Capítulo 3: Miedo.

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Hace mucho tiempo que Coriolanus Snow no pasaba una noche tan terrible. Desde que lo habían mandado al doce como un agente de la Paz tal vez. No pudo quitarse de la cabeza las palabras que le había dicho Verona y es que para él, todas las chicas eran iguales, huecas y tontas y de pronto aparece una mujer pálida que le dice que 'esperaba más' así como si nada. ¿Pero quién se creía que era? Coriolanus pensó que no podría ser peor hasta que le tocó dar el discurso por ser el mejor alumno de la generación y lo único que pudo decir fue: "Me siento muy orgulloso de haber compartido clases con algunos de ustedes, les deseo éxito a todos" cuando en realidad tenía palabras preparadas para tocar el corazón y mente de sus colegas.

Tampoco se atrevió a acercarse a miembros del comité de los Juegos porque se sentía extraño, demasiado común. Y Verona nunca lo miró, parece que le hizo ese comentario para destruirlo, cumplió el objetivo y se alejó.

"Amigo, qué buena velada" se acercó Santino a Coriolanus al terminar el evento.

"Y que lo digas" suspiró Coriolanus, rogando que Verona no se acercara.

"Dentro de dos semanas, iremos a la cabaña de mi familia, seremos un par de primos y yo" le lanzó la invitación Santino a Coriolanus mientras esperaban sus autos. "Es más bien unas vacaciones para comenzar la vida adulta" soltó Santino entre risas.

"No lo sé..." comenzó a negar Coriolanus, distraído por una chica pálida al acecho.

"Si quieres hacer tu planeación de los Juegos, puedes llevarte lo que quieras, allá tenemos biblioteca y lugares de paz para que te concentres" presionó Santino y en ese momento se aproximó Verona.

"¿Ya lo invitaste a la casa del lago en verano?" Preguntó ella con un tono tan burlón que encendió las mejillas de Coriolanus.

"Sí, pero parece ser que no le interesa ir"

"¿Por qué? ¿Nos tienes miedo?" Volvió a decir Verona con ese tono burlón y una sonrisa entre dientes.

"¿Nos?" Coriolanus ignoró las preguntas de la pálida chica para sentarse en el pronombre que le revolvió el estómago.

"Es obvio que yo también iré, Coriolanus Snow, ¿crees que vine a visitar a mi hermano solo un par de días?" Ahora el tono de Verona fue seductor y provocativo.

"¿Cuándo nos vamos?" Se precipitó a preguntar Coriolanus, algo que lo tomó por sorpresa porque, Coriolanus Snow nunca pierde la cabeza frente a nadie.

Santino soltó una risa y lo tomó de los hombros.

"Será un verano increíble, Coryo"


"... y creo que no me estás poniendo atención, Coryo" Tigris reprendió a Coriolanus en la cena.

"¿Qué?" Coriolanus dejó caer el tenedor y le dio un sorbo a su jugo de manzana. "Perdóname, Tigris, no estoy bien, tienes razón no te puse atención" admitió él; luego dejó caer la cabeza hacia delante.

"Es por Verona ¿verdad?"

Coriolanus la miró extrañada puesto que él no le había dicho nada a su prima sobre el incidente de la graduación.

"Nadie me dijo que perdiste la cabeza por un chica si es lo que te preocupa, es solo que en muchos lugares han estado hablando de una tal Verona Messina, intuí que era hermana de Santino, luego comenzaron a hablar de sus atributos y que estuvo en la graduación de la Universidad y al final recordé que desde esa noche has estado raro"

Coriolanus la observaba con atención, le preocupó la transparencia de sus emociones porque cuando Lucy Grey se fue, Tigris no notó nada y ahora, con Verona, le descubrió el semblante, tenía que actuar ya.

El verano 23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora