2: Flamas y fuego ardiente

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Evan

El fin de semana se había terminado tan rápido. El viernes estaba tan lejos del lunes pero tan cerca del domingo, era terrible.

Healy había dejado mi auto el domingo, ni siquiera me di cuenta de cuando lo hizo, estaba tan concentrado en hallar una explicación lógica para ese suceso paranormal que mis ojos habían presenciado el sábado en la noche, el Día de Brujas que jamás olvidaré.

Bajé del auto y caminé por el campo, vi a Pette hablar con varios chicos del equipo de Americano de la universidad, cuando me vio alzó un brazo y me saludó.

-¡Evan! Te veo en el almuerzo. -gritó. Asentí y reí por su entusiasmo.

Justo antes de entrar a la clase de Historia, Megan me bloqueó el pasó, se recargo en el marco de la puerta con una mano en la cadera, mirándome con desprecio y adoración al mismo tiempo.

-Megan, en serio. Creo que debes inventar una nueva forma de entablar una conversación conmigo porque esto de que no me dejes cruzar cualquier puerta se vuelve aburrido. -me burlé. Megan me miró de arriba abajo y luego sonrió.

-De acuerdo, no haré un escándalo porque no bailaste conmigo en la fiesta. -dijo pasando su mano por mi pecho-. Pero sólo porque hoy te ves mega sexy.

Puso su cabello rubio sobre un hombro y se rio como niña boba antes de dejarme pasar al salón.

-Gracias Megan. -pasé junto a ella y me dirigí a mi siento habitual, junto a Healy que ya estaba en el suyo.

-Es un placer. -susurró coqueta.

Antes de alcanzar mi asiento, Tina y Ashley me sujetaron por los hombros y besaron mis mejillas. Puse los ojos en blanco, vaya manera de darle los buenos días a un chico. Primero miré a Tina: cabello castaño claro, de ojos grandes y negros y una nariz no más grande que esos labios tan tentadores. Luego a Ashley: cabello negro y ojos cafés rasgados, sus facciones orientales eran simplemente impresionantes. Suspiré, intentando parecer decepcionado.

-¿No habíamos hablado de esto chicas? -pregunté, mirándolas alternadamente. Ellas torcieron la boca, traviesas y coquetas.

-Oh, vamos. No puedes negarnos darte un beso casto todas la mañanas, Evan. -dijo Ash y Tina asintió energéticamente.

-Es lo único que nos está permitido hacer contigo. -lloriqueó Tina.

Solté un silbido irónico con lo último que dijo Tina. ¿Es que necesitaban mi permiso para hacer algo más conmigo que sólo besar mis mejillas? ¡Increíble! Mi mente comenzó a imaginar las cosas que Tina, Ashle y todas las demás chicas deseaban hacer conmigo. Estaba alagado. Entonces tomé a ambas chicas por la cintura y las miré alternativamente.

-Ustedes pueden besarme todas las mañana sí son discretas. -risas-. Será nuestro secreto. ¿Bien?

-Bien. -contestaron las dos al unísono y antes de irse me dieron otro beso en cada mejilla.

Me senté junto a Healy que le echaba una mirada asesina a Megan y su mini short, y al Tina y Ash que no dejaban de mirarme. Llamé su atención dándole un empujoncito con mi hombro.

-Buenos Terribles lunes.

-Buenos Terribles lunes, Evan.

"Terribles lunes" es nuestro saludo clave para después de un fin de semana de fiesta y extremadamente corto. Son literalmente terribles y los odio.

-Veo que Megan y su sequito no se dan por vencidas ¿no? -dijo, medio en broma medio molesta. Le sonreí y pasé mi mano por mi cabello largo.

-No lo harán hasta chupar todo el líquido de mi cuerpo.

La chica debajo de la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora