Capítulo 28: Un brindis.

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Nota de la autora antes de comenzar: A petición de varios usuarios, este será un capítulo más y habrá un Epílogo, el epílogo será el cierre del estreno de esta semana de BDPCYS, es decir, el próximo domingo publicaré lo último de Verano 23. Así que disfruten; porque yo lo hago a cada segundo.  

Pasaron dos semanas desde aquella partida de ajedrez; luego de ese acontecimiento, Coriolanus se rindió por completo a pelear por lo que quería, pensó: 'ya es todo, ya no tiene sentido que siga luchando por algo que ya no es mío. Si sigo peleando, moriré y habrá sido en vano'

Así que desistió.

Santino fue un hombre de palabra y lo dejó despedirse de Livia cuando iba a liberarla.

"Tienes tres minutos, Snow. Te despedirás de ella, no la tocaras y luego la verás marcharse" le advirtió Santino mientras iban camino a la casa de seguridad en donde tenían a Livia.

Al llegar, encontró a Livia en perfecto estado, solo que tenía esa expresión de tristeza y vacío en su rostro.

"Hola" dijo él con voz ronca, ella levantó la vista. "¿Cómo estás?"

"Mejor"

"Lamento mucho lo de tú..."

"¿Lo de mi padre?" Preguntó ella con aire de sarcasmo "No creo que lo lamentes, aunque ya no interesa de todas formas se estaba pudriendo en cáncer, le hicieron un favor"

Coriolanus cerró por un momento los ojos. Cuando capturaron a Livia, el padre de ella se opuso a que se la llevaran, las órdenes de Santino fueron muy claras, si alguien intervenía, tenían que disparar a matar y así fue.

"Sé que si te interesaba verlo partir de otra manera" presionó Coriolanus. "Y me disculpo por eso y por todo lo que te hice pasar de alguna manera" quiso tocarle la mano para disculparse, quiso consolarla con un abrazo y decirle que perdonara su mentira enorme.

"Un minuto" hablo Santino.

"Estarás bien, Livia. Te lo prometo" la consoló, ella levantó la vista de nuevo y extendió su mano izquierda.

"Creo que es mejor que te lo devuelva" señaló en anillo de piedras verdes.

"No, consérvalo. Es tuyo y siempre fue tuyo" susurró, esperando que Santino no los escuchara.

"¿Qué se supone que debo hacer con él?"

"Usarlo de recordatorio" intervino Santino. "Nadie humilla a mi hermana ni a ningún Messina" dijo con los dientes presionados. "Se acabó el tiempo, largo" fue por Coriolanus y lo tomó del brazo para llevarlo, Livia solo lo miró con lastima y pesadez algo que Coriolanus detestaba.

"Tenemos un trato Snow, si vuelves a ver a Livia Cardew, mato a Tigris sin problema alguno ¿entendido?" Coriolanus suspiró y asintió ¿en que carajos se estaba convirtiendo? ¿En un débil?

A pesar de su pregunta mental, siguió en la misma posición, dejarle todo a Santino, desposar a Verona y ser parte de la familia Messina en donde podría tomar decisiones a medias, viendo como el imperio que se reconstruyó a través de los Juegos iba de nuevo en picada por causa de Santino Messina.

Tigris estaba lejos, Coriolanus decidió mandarla a una escuela de modistas para especializarse en estilismo, estaba quizás a una hora del Capitolio, todo eso para mantenerla lejos de todo el desastre que había aunque de igual forma, Santino sabía donde estaba ella y estaba amenazada, si él daba la orden, la mataban.

Los días empezaron a transcurrir de manera lenta, el verano seguía presente a pesar de que ya fueran inicios de Agosto; la gira de la victoria ya había comenzado y estaban a nada de terminar para cerrar en la mansión de los Messina, el tributo ganador del distrito dos terminaría con una fiesta y un banquete y ahí se anunciaría el compromiso de Verona y Coriolanus; cosa que ya era muy evidente dado que se paseaban por el Capitolio juntos, andaban de la mano, Verona presumía su joya de color negro y de vez en cuando se besaban en uno que otro lugar.

El verano 23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora