20: Pay de manzana

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Jane

La biblioteca estaba justo como la recordaba. Con sus altos estantes repletos de libros ordenados alfabéticamente, en los cuatro pasillos se encontraban cinco mesas cuadradas con una lámpara de luz tenue en el centro, y el escritorio de la bibliotecóloga escolar justo en la entrada. Todo estaba igual. Los recuerdos estrujaron mi corazón.

-¿Alguno de ustedes dos podría explicarme qué sucede? -pidió Luca, mirándonos. Evan le devolvió la mirada cargada de irritación, tomé asiento en la mesa más cercana y los chicos se pusieron uno a cada lado de mí como guardaespaldas personales.

-Anoche... caminaba hacia mi casa y... -las palabras se atoraron en mi garganta, Luca se veía aún más confundido.

-Mattew intentó violarla. -la voz de Evan era fría y seca, su mirada distante.

Escuchar su nombre seguía dándome escalofríos e inmediatamente el recuerdo de su rostro invadía mi mente.

-No puedo creerlo, ese hijo de perra... -Luca se puso en cuclillas y me miró-. Dios, Jane ¿por qué no me llamaste? ¿Por qué no me lo dijiste de inmediato? Si yo no te hubiera dejado, si yo... -acarició mi mejilla y tocó ligeramente la esquina de mis labios, me dolí. Se sentía culpable, podía verlo en sus expresivos ojos-. Es mi culpa.

-Exacto. -coincidió Evan, lo fulminé con la mirada.

-Por supuesto que no. -atajé yo, pero ambos me ignoraron.

-Lo lamento tanto Jane. -dijo Luca.

-¿Lo lamentas? -Evan rió-. ¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de saber que Jane casi es violada?

-¿Y qué quieres que haga? ¿Qué vaya y haga alguna estupidez como seguramente tú ya hiciste? No somos iguales.

-No, no lo somos. -se miraron en silencio, la tensión era tanta que me sentí abrumada.

-Dejen de pelear ¿es mucho pedir? -me puse de pie-. Lo último que quiero es esto. Evan, querías que Luca lo supiera ¿estás contento? -me miró, apretando la boca en una fina línea, asintió-. Y Luca, por favor, sabes tan bien como nosotros, -Evan gruñó-, que lo que pasó anoche no fue tu culpa. Bien, ahora que aclaramos esto, me sentaré aquí y no quiero escuchar que empiezan a pelear de nuevo.

Acto seguido, volví a sentarme y respiré profundamente. Disfruté el silencio que había en la habitación, creyendo falsamente que ya todo quedaba atrás.

-Mattew recibirá su merecido. -declaró Luca. Lo miré horrorizada.

-Puedes estar seguro de eso. -afirmó Evan, había determinación en la voz de ambos chicos, miré a Evan, alzó una ceja interrogante-. ¿Qué?

-No estarán hablando en serio ¿verdad?

-Muy en serio. -contestó él.

-Debió pensarlo bien antes de meterse contigo. -continuó Luca-. Merece todo lo que está por ocurrirle.

-Pero... Luca, acabas de decir que no harías ninguna estupidez como lo haría Evan. -Evan frunció el ceño sin saber si debía sentirse ofendido o no.

-Y no lo haré Jane. -aclaró. -Haré que pague lo que hizo de una forma madura y civilizada. Aunque claro está, necesito ayuda, y esa ayuda es Evan.

-Cuenta conmigo. -se cruzó de brazos y asintió.

Parecía que estaban seguros de lo que decían y decididos a actuar aún en contra de lo que yo les dijera. No había marcha atrás, por más que quisiera impedir que Evan y Luca se metieran en problemas no podría atarlos a una silla y esperar a que sus grandes e inmensas ganas de golpear a Mattew se desvanecieran. Suspiré finalmente rendida. Habían unido fuerzas contra mí, no parecían recordar que unos minutos atrás ellos eran los que querían pelear. Chicos.

La chica debajo de la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora