hubiese casado.
El rubio esconde el rostro en el hombro de Hoseok, que deja un beso en sus cabellos, sintiéndose aún peor.
— Quiero que entiendas que esto no es tu culpa y que no deberías sentirte mal por nada, aquí el que lo ha hecho mal es tu maldito ex y yo, que solo soy un aprovechado en un momento de debilidad — el menor niega, haciéndole reír — cierto, Suran también tiene mucha culpa.
— Siento no poder aceptar tus sentimientos — susurra, sabiendo que eso es doloroso, pero necesario de decir.
— Nunca esperé que lo hicieras — sonríe, separándolo porque empieza a sonar su teléfono; Taehyung ve cómo Hoseok levanta una ceja, sin entender — esto tampoco lo esperaba en ningún momento.
— ¿Qué?
Pero tampoco puede contestar porque llaman a Taehyung, que descuelga el teléfono a Seokjin, aunque se arrepiente de haberlo hecho cuando lo escucha gritar.
— ¡Lo han dejado! ¡Pon el canal 113! — el rubio, confundido, hace caso y pone el canal, viendo en el rotulo cómo anuncian la temprana separación entre Yoongi y Suran, cosa que le hace sentarse en el sofá — al menos nos han pagado antes de esto, pero se especula que ha sido por cuernos.
— ¿De quién? Porque Yoongi también le ha sido infiel — se burla, sin poder creerlo aún — te dejo, está aquí Hoseok.
— Ni se te ocurra volver ahora con ese bastardo eh, no quiero que vaya corrie—
Sabe lo que le va a decir, que lo mejor es que se aleje de Yoongi ahora que está libre y no vuelva a caer en la tentación de perderse entre sus brazos, porque aunque sea una víctima, no merece una segunda oportunidad.
— Ya he acabado de hablar — sonríe Hoseok, guardando el teléfono — ¿Damos un paseo por aquí abajo? Necesito que me dé el aire.
El rubio asiente, decidiendo que lo mejor es olvidar para siempre a Yoongi, pues su historia de amor está condenada al fracaso, aunque mande a la mierda cada esfuerzo por volver a Corea que haya hecho.
Solo que Yoongi, en la puerta de su casa, tiene otra opinión sobre eso.
