Taehyung ha estado eligiendo modelos toda la tarde del viernes, debe estar perfecto para esos dos insoportables que vienen a su vivienda, ha contratado un catering espectacular para que les sirva la comida y ha decorado su jardín de la mejor manera posible, su novio se piensa que es por pura emoción de la fiesta, nada más lejos de la realidad.
A las 12:53 que son en este momento, Hoseok se ríe de su amigo que además de estar precioso con esa blusa rosa con unos pantalones cortos blancos y un sombrero beige, anda por todos sitios histérico.
- Relájate o Yoongi hyung, te lo notará – Dice bebiendo de su zumo de naranja con champán – Es el que mejor te conoce.
- Ya no lo hace, he cambiado – Le dice, moviendo su pie contra el suelo – Ya no soy el bebé que se ponía nervioso con la presencia de su novio guapo y jugador de baloncesto.
- Claro – Hoseok rueda los ojos, alargándole una copa de zumo – Bebe anda.
- El alcohol siempre ha sido mi mejor amigo – Le dice a la copa, bebiendo de ella.
Hoseok se ríe y mira a la puerta del jardín, realmente a él también le parece una mala idea que hayan aceptado esos dos ir a una fiesta en casa del menor, pero a Yoongi siempre le gustó jugar con fuego.
El pequeño niño de Namjoon corre hacia ellos, cogiéndolo Taehyung en brazos después de darle su copa a Hoseok, para besuquearle la cara con cariño.
Esa es la imagen que tiene Yoongi cuando sale al jardín acompañado de HyungSik y Suran, a su ex, totalmente precioso, llenando de mimos a un pequeño en sus brazos, despertándole de repente el instinto paternal. Taehyung realmente parece que brilla en algunas ocasiones, como es en esa.
- Parece que somos los últimos en llegar – Dice Yoongi mirándolos a todos.
- Chicos, ellos dos son Park Seoojon y Choi Minho – Los llama para que se les acerque – Y ellos son dos clientes de Taehyungie, Min Yoongi y Shin Suran.
- Oh, una actriz famosa, encantado – Saluda Minho, besando su mano con elegancia – Encantadísimo.
- Igualmente – La castaña se sonroja, al ver esos dos hombres preciosos delante de ella - ¿Y este bebé?
- Es mi hijo – Dice Namjoon, de la mano con su esposa Hye – Encantado de volver a verte, Suran noona.
- Sí, yo igual – La sonrisa condenadamente falsa de Suran, hace que Taehyung ruede los ojos.
- Bueno pues disfrutad de todo y pasad una bonita velada, estamos aquí para eso – Dice HyungSik, cogiendo una copa de vino blanco.
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Es inevitable para Yoongi no desviar constantemente los ojos hacia su ex, que juega con la esposa de Namjoon y su bebé en el jardín, adorando la risa preciosa que tiene desde siempre, haciendo que sus dos amigos suspiren constantemente por lo descarado que llega a ser él y lo que también lo es su futura esposa, que está encantada con que esos tres hombres preciosos le otorguen toda la atención.
Taehyung muerto aun de risa se acerca a la mesa a coger una copa de vino, para luego acercarse a Namjoon, Jin, Hoseok y Yoongi, que hablan animadamente debajo de una sombrilla.
- Que hijo tan lindo tienes, Namjoonie – Sonríe mientras bebe – Algún día tendré uno yo también.
- Tendrás que adoptar – Dice Yoongi, mirándole con burla – Y no en Corea, tendrás que irte a otro país a hacerlo.
- Volveré a París en algún momento, así que, lo hare allí, gracias por tu preocupación Yoongi hyung – Le sonríe, irónico.
- ¿Tienes intenciones de volver? – Le pregunta Namjoon, que no se lo esperaba.
- Claro, mis padres, mis hermanos y mi sede principal están allí, en Seúl no tengo nada – Mira a su amigo con seriedad – Ya lo he hablado con HyungSik, además.
- ¿Y qué haces en Seúl entonces? – Pregunta Yoongi, con el ceño fruncido.
- Conocer al amor de mi vida – Le responde sin mirarle.
- Taehyung, Yoongi, no peleéis aquí – Pide Hoseok con tranquilidad – Por favor.
- Nadie se está peleando en este momento, solo respondo a lo que un antiguo compañero de colegio me pregunta – Suelta con frialdad.
Yoongi chasquea la lengua sin decir nada más, sabe que ese ataque a su persona es totalmente por lo que dijo la otra vez de que con quince años no se puede considerar a nadie un novio.
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A la hora del almuerzo, Taehyung está reunido en la cocina con los del catering, organizando debidamente los platos para que los vayan sacando mientras los demás están reunidos fuera en el jardín, por suerte para él, Yoongi no ha vuelto a molestarle más después de esa breve pelea. Realmente le cuesta estar así de mal con su mayor, lo odia en profundidad.
Y hablando del mayor, se acerca a la cocina con cara de confusión, lo que hace a Taehyung reírse por eso.
- ¿Serías tan amable de indicarme dónde está el cuarto de baño? – Pregunta con el ceño fruncido.
- Claro, ven – Dice divertido, llamándole con la mano.
El mayor sigue al pequeño por un pasillo, inevitablemente mirándole ese trasero tan estupendo que se le ha puesto al crecer, es demasiado irresistible.
- Yoongi hyung, no me mires el culo – Le suelta divertido cuando llegan a la puerta del baño – Te conozco demasiado bien, siempre hacías igual.
- Es tu culpa por tenerlo, no la mía – Le responde encogiéndose de hombros.
- ¿Es que el coñito de tu futura esposa no te satisface igual? – Ronronea, relamiéndose los labios.
Yoongi arquea una ceja por la frase que acaba de soltar su menor, de verdad que ha cambiado, el pequeño Taehyung jamás habría soltado esa frase por su boca.
- Lo hace perfectamente – Responde metiéndose en el baño – A lo mejor es a ti al que no satisfacen bien.
- HyungSik tiene muy buenas armas de pasión – Ataca, apoyándose en el marco de la puerta – Unas enormes armas.
El pelinegro frunce el ceño, claramente está poniendo a prueba su paciencia, así que, se acerca al menor, quedándose a escasos centímetros de su cuerpo.
- ¿Más grandes que las mías? – Pregunta en un susurro.
El aliento de su mayor en su rostro le está haciendo delirar, yéndose su mirada a esos preciosos labios que fueron los primeros en conocer a los suyos, se le está subiendo la temperatura y su cerebro se está desconectando.
- La verdad es que tus armas siempre fueron las mejores – Confiesa en un hilo de voz.
Pasa prácticamente en diez segundos, el menor es arrastrado dentro del baño con una mano en su nuca, la puerta cerrada con su cuerpo y sus labios atacados nuevamente por los del mayor, a los que recibe jodidamente encantado.
