Capítulo 11: control absoluto.

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Ese trago de whiskey le relajó el cuerpo, en su trayecto a la parte de arriba en los aposentos de Carrie, no tuvo miedo o nervios porque esa iba a ser la primera vez que iba a estar con una mujer. También ayudó el hecho de que se sinceró con ella.

Cuando llegaron a la habitación, todo estaba en orden y la cama tenía colores cálidos, las cortinas de las ventanas estaban corridas y la luz era tenue. Coriolanus no se sintió avergonzado de su cuerpo desnudo, pues era corpulento y su piel era tersa y agradable al ojo humano.

Carrie encendió una lámpara de la mesa de noche.

"¿Quieres que deje la luz del baño prendida y apague esta?" Le preguntó con un aire de timidez.
"Con la luz de la lampara está bien" dijo sonriendo.

Carrie obedeció y dejó la luz tenue de la mesa de noche.

"Quiero que me desnudes" le ordeno Carrie a Coriolanus. "Mientras me besas"
Coriolanus se aproximó a ella, la tomó del rostro y la comenzó a besar con calma, para luego empezar a desabotonar la camisa de color ámbar que traía puesta, también tocaba su piel, era suave y olía rico.
Carrie tomó del cuello a Coriolanus y lo fue guiando para que él depositara besos donde ella quisiera, en el cuello, en su pecho, luego de quitar el sujetador, Coriolanus admiró los dos pechos de tamaño normal que tenía en frente, no había visto unos en persona, solo en los libros de historia del arte.
Carrie al ver esto, toma sus manos y las lleva a sus pechos, eran suaves, esponjosos y los pezones se ponían duros.
De nuevo Carrie tomó la cabeza de Coriolanus y llevó su boca a su pecho izquierdo, este lo tomó con sus labios y por instinto, usó la lengua, Carrie echó la cabeza hacia atrás y gimió, Coriolanus se dio cuenta de que eso le gustaba, así que lo hizo con ambos pechos, intento ser delicado pero al mismo tiempo hábil, él se dejaba llevar por los gemidos de Carrie, esos sonidos de placer que le ponían más duro su miembro.

Después bajó al abdomen, le gustaba la idea de hacer algo y esperar las reacciones de Carrie, los gestos y los suspiros eran el mapa de Coriolanus para hacer o no cosas.
Llegó a la parte baja de su cuerpo, en donde hay una infinidad de maneras de obtener placer. Tomó el botón de sus jeans y lo aflojó para bajarlo, luego se encontró con su ropa interior y también se deshizo de ella.
"¿Estás seguro?" Preguntó Carrie.
"Voy a devolverte el favor del placer" replicó Coriolanus con voz seductora y luego se mordió los labios.
"Bien, solo no olvides usar mucho la lengua, arriba abajo" dicho esto, ella le guiñó el ojo y Coriolanus sin esperar más, recostó a Carrie sobre la cama y abrió sus piernas para poder besarla ahí.

Al primer contacto de su lengua con ella, Carrie gimió; eso lo excitó tanto que lo motivó a seguir haciéndolo; usó la lengua como ella se lo había ordenado de arriba abajo, el sabor de ella era tan exquisito que quería comer más y más, lo hacía rápido, intentaba ser delicado no usar los dientes para no lastimarla, ella gemía y gritaba, tomaba su cabello con fuerza. Coriolanus sintió qué tal vez ya era mucha saliva, pero cuando la escucho gemir de una manera anormal, entonces supo que ella había tenido un orgasmo, ella se había dejado venir en su boca. Un sabor único, entre amargo y salado.

Carrie tomó su rostro y lo alzó, Coriolanus era más alto que ella.

"Ahora cógeme" le ordenó. Esa manera tan particular de hablar de ella le provocaba un escalofrío muy electrizante.

"Muéstrame cómo" fue lo único que dijo antes de someterse a una coreografía intensa.

Carrie tomó de su cajón un preservativo y le mostró cómo usarlo, prestó atención a cada detalle pues sabía que le iba a servir muy bien después.
Carrie se recostó en la cama y llamó a Coriolanus para que se posicionará entre sus piernas, él sabía como entrar, eso era lo básico, lo que había visto en las clases de reproducción y biología, el chiste era hacerlo con gracia. Así que se deslizó de manera lenta adentro de Carrie, ahogando un gemido porque cuando lo recibió, ella estaba bastante apretada, ella hizo una 'o' con la boca, también ahogando un grito. Coriolanus se quedó quieto, primero quería controlarse antes de hacer algo, no quería tener un incidente como en la cocina, deseaba durar más, escuchar a Carrie gemir hasta quedarse sin voz. Intentó moverse, adentro y afuera, solo que lo hacía con sumo cuidado porque todas las sensaciones eran jodidamente buenas, los gemidos de Carrie, la sensación de estar dentro de ella, el olor de su piel, la fricción de ambos cuerpos.
Se concentró en el rostro de Carrie, respiró hondo y comenzó a salir y a entrar de manera lenta, buscando el ritmo adecuado para balancearse, para darle más placer a Carrie. Después de encontrar ese ritmo subió un poco la velocidad y eso lo excitó más.

"Todavía no termines" le dijo Carrie entre jadeos e hizo que Coriolanus se detuviera. "Si vas a tener tu primera experiencia, debe ser completa" ella lo alejó de sus piernas y lo obligó a sentarse. Buscó su miembro y desprendió el preservativo usado, lo arrojó al suelo.

Y de nuevo se acostaron en la cama, Carrie abajo y Coriolanus entre sus piernas.

"Lento" le volvió a ordenar.
Coriolanus volvió a tomar aire y se aproximó a ella para entrar, lo hizo muy lento, ya que conforme iba a entrando esa sensación de calor lo dejó sin palabras, sin aliento. Era una sensación incomparable, una satisfacción única, ella estaba tan húmeda que él tuvo miedo de terminar solo por esa sensación.

"Dios..., Carrie, esto es..." habló Coriolanus entre suspiros.

"No te detengas" pidió ella para después gemir.

"Pero..." Coriolanus seguía moviéndose, intentando no terminar pronto, aunque al mismo tiempo sintiendo cada terminación nerviosa que le proporcionaba Carrie desde dentro.

"Vamos, vamos sigue" ahora suplicó y eso encendió a Coriolanus, él sin más comenzó a balancearse, ambos se sumergieron en sudor, alaridos y besos.

"Creo que voy..."

"Sal, sal" lo quitó Carrie y cuando lo empujó, Coriolanus se derramó en la sabanas del color cálido. Con respiración fuerte y acompañada de un grito exasperante de placer. Coriolanus sintió cómo cada músculo de cuerpo se iba tensando mucho, pero cuando terminó, toda esa tensión se fue liberando de una manera relajante y deliciosa.

Coriolanus se dejo caer en la cama, y Carrie besó su cuello.

Luego él sonrió porque a partir de ahora, ya tenía el control de su sexualidad.

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Nota de la autora: ya me organicé y con esto planeo subir a las 6 de la tarde los capítulos, oigan estoy triste por lo de la huelga, porque si no se arregla para noviembre, no veremos a nuestros hermosos en la alfombra, presumiendo que salieron en una peli chidisima. Por otro lado; aumentaron el tiempo de duración de balada; serán 2:45 horas así que creo que estará muy completo todo.
Ps: nos leemos el otro domingo byeee.

El verano 23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora