Capítulo 7: Sangre y labios.

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Coriolanus dejó el tenedor con comida en el aire, la palabra prostitución le causaba algo.

"Yo no me prostituí" replicó Coriolanus, luego carraspeó.

"Claro, ¿me vas a decir que conseguías saber los secretos de todos sólo por escuchar?" Mags le lanzaba una mirada penetrante y entonces el ambiente se tornó denso.

Después de esto, ambos comieron en silencio, los cubiertos eran los únicos que emitían ruido; Coriolanus no dejaba de pensar en qué hacer o qué era lo que iba a pasar, por un segundo pensó en marcharse al día siguiente y rendirse con su misión, declinar la oferta de los Messina y vivir su verano en paz.

"Mañana iré a pescar al amanecer" Mags interrumpió los pensamientos de Coriolanus. "Si gustas puedes acompañarme" le ofreció.

"Sí, sí. Por su puesto" aceptó de inmediato él. "Aunque no sé pescar"

"Eso no será problema" replicó Mags y le guiñó el ojo izquierdo.

"Será mejor que me vaya, estoy cansado y me imagino que tú tienes cosas que hacer" Coriolanus se levantó de la mesa.

"No; está bien, puedes quedarte en el cuarto de visitas. Está algo sucio y lleno de polvo, pero en un segundo subiré a acomodarlo"

Mags levantó los platos y cubiertos y los colocó en el fregadero; luego se metió a un cuarto y salió con y utensilios de limpieza. Coriolanus solo la observaba, además que no sabía hacer nada porque en su hogar a él le hacían todo.
La habitación estaba en el segundo piso, tenía dos ventanas que daban a la calle y una cama matrimonial, las cortinas hacían juego con las sábanas de cama, que eran de un color turquesa, en si, la habitación parecía muy triste y llena de polvo y arena. No había fotos de familiares de Mags o de ella, no había ropa o algún rastro de que alguien hubiera vivido ahí más que ella.

Mags se puso en acción y limpio, sacudió y dejó impecable esa habitación en una hora, Coriolanus se ofreció a ayudarle pero ella se rehusó, sabiendo que solo iba a estorbarle y se tardaría más.

"Tu ropa de dormir" le extendió Mags unos pantalones cortos.

"¿Solo eso?"

"A las dos de la mañana la temperatura empieza a subir tanto, que querrás estar desnudo" le volvió an extender la ropa y Coriolanus la tomó de mala manera.
Usó el baño que estaba al lado para colocarse la ropa de dormir y se dejó su camiseta blanca.

"Te deje una jarra de agua fresca por si te da sed en la noche. Me levanto a las seis de la mañana y me largo quince minutos antes de las siete" habló Mags.

"Estaré listo a tiempo" prometió Coriolanus.

"Eso espero, no me gusta salir tarde. Buenas noches" le deseó ella y salió de ahí.

Coriolanus se quedó solo en la habitación, una habitación oscura y con las ventanas abiertas, esperó sentado en la cama, reflexionando; se le acababa el tiempo, solo tenía una semana y media para lograr su cometido y regresar al Capitolio para poder irse a la cabaña de los Messina, no iba a fracasar, iba a ir preparado para enfrentarse a Verona y Coriolanus presentía qué tal vez Mags lo iba a ayudar. Se sintió satisfecho por esa noche; se quitó la camiseta y se acostó con el pantalón corto que Mags le había dado, las sábanas estaban frescas a pesar del calor.

Cerró los ojos y comenzó a soñar con unos labios rojos como la sangre. El sueño no era una historia contada en una dimensión diferente, si no más bien eran imágenes con destellos extraños enfocados en los labios carnosos de Verona, ella hablaba pero Coriolanus no la escuchaba, sonreía y se asomaban un par de colmillos afilados cuando lo hacía, luego los labios se tornaron más intensos, como si el labial se hubiera derretido, él, hundido por la curiosidad, se acercó a tocarlos y Verona lo detuvo. 'No me toques con los dedos' le dijo ella en un susurro; antes de que Coriolanus pudiera responder, Verona lo tomó del cuello y lo besó con un hambre voraz, con deseo. Coriolanus no protestó, se dejó llevar por esa danza de lenguas y labios, al principio le gustó, pero pasado un rato el sabor de la saliva fue extraño; Coriolanus se despegó de ella al instante y notó que había sangre real en los labios de esa chica pálida y frívola, extrañado, ahora se llevó sus dedos a su boca y notó que también él tenía sangre, habían compartido sangre con su boca. Coriolanus quiso gritar, correr, alejarse de esa mujer, intercambiar sangre de boca a boca era la cosa más asquerosa y demente que había visto, aunque, en lugar de eso. Se excitó.

'¿Te beso de nuevo?' Le preguntó Verona con una sonrisa macabra.

Coriolanus se despertó de golpe bañado en sudor y con la respiración entrecortada. Moría y de sed y quiso sentarse para tomar agua de la jarra de un lado, hasta que se percató de que tenía una erección.
"Maldición" dijo en voz baja. Se quedó acostado esperando a que su pene regresara a su tamaño original, lo cual iba a tomar un buen rato y además se eso, estaba perplejo, es decir, odiaba a Verona, no era posible que ella le causara esto, además soñó con sangre, eso era asqueroso. Después de pensar en eso, sintió un pequeño espasmo que comenzó en su miembro y le recorrió el cuerpo, eso le gustaba, pensar en los labios de Verona llenos de sangre.

Coriolanus respiró hondo, frunció los labios, cerró los ojos e hizo lo que nunca pensó hacer; masturbarse pensando en la chica frívola y pálida.

Tomó su miembro y empezó a mover su mano de arriba abajo, recordando el sueño, pensando en la sangre, en los labios carnosos, en los besos que en ese sueño tuvo la oportunidad de experimentar, la lengua suave de Verona en como es lengua lo había embarrado de sangre y ahí, ahí explotó, llegando al climax tan alto que se sintió volar, fue tan intenso su placer que tuvo que taparse la boca para ahogar los gruñidos y que Mags no lo escuchara del otro lado.

"Maldita seas, Verona Messina" maldijo Coriolanus al terminar.

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Nota de la autora: bueeeen dominguito para todxs adelanto el capítulo para ahorita porque es el día del
Padre y vamos a celebrarlo con carne asada. Así que mejor ahorita les paso el capítulo. Espero de corazón les esté gustando.
Ps: sigo odiando el caloooor, la referencia de Coriolanus en el 4 es por el calor que estoy pasando y me chocaaaa. Me urge que sea otoño, ¿cual es su estación del año favorita?
Los leo el otro domingo!! Besos. .III.

El verano 23Donde viven las historias. Descúbrelo ahora