16: Un pequeño gran sacrifício

70 4 1
                                    

Jane

Me emocionaba el hecho de que había alguien más que no me asustaba con su presencia. Pero también me llenaba de nervios estar con otra persona que no era Evan, nervios de los buenos. Me sentía bien y eso me impresionó. Luca era muy amable y divertido, siempre tenía algo que decir para hacerme reír.

No me dijo a dónde iríamos, era una sorpresa. Habíamos estado manteniendo un juego, él me decía una sola palabra y yo intentaba adivinar un lugar utilizando esa sola palabra. Hasta ahora no había tenido éxito.

-Aire. -dijo Luca, mirándome divertido.

-¿En serio? -lo miré de vuelta alzando las cejas.

-Sí, en serio.

-¡Pero todo espacio en este planeta tiene aire! -repliqué-. Estás haciendo trampa.

Luca comenzó a reír fuertemente, las personas que pasaban junto a nosotros lo miraron con una extraña curiosidad indiscreta. A veces creo que la gente no soporta ver a alguien más siendo feliz.

-Es una palabra clave. -dijo al terminar de reír-. Piensa en un lugar donde "aire" lo sea todo.

Lo miré un poco más antes de descifrar sus palabras. Aire... Simple y contaminado aire.

-¿Aire puro? -pregunté. Luca asintió sonriendo. Inmediatamente descarté algún lugar en la ciudad. Aquí el aire era una masa de smog-. ¿Un parque?

-Te estás acercando. -frunció su nariz y juro que ese había sido el gesto más tierno que había visto hacer a un chico. ¿Qué otro lugar podría tener aire puro además de un parque en Willamette Stone?

Oh, no... No, no. Mi corazón se aceleró presa del pánico. Sentí mi cabeza dar vueltas, me tambaleé pero antes de caerme Luca me sujetó por los brazos rápida y fuertemente.

-Whoa ¿te sientes bien?

-Estoy bien, lo siento. -y le sonreí tranquilizadoramente pero no funcionó.

-¿Estás segura?

-Sí, no pasa nada.

Me miró intensamente a los ojos por un rato antes de que pareciera raro o me sintiera incomoda, me miró como si sus ojos no tuvieran otra cosa que mirar. Sus manos siguieron en mis brazos hasta asegurarse de que sí me soltaba, no me caería. Finalmente me soltó y seguimos con nuestro camino hacia un destino desconocido para mí.

-¿Puedo preguntarte algo? -su voz sonó insegura por primera vez en el día, no me miró.

-Ya lo has hecho. -contesté y me mordí los labios esperando su respuesta.

-Vale, ¿puedo hacerte otra pregunta?

-Ya la hiciste. -entonces sus ojos se entrecerraron.

-Eres demasiado astuta para mí.

Fue un simple comentario pero yo no pude evitar sonrojarme y cuando Luca se dio cuenta su sonrisa se volvió más grande.

-¿Cuál es la pregunta? -dije sin aliento.

-Tal vez suene entrometido pero me es difícil no preguntártelo. -antes de continuar sus oscuros ojos se posaron en mí, expectantes. Asentí para que siguiera-. Tus ojos... ¿Son efecto secundario de una enfermedad o mutación?

Oh. Cómo no lo supuse antes. Mutación, me reí internamente ante la idea. Que yo fuera algún tipo de mutante era mucho más creíble que la verdad. ¿Alguna vez podría hablar con alguien acerca de mi "situación" sin que me miraran como a una loca? ¿Y si lo estaba? ¿Y si todo lo que yo creía haber vivido era un sueño maquinado por mi transtornada cabeza? Nadie resucita, excepto en las historias bíblicas. Es simplemente imposible y sin embargo era verdad. Evan era la única prueba que tenía. Él me había visto salir de la tierra como una muerta viviente (literalmente) y había reaccionado bien, más que bien, hasta ahora no me había tratado como un fenómeno, ¿Luca haría lo mismo? Me llenaba de terror descubrirlo.

La chica debajo de la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora