4: Nada que considerar

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Evan

Era la noche del miércoles y estaba en mi casa comiendo pastel de chocolate que mi madre había preparado mientras veía la televisión, cuando mi padre gruñó:

-¡Está ciudad se vuelve cada vez más peligrosa! -dijo azotando el periódico que leía en la mesa de centro.

Mi madre lo miró juntando las cejas.

-¿Por qué dices eso Robert? -preguntó con suavidad.

-Encontraron el cuerpo de otra chica en el bosque, cerca del río. -contestó- Es la tercera chica, Marie.

Picado por el aguijón de la curiosidad, presté atención a lo que mis padres decían.

-Eso es terrible. -mi madre se cubrió la boca con las manos.

-Espero que encuentren pronto al culpable. Antes de otra tragedia.

Mi padre observó que los escuchaba y me echó una mirada seria.

-Evan, cuida a Healy.

-Siempre lo hago. -dije, asintiendo.

-Es una chica muy bonita Evan, no queremos que le pase nada. Es como de la familia. -comentó mamá.

Ignoré el tono de insinuación de mi madre y continué comiendo de mi pastel, fingiendo poner atención al televisor.

-Cariño, deberías ser más afectuoso con Healy, ella es una buena chica. No desperdicies lo bueno cuando lo tienes en bandeja de plata.

Apreté mi mandíbula y dejé el plato con mi pastel en la mesa ruidosamente.

-Mamá, es mi amiga.

-Tal vez deberías considerar dar el siguiente paso y...

Me puse de pie y caminé a las escaleras. No iba a hablar de algo tan estúpido con mis padres. ¿Con qué derecho hablaban de mi relación con Healy? No iba a permitirles que hablaran de ello como si a mí no me importara.

-No hay nada que considerar. -finalicé, y subí a mi habitación frustrado.

***

El tono de mensaje en mi celular sonó y estiré mi brazo para alcanzarlo desde mi cama. Era un mensaje de Healy.

Tiens ánimos para ver unas pelís?

Rápidamente teclee mi respuesta.

Lo q sea con tal d salir d mi casa...

Esperé cinco minutos y recibí otro mensaje.

Ok. Trae palomitas y tu pijama sexy. XOXO.

Lo último me hizo reír, mandé el último mensaje y empaqué unas cosas, a Healy no le molestaría que yo me quedara a dormir, y el señor y la señora Harris tampoco tenían problema con eso. Yo era como si hijo varón que nunca tuvieron.

T refiers a mis calzones? Nos vmos en 20. XO.

Me puse la mochila en un hombro y salí de mi habitación. Mis padres estaban sentados en el sofá, mi padre me vio primero.

-¿A dónde vas? -preguntó y entonces mi madre notó mi presencia.

-¿Vas a salir a esta hora? -siguió mi madre.

-Sí. Voy a pasar la noche en casa de Healy. -contesté ambas preguntas sin mirarlos, aún estaba enojado con ellos-. Regreso mañana en la tarde.

Y salí de la casa cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria.

La chica debajo de la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora